1.
Señores de la jarana
En diciembre del 2007, a raíz de una encuesta que por ese tiempo hizo Rafael Santa Cruz, en la cual participé, sobre los cajoneadores o cajoneros peruanos ya fallecidos, escribí una nota sin pensar que algún día la iba a actualizar para incluir en ella al gran Rafo, como le llamaban sus amigos.
Rafael Santa Cruz, actor, investigador, percusionista, profesor de cajón y autor del libro "El Cajón Afroperuano", hizo una encuesta en el 2007, entre los cantantes, compositores, músicos y personas relacionadas con la música, sobre quienes eran, a criterio del encuestado, los cinco más importantes cajoneros fallecidos. Como algunos expusieron su parecer en forma pública, fue grato poder leer los nombres de maestros del cajón que, si muy bien ya no están físicamente con nosotros, aún retumba en nuestros oídos esos golpes maravillosos de cajón que solían crear.
Dos de los más grandes cajoneros o cajoneadores fallecidos partieron casi al mismo tiempo, con diferencia de una semana. Pedro Carlos Soto de la Colina, "Caitro" Soto, falleció el 19 de julio de 2004 y tuvo el mérito de internacionalizar al cajón peruano acompañando a Chabuca Granda, el grupo Perú Negro y otros artistas. En la década de los 70, durante una de las visitas al Perú de Paco de Lucía, "Caitro" Soto le obsequió un cajón a Paco de Lucía, quien se había quedado impresionado por la sonoridad y el ritmo que "Caitro" le sacaba al instrumento. Posteriormente, Paco de Lucía introduciría el cajón peruano a la música flamenca, el cual, en la actualidad, forma parte del flamenco.
Una semana después de la partida de "Caitro", la música peruana perdió a otro de sus grandes cajoneros. Julio "Chocolate" Algendones Farfán nos dejó el 26 de julio de 2004. "Chocolate" Algendones no sólo era un excelente percusionista sino que también fue un gran investigador y difusor de la música afroperuana.
Antes que "Caitro" Soto y "Chocolate" Algendones, otros maestros del cajón partieron de este mundo: Eusebio Sirio "Pititi", Julio Vásquez, Abelardo Vásquez, Ronaldo Campos de la Colina (fundador de Perú Negro), Reynaldo "Canano" Barrenechea, "Pomadita" Lazón, Córdova "Pibe Piurano" y otros grandes artistas del cajón.
Recientemente, dos grandes cajoneadores que no sólo difundieron el cajón por muchos escenarios del Perú y el extranjero sino que enseñaban a tocarlo y escribieron libros sobre el mismo nos dejaron. Rafael Santa Cruz falleció en agosto del 2014 y Pancho Vallejos nos dejó en mayo del 2016.
Si muy bien cada uno de los antes nombrados hizo méritos suficientes para recordarlos como grandes cajoneros, hay otros dos maestros del cajón que la gran mayoría desconoce porque no los escuchó ni vio tocar el cajón, pero quienes pudieron gozar del arte de esos cajoneros nos dejaron testimonios de la gran calidad que tenían y como alegraban y daban vida a las jaranas de antaño.
Pero antes de nombrarlos, pienso que merece una mención honrosa el Dr. Francisco Graña, eminente médico de la primera mitad del siglo XX. Augusto Ascues ha destacado el criollismo del Dr. Graña. El poeta José Gálvez, en una de sus crónicas (Calles de Lima y meses del año, Lima 1943), lo señala como gran maestro de lo criollo y cajonero de todo registro para la marinera. Nicomedes Santa Cruz también destacó las cualidades del Dr. Graña como cajonero y contó que Francisco Monserrate lo felicitó muchas veces por su manera de tocar el cajón (Nicomedes Santa Cruz, Obras Completas II, Investigación (1958-1991), compilado por Pedro Santa Cruz Castillo, Lima 2004).
Cajoneros de antaño
Víctor "Gancho" Arciniega fue un cajonero que no son muchos los que puedan contar que llegaron a gozarlo en su mejor momento. Según contó Gonzalo Toledo en una oportunidad, el "Gancho" Arciniega nació en la calle Barbones de los Barrios Altos, el mismo barrio donde también nació Gonzalo Toledo (Déjame que te cuente..., Lima 1992).
Según Aurelio Collantes (Historia de la Canción Criolla, Lima 1956), el "Gancho" Arciniega integró el Conjunto Ricardo Palma que debutó en el Teatro Segura en 1936 y difundieron por muchos años el folclore afroperuano. Durante la época de oro del criollismo, Arciniega fue considerado como uno de los más grandes cajoneros de la época. El gran Pepe Villalobos, compositor, intérprete y percusionista, quien conoció y fue vecino del "Gancho" Arciniega en los Barrios Altos, me comentó en el 2007 que Arciniega había sido el mejor cajoneador que había visto en su vida.
Pero cuando el "Gancho" Arciniega estaba en su mejor momento, otro cajonero ya había hecho, y seguía haciendo, historia con el cajón. Francisco "Máquina" Monserrate, cajonero de la Guardia Vieja, fue considerado por los entendidos del cajón como superior al "Gancho" Arciniega y el más grande cajonero que haya tenido el Perú.
Según su partida de bautizo que me fue proporcionada por el investigador arequipeño Luis Pareja, Monserrate fue bautizado en Chincha Baja el 8 de enero de 1893, de cuatro meses y 19 días de nacido, por lo que nació en Chincha en agosto de 1892. Monserrate no sólo fue un señor de la jarana con el cajón sino que también fue un gran bailarín de marinera. En la Fiesta de Amancaes del 24 de junio de 1938, la pareja de Francisco Monserrate con Isabel Fontané ganó el concurso de marinera.
Entre fines de los 40 e inicios de los 50, cuando Yolanda Vigil "La Peruana" se presentaba en el "Embassy", Monserrate, que la acompañaba en el cajón, introdujo el cajón al vals volviéndolo su compañero inseparable. El "Gancho" Arciniega se encargaría de secundarlo en el acoplamiento del cajón al vals (César Santa Cruz, El Waltz y el Valse Criollo, Lima 1977).
Según Nicomedes Santa Cruz, era larguísima la gama de sonidos e infinita la combinación de golpes que tenía Francisco Monserrate (Nicomedes Santa Cruz, Obras Completas II, Investigación (1958-1991), compilado por Pedro Santa Cruz Castillo, Lima 2004).
En la revista Radio Visión, de julio de 1957, se anunció el fallecimiento de Francisco Monserrate publicándose unos versos que Aurelio Collantes le dedicara y una foto del gran cajonero, con su cajón pintado con los colores de la bandera peruana, que al pie de la misma decía: "El negro de las manos de oro dio el último golpe al sonoro cajón criollo" (fotos de la nota aquella me fue proporcionada por el investigador arequipeño Luis Pareja).
La nota de Radio Visión señalaba que "Cuando Monserrate, colocaba el 'cajón' entre sus piernas, se cimbreaba todo su cuerpo y sus dedos recorrían la sonora madera prodigiosamente, arrancándole la síncopa de la gloriosa marinera, el festejo o el tondero. (...) Con Francisco Monserrate, se ha ido pues una intensa porción de la historia del criollismo. Su estilo de 'cajoneador' insigne creó una escuela. En emisoras, en las fiestas del callejón y en las de la alta sociedad, su compás fue inconfundible. (...) Las manos de oro del negro Monserrate no tocarán más el sonoro cajón criollo, pero sus últimos suaves y armoniosos golpes han quedado estampados para la posteridad en grabación del sello El Virrey, acompañando a la cantante Teresa Bolívar en la Marinera 'Zamba que le daba'."
La grabación aquella que mencionó la nota de Radio Visión debe haberse hecho en 1956 o inicios de 1957, y no sólo fue en la marinera "Zamba que le daba" que Monserrate acompaña con el cajón, donde hasta lo nombran y lo invitan a lucirse, sino que al otro lado del disco aquel Monserrate también acompaña con el cajón a Teresa Bolívar en la grabación del tondero "China por quererte a ti". Este disco, conteniendo dos grabaciones hechas en Lima, en las cuales participó Francisco Monserrate, es una joya histórica de la canción criolla, por acompañar Monserrate con el cajón, que ha permanecido olvidado o desconocido por las nuevas generaciones. Las grabaciones aquellas las he subido a youtube, gracias a la gentileza del investigador arequipeño Luis Pareja, quien me proporcionó el audio y fotos del disco, autorizándome a compartirlos.
Gracias a esas grabaciones dejadas por Monserrate, al menos podemos darnos una idea de como tocaba el cajón ya que si muy bien no son muchos los que nos puedan contar que vieron al "Gancho" Arciniega en su mejor momento, menos son los que puedan decir que vieron tocar a ese gran maestro del cajón como fue Monserrate y que nos dejó en 1957. Sin embargo, unos versos del gran Nicomedes Santa Cruz nos lo recuerda y nos habla de su calidad como cajonero (Nicomedes Santa Cruz, Obras Completas II, Investigación (1958-1991), compilado por Pedro Santa Cruz Castillo, Lima 2004):
Como Francisco Monserrate
no ha habido negro ni habrá.
Bajo su piel de chocolate
un ritmo atávico late:
tucutum-pá, cum pá-pá.
Palma y cajón para Bartola,
Manuel Quintana cantará,
quizá la copla sea española
pero el cajón me habla de Angola:
tucutum-pá, tucutum-pá.
Baila Bartola Sancho-Dávila,
ya tiene el diablo puesto atrás.
Mi gente suda y huele a zábila
con este ritmo, ancestro de Africa:
tucutum-pá, tucutum-pá.
Dario Mejía
Melbourne, Australia
Escrito el 11 de Diciembre de 2007
Actualizado el 24 de Julio de 2017
Compartido en FB: https://www.facebook.com/dario.mejia.378/posts/10155819604084505
2.
Monserrate
El cajón criollo
Por: Wanderer
"Monserrate, el primer cajón", era frase en boca de criollos cada vez que se hablaba de Pancho Monserrate, "el cajón sinfónico" de una Lima siempre vista en las jaranas de antaño y de ahora.
Existe una antología del cajón criollo en la cual no se discute la jerarquía de principales intérpretes de ese elemento único de la jarana limeña. Entre ellos estuvo siempre Pancho Monserrate al lado del alegre "Ganchito" Víctor Arciniega, de Arístides, cuyo repiqueteo se oye en Malambo junto a los hermanos Ascuez, con el negro Benítez y otros, todos ellos máximos admirados de los viejos y sabidos criollos jaraneros.
En Pancho Monserrate no destacaba su redoble en el cajón, a la manera de Arciniega, sino su aplomo, su sonoridad, su ritmo siempre firme y su famoso contragolpe. Con mucho del más rígido canonismo ortodoxo, las normas de la marinera (marinera equivale a jarana y jarana es la marinera, para quienes saben de estas cosas peruanas) dicen que "la guitarra llama a la palma y la palma llama al cajón" y luego, cuando llegan las voces, el baile empieza, empiezaq la jarana.
En la criollísima fiesta, en la jarana, todo se improvisa, desde la elección de la letra por el cantor que "pone" la jarana, con la obligación de saber "contestar" por quien le hace dúo, como los adornos de la guitarra que puntea, y hasta la parte del cajón.
El buen cajonero debe saber afirmar el ritmo y también animarlo tocando con golpes muy sincopados; el buen cajonero no debe titubear cuando un cantor malicioso le "roba" intencionalmente el ritmo o cuando el guitarrista acompañante empieza a rasguear "llamando a contra-compás". Y en eso, justamente don Pancho Monserrate era el rey. Un viejo rey, de edad legendaria, nunca averiguada ciertamente, pero con un enorme señorío sobre su típico instrumento. A Pancho Monserrate nadie pudo nunca "sacarle" el compás a él, justamente, le temblaban los cantores nóveles o esos dúos y tríos de radio, sabios en arreglos pero ignorantes de las normas intrincadas y los mil acertijos de la buena jarana.
Porfirio Vásquez siempre lo contaba: "Yo sé una vieja llamada en guitarra de resbalosa en donde es muy difícil entrar, al menos de primera intención. Un día jaraneábamos con Monserrate y lo puse a prueba. El negro me contestó en el acto y a contragolpe. ¡Qué bueno es!".
El "chino" Ángel Monteverde figura también entre los panegiristas