mayo 11, 2007

Fiesta del Santiago

El "Santiago", "Herranza" o "Señalakuy" es una fiesta ritual celebrada desde tiempos pre-incaicos en los andes centrales y del sur (Junin, Huancavelica, Apurimac, Ayacucho, Arequipa). El ritual gira en torno a la marcación del ganado, y tiene diferentes etapas; en la zona de Junín y Huancavelica tenemos estas cinco partes: Uchuy Mesa (Mesa Menor), Jatun Mesa (Mesa Mayor), Señalakuy (Marcación del ganado, que consiste en colocar cintas de distintos colores en las orejas y/o cuello de los animales según su especie y género), Cerrojoy (finalización o despedida), Paseo.


En Ayacucho, Suñay es la designación cariñosa de los animales, de padres a hijos: "siempre nos suñamos nosotros señalamos y nuestros padres también, si ya no tuviéramos padres nosotros mismos lo hacemos. Suñamos a nuestros hijos, diciendo: 'desde ahora es tuyo, pues mi ayudarás a cuidar, desde ahora es tuyo, tú decidirás para vender o no' " (Casimero Conde Pariona, comunidad campesina de Canchacancha -ver link-).



Las cuatro primeras etapas son de carácter sagrado, con normas establecidas y un ritual riguroso. El “Paseo” es de carácter profano, se realiza bailando y cantando al compás de la música por las calles del pueblo, de casa en casa.


La música juega un rol fundamental a lo largo de las tres últimas etapas, cuando las pasñas cantan tocando tinyas (pequeños tambores), y los maktas tocan el yungor, un aerófono de gran longitud, el violín y el arpa andina.


Si bien en los últimos tiempos se están imponiendo en algunas zonas (Junín principalmente) las bandas con saxos, ojalá las tinyas, el yungor, el violin y el arpa andina sigan regalando sus bellos ecos por mucho, mucho tiempo más.


// Marcela Cornejo



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Fuente:
“Los campesinos y otros condenados”
Serafín Delmar
Santiago de Chile : ORBE, 1943, pp. 165-170
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Dos Paisajes: El Santiago

Serafín Delmar


Fiesta del Santiago en Huancavelica


Como un hombre que besa los senos de la aman­te, el cielo cae sobre la nieve. Busca a la tierra, y de su canto de leche, dos plantas buenas nacen para la salud del hombre: lima-lima, huira-huira. Ellas esperan que el viento tiemble de frío para abrir sus pétalos orgullosos. Y el frío llega cuando la luna, habla en la noche del 25 de julio, día de "Santia­go" - patrón del ganado. Mas las flores que sonríen al viento frío, tiernamente terminan de en­cenderse en los pechos de las jóvenes, que por es­perar el nacimiento de las flores, están con las bocas llenas de amor y el cuerpo blanquísimo por la nieve que está regando otras flores en el vientre.

Julio es el mes alegre para los Andes peruanos, porque el cielo zapatea en los ojos de las campesi­nas y las estrellas se deshojan en la boca dulce de los ríos y de los manantiales. Realmente julio es un mes inolvidable; por doquier flores de agua que el frío ha escarchado bellamente. Y todo el cam­po a la salida del sol, semeja un caleidoscopio. Si queréis, un ave fantástica de colores que empolla luna y estrella. Las mañanas son tan claras y el cielo tan azulino que se ve el canto de los pájaros dando vueltas alrededor de las flores o de los ojos de los niños que brillan como lágrimas.

En este mes hay un día -25 de Julio- en que los padres indígenas autorizan a sus hijos e hijas ya en flor, para que vayan a traer de los altos ne­vados flores de huira-huira y lima-lima con las cua­les se engalanan la cabeza y el cuello, para alegrar al ganado vacuno por señalar. Los cerros nevados se cubren de alegres mozas y jóvenes donceles. Es­tos últimos que durante meses de trabajo acumula­ron centavos, van provistos de sendas botellas de wajaycholo, (alcohol que hace llorar a los mestizos). Entonces beben y se embriagan; bailan y gritan al son de las cornetas de asta de toro o de carrizo, sin que las tinyas (pequeños tambores) que cuelgan de la mano de las muchachas, dejen de sonar acompasando el canto atrayente que sale de sus bocas vír­genes. Toda la noche bailan y se aman por primera vez en la alta noche y al pie del cielo donde soplan los vientos recios y duros. De madrugada vuelven al pueblo cargados de flores y portando en la ma­no manojos de icho (paja brava), que prenden pa­ra entrar a la casa. Y cantando alusivas canciones meten el fuego por debajo de la cama de sus pa­dres y hermanos para que prestos se levanten y sea presentado el novio que en la noche la hija con­quistó en los nevados. Beben y lloran, y la madre le hace a la hija bromas sobre el himeneo de la noche, mientras el padre en tono serio le da consejos al novio de cómo debe portarse con la moza si ésta no se amolda a su carácter. Luego entre trago y trago fijan la fecha del matrimonio. De hecho, con la presentación del novio queda ya autorizado para vivir con la muchacha, mientras llegue el día del despo­samiento.

