noviembre 19, 2007

Un músico para re-descubrir: Pedro Ximenes Abril Tirado

última actualización: 6 ago. 2012




"Mis pasatiempos - Al pie del volcán - Andante y rondo inéditos -
Compuestos para guitarra según el gusto peruano"

( foto:
La Razón)

Pedro Ximenes Abril Tirado, Pedro Jiménez Abril Tirado, Pedro Tirado… variaciones de un nombre, pero un solo hombre: según Bernardo Alcedo, se trata del principal talento de la música peruana del siglo XIX. Tuvo una larga, fructífera, y reconocida labor creativa en Arequipa, Lima y Sucre. Nació en Arequipa en 1780 y murió en 1856 en Sucre a donde llegó invitado por el Mariscal Santa Cruz para hacerse cargo de la capilla catedralicia en 1833 (o 1834). Javier Echecopar señala que probablemente viajó a Europa, pues en 1844 aparece editada en París su obra "Cien minuets para guitarra". Hay un problema de precisión de algunas fechas; si fué a París cabe preguntarse por qué período, cuáles fueron sus actividades, y cuánto publicó ahí. Está pendiente investigar su biografía completa.

En su período arequipeño, aparte de su labor compositiva (¿independiente, contratada, ambas cosas?) ejerció como maestro y muy probablemente como músico de la capilla catedralicia.  UPedro Tirado Abril aparece registrado como violinista  y arpista entre los años 1814 y 1826, según el estudio de Zoila Vega Salvatierra: "Música en la catedral de Arequipa 1609-1881"  (Arequipa, 2011, pp. 195-196).  La cruz al final de la fecha 1826 (+1826) hace dudar de nuestro músico o de un pariente cercano. Sobre su faceta de maestro de colegiales, en "Arequipa, su pasado, su presente y su futuro" de Adela Pardo Gámez de Belaúnde (Lima, 1966, p. 238) se encuentra el siguiente texto:  Por el año de 1828 se realizó el primer examen público bajo el profesor de música del Colegio de la Independencia Don Pedro Jiménez Abril. Los alumnos que participaron en esta actuación fueron los siguientes: Mariano Domingo Medina, Cornelio García, Manuel Ureta, Rafael Benavides, Manuel Belaúnde, Andrés Arce, Juan de la Cruz Vernedo, Manuel Corzo, José María Pacheco, Manuel Sarmineto, Genaro Talavera, Toribio Vela, Mariano Loayza, Juan Valdivia (el Deán) y Santiago Campos

Mariano Melgar (1790-1815) también fué músico (su profesor fué Francisco Tomás Quiróz) y contemporáneo de Jiménez Abril no obstante ser diez años menor; su temprana desaparición no es óbice para pensar que ambos artistas no se hayan conocido y alternado, ya que en muchos aspectos, confluyen en el tiempo histórico, en el lugar y en su acercamiento al yaraví.

En "Historia del Perú. Procesos e Instituciones", (Lima : Editorial Mejia Baca, 1981, T. IX, p. 495), Enrique Pinilla transcribe esta información hallada en el libro "Filosofía elemental de la música", de Bernardo Alcedo:
  • Y concretándome a nuestro Perú, yo he conocido y tratado con inmediación al Maestro D. Toribio del Campo, compositor, literato, erudito y hábil constructor de órganos; al presbítero D. Melchor Tapia, compositor y organista de nuestra Iglesia Metropolitana de Lima, a mi coetáneo D. José María Filomeno, a Fray Cipriano Aguilar, compositor y Maestro de Capilla del convento principal de los Agustinos, y más notablemente al arequipeño D. Pedro Jimenes Abril (conocido vulgarmente como Pedro Tirado), que aparte de sus misas y otras provechosas piezas, se hizo admirar por sus sinfonías y dos conciertos de violín.
Párrafos después (p. 499), Pinilla añade la siguiente información que revela que al menos desde 1831, Abril y Tirado estaba en actividad en Lima:
  • Como ya dijimos antes, Alcedo en su libro Filosofía Ele­mental de la Música, afirma que el músico más importante de su época era D. Pedro Jiménez Abril (o Pedro Tirado), au­tor de sinfonías y dos conciertos de violín. Según [Rodolfo] Barbacci, es­te compositor arequipeño tocaba la vihuela y el violoncello y compuso misas, yaravíes, etc. En los periódicos se consigna que ejecutó en Lima en 1831, un Cuarteto para flauta, violín, viola y violoncelo, en la Academia de Música de Bañón. En 1836 se tocó un Quinteto de violín en la academia de Ma­nuel Rodríguez. En ese mismo año, estrena su Concierto de Clarinete Obligado a toda orquesta y en 1838 una Sinfonía a toda orquesta. Publicó en París una colección de 100 minues (breves) para guitarra. En 1835, fue Maestro de Capilla en la Catedral de Sucre. Stevenson menciona dos obras suyas que actualmente existen en la Catedral de Santiago: Misa a dúo y a 3 voces con dos violines, órgano y bajo (hacia 1840) e Ynvitatorio a 4° con violines, órgano y bajo. También atri­buye a Pedro Tirado otras dos obras que se han encontrado en el Archivo Arzobispal de Lima y en la Catedral de Sucre con las iniciales J. M. T. Las de Lima son Angeles Virtudes Cielos Agua Luna Estrellas Sol para violines, oboes, trompas, órgano, 4 voces y bajo y Coro para la Loa con violines, oboes, trompas, y bajo, hecha en Lima por J. M. T., que la dedica a su afectísimo don Andrés Bolognesi, Maestro de la Catedral, año 1816.
Por la obra que le dedica con afecto, Ximénes Abril debió haber conocido -acaso como discípulo- a Andrés Bolognesi, violonchelista y director de orquesta genovés que llegó a Lima a fines del S. XVIII, y que significó el último intento de recuperar y reordenar el esplendor musical de la capilla catedralicia (se ha criticado que para hacerlo, mandara destruir los originales de las antiguas obras luego de ser copiadas... signos de una época con otros paradigmas). Andrés Bolognesi vivió en Lima y en Arequipa (de donde era su esposa), fué padre del héroe de Arica, Francisco Bolognesi, y de Mariano Bolognesi, también músico, cuyas composiciones no se han encontrado aún.

Ximenes Abril ha dejado una obra no sólo abundante sino de calidad, en la que denota haber recibido una sólida formación musical, tanto para la composición de diferentes géneros ("cultos" como "populares"), como para la ejecución de diferentes instrumentos (fué con certeza, organista, violonchelista y guitarrista). En el ámbito culto compuso por ejemplo, sinfonías, misas, obras para violín, minuets para guitarra. En el ámbito popular introdujo en sus composiciones aires de géneros como huaynos, yaravíes, tristes, cachuas, collitas y bailecitos; estas composiciones, salvo algunas piezas de yaravíes y tristes, aún no se han encontrado.

José Quezada M.  en La Música en el Perú (Lima : Filarmonía, 2004 p. 101), informa que a inicios del S. XIX comenzó el declive de la música sacra y secular colonial, iniciándose un período de baja intensidad creativa, siendo las excepciones a la regla, los casos de algunos músicos que lograron conocer y aplicar con talento las nuevas técnicas del clasicismo, como los venezolanos Olivares Sojo y Lamas, y el arequipeño Ximenes Abril.

Hace pocos años se han encontrado la mayor parte de sus partituras en Bolivia, donde ejerció su arte los 21 a 23 ultimos años de su vida. Actualmente se hallan en el Archivo Nacional de Sucre.

El siguiente texto es el mejor aporte en internet, hecho por un músico e investigador argentino, en él se destacan los minuets, que han sido recientemente estudiados y difundidos en el Perú por otro maestro de la guitarra, Octavio Santa Cruz.

// marcela cornejo






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Fuente:
Apuntes musicales (pp. 18-21 )
Nestor Guestrin
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Minuets peruanos para guitarra




Nuestros países sudamericanos carecen de una larga tradición histórica sobre la cual pueda basarse la creación artística musical, a diferencia de los europeos para quienes a 100, 200 ó 300 años encuentran sólidos cimientos de arte y cultura. Sin desmerecer la cultura y la música indígena, que resulta muy alejada por su intención de la música de concierto, ella ofrece sólo rasgos y giros que algunos compositores utilizan, pero no obras consumadas.

Por ello es que todo antecedente que podamos encontrar de música escrita en esta región del mundo es sumamente valioso, más si cuenta con una calidad y factura que la haga consistente y rescatable.

Hace años el musicólogo Ricardo Zavadivker ponía en mis manos, advirtiéndome del valor artístico e histórico que tenía, una colección de ocho Minuets para guitarra de un compositor y guitarrista peruano de principios del Siglo XIX, Pedro Ximenes Abril Tirado.

La sola ejecución de alguno de ellos nos ilustra de la riqueza, inventiva y habilidad instrumental de su creador, asimilándolos a los minuets de su contemporáneo Fernando Sor. A esto se agrega el interés que despierta por el origen de su autor, ya que se trataría de uno de los poquísimos ejemplos de música sudamericana original para guitarra de esa época.

Estas partituras eran copias de las publicaciones hechas en un periódico de Bolonia, Italia, en 1925 llamado La Chitarra, y si bien los que tenemos son ocho, el total de estos minuets sería alrededor de cien.

Al tiempo le hice llegar copia de estos a un colega guitarrista peruano, Octavio Santa Cruz, quien además de su talento como intérprete y compositor suma el interés por bucear en nuestro pasado musical. Entonces "...gracias a la música que Ud. me envió los minuets de Tirado se han escuchado nuevamente en Lima", según me escribió en esa oportunidad.

Intentando obtener más datos sobre nuestro compositor realizó una paciente y fructífera investigación en bibliotecas y archivos de su país. Entre los datos que él pudo obtener y los que yo tenía hemos podido reconstruir algo sobre este autor.

Pedro Ximenes Abril Tirado nació en Arequipa, Perú, en 1780 y murió en 1856. Según la crónica de un contemporáneo suyo, Alcedo,

"...era el mejor talento músico del Perú. Tocaba muy bien la vihuela y el violoncello".

En el periódico Arequipa Libre del martes 25 de Noviembre de 1828, bajo el título "Sociedad Filarmónica" leemos lo siguiente:

"Un artista célebre D. Pedro Jimenes Tirado reúne en su casa en la noche de los martes de cada semana, una sociedad filarmónica, donde se ejecutan las mejores piezas de Europa, y otras de su propia composición. Se franquea la entrada gratis, y asientos en la propia sala. Desearíamos que algunos individuos de gusto, se reunieran: que se tomaran medidas para hacer mas capas el salón, y que regularisada por el estilo del mejor gusto, se proporcionase una divercion tan agradable con mas frecuencia, aunque se ecsigiera una corta recompensa, para los gastos indispensables."

Según Rodolfo Barbacci, en sus Apuntes para un Diccionario Biográfico Musical Peruano, en julio de 1831 aparece Tirado mencionado por primera vez en Lima al ejecutarse en un concierto de la Academia de Música de Bañón "un cuarteto de flauta, violín, viola y violoncelo de Abril". En agosto de 1836 se ejecuta un "quinteto de violín de D. Pedro Jiménez Abril" en la Academia de Música de Manuel Rodríguez, repetido algunos días después como quinteto para dos violines, dos violas y cello, con el nombre de Ximenes Abril. En octubre de 1836, en otro de esos conciertos se ejecuta su "Concierto de clarinete obligado a toda orquesta". En noviembre de 1836 se ejecuta un cuarteto para dos violines, viola y cello. En marzo de 1838 se toca una Sinfonía a toda orquesta, también de Abril Tirado. Alrededor de 1835 aparece como Maestro de Capilla en la Catedral de Sucre, Bolivia, dato este algo contradictorio con lo anterior.

Además de haber compuesto obras para violín, cuartetos de cuerdas, conjuntos sinfónicos, misas y yaravíes, Pedro Ximenes Abril Tirado es autor de una colección de alrededor de cien minuets para guitarra, como ya dijimos. Según un dato no confirmado algunas de estos minuets habrían llamado la atención en su momento y las habría ejecutado el mismo Andrés Segovia.

El uruguayo Cedar Viglietti, en su libro Origen e Historia de la Guitarra, menciona a Abril Tirado como "un buen organista que tañe guitarra (y) compone para ésta yaravíes y otras músicas". Además aporta el dato de su amistad con los mariscales Sucre y Santa Cruz, y que éste en su destierro en Italia habría hecho escuchar estas piezas a Verdi quien luego incorporaría algunas de estas melodías a su ópera La Traviata, según un cronista apellidado Sarmiento.

Los ocho minuets que han llegado a nuestras manos son pequeñas piezas en un estilo y con un lenguaje armónico y manejo polifónico que lo emparentan con el catalán Fernando Sor. Están constituidos por dos períodos de ocho compases cada uno con barras de repetición, con las modulaciones características a tonos vecinos: aquellos en tonalidad mayor modulan hacia la dominante al final del primer período, y los que están en modo menor modulan al relativo mayor o a su dominante, volviendo a la tónica al final del segundo período.

Las dificultades que plantea su ejecución, con pasajes verdaderamente virtuosístico nos hace pensar que Abril Tirado habrá sido un muy buen ejecutante. Escalas a velocidad, ligados, grupetos, logran un resultado brillante que debía entusiasmar a un público ávido de estas piruetas. Poco tienen que ver estas piezas con el minuet danzante, conservando de éste únicamente el compás de 3/4, y ni siquiera mantienen el aspecto formal del tradicional minuet europeo. Son piezas aunque breves de notable belleza y exquisita construcción que bien pueden lucir en un programa concertístico. Súmese a ello su origen lo que proporciona un doble interés.

Por último, a quien pueda interesar este material, se encuentra disponible a través de Internet en la página Archivo de Partituras Musicales Música del Sur, en la siguiente dirección: http://musicadelsur.4mg.com/


"Pedro Ximenes Abril Tirado (1780-1856). The most beautiful minuets for guitar", vol. 1 (Lima, 2008), reciente publicación a cargo de Ernesto Mayhuire (revisión y transcripción a partituras) y Rubén Uscata




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Audio:

Tres siglos de guitarra en el Perú - Javier Echecopar
Minuets de Pedro Jiménez Abril:
N° 51 (min. 14:41)
N° 51 (min. 16:13)
N° 41 (min. 17:50)
N° 21 (min. 19:22)

Subido por Ronald Paredes Valera


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Enlaces:


Los dos grandes músicos peruanos del siglo XIX
Música inédita en el archivo de la biblioteca es revivida en la Casa de la Libertad. Nexos, N° 84, oct-nov- 2006, p. 11 (Fundación Cultural - Banco Central de Bolivia)
Música del siglo XIX será estrenada para oídos contemporáneos. Una herencia, un baúl, unas partituras... y de pronto, la obra de Pedro Ximénez Abril, un maestro de Capilla que compuso en Sucre, en la naciente República, resuena (Bolivia).


maestro de capilla