Después que se han cansado de darles consejos y amonestaciones, invitan a la familia del varón. Esta y la de la novia, juntan su ganado, señalando las orejas de las vacas con cintajos de colores, y a los toros y bueyes con collares de rosquitas bañadas en huevo y miel, fruta y flores. Tumban una ter­nera y le cortan las puntas de las orejas; enton­ces cogen a la muchacha que está bailando con sus lindos piececitos de finos tobillos y le untan la cara con la sangre, mientras el novio corre para no de­jarse agarrar. Es en este momento cuando princi­pian a cantar las cornetas y las tinyas, los corazo­nes de las mujeres y los guapidos de los hombres, ¡qué alegría! Luego que le dan caza al hombre, lo arrastran al pie de la vaquilla y lo ponen encima de ella. En tanto todos los hombres ríen de verlo así, mientras las mujeres fisgonean mirando a la mucha­cha que está estremecida, pero sonriente.

Las madres son portadoras de vasijas de ccora con mezcla de alcohol, y hacen que todos beban de ella sin asquearse los unos de los otros. Probada así la amistad, y luego de haberse marcado, salen con todo el ganado a dar, la vuelta por los contor­nos del aledaño, deteniéndose frente a cada estan­cia donde las banderitas rojas y blancas flamean y los cantos y la música salen de ellas a alegrar al mundo entero.

Al mediodía hombres y mujeres con caras de recogimiento profundo, como de arrepentimiento, van a rezar a la iglesia y acompañan a la proce­sión de San Santiago. Mas cuando el Patrón del pueblo ha entrado a la iglesia, se suelta en la plaza un toro bravo, y las cometas y la banda de músi­cos que el mayordomo trajo para la fiesta, hacen una bulla endemoniada, confundiéndose con el tro­nar de los castillos pirotécnicos; mientras el toro, de cornadas insistentes, hace roncar a los borrachos. Al poco rato se llena la plaza de gente que ha ba­jado de las alturas y principia la suculenta merien­da y el baile policromado de los danzantes que, du­rante veinticuatro horas, no dejan de mover los pies llenos de sonajas, ni los galas de hacer pruebas que escalofrían el alma: comen pencas espinosas, como si fuera el manjar más sabroso; se meten ser­pientes cascabel por la boca, y ellas salen por el ombligo del hombre retorciéndose cual furias; za­patean dentro del arpa, arrojando brasas encendi­das por la boca y los ojos.

A veces el pueblo se divide en dos bandos; en­tonces el contrapunteo de los galas es feroz y teme­rario. Hubo vez en que un gala después de someter a su contendor a peligrosas pruebas sin poderlo de­rrotar, se rasgó el vientre con una navaja. Sólo entonces pudo ganarle. Pero... con el triunfo le vino la muerte.
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Video:


'Wasichaiquiman Chayaicamupticca''
(Huancavelica)
Solitarias de Surcubamba
(Rosa y Kely Jacobi)

subido por  fredesel




"Flor de Huallao"
(Junin)
Orquesta Juventud Huancaína de Zenobio Dagha
subido por  Carlos Baquerizo Castro



"Para ti Lima Huayta" 
(Junín)
Autor: Panchito Leith Navarro
Kike Pinto: waqrapuku
Daniel Zamalloa: violín
Alejandro Huamán: arpa
Francisco Sutta: tinya
Video: Angel Romero

subido por iturrizaga25



Toril de Laramarca -  Ayacucho

Toril grauino - Apurimac


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Enlaces
 
Organicidad del ayllu en la crianza de la chacra, y el paisaje (Ayacucho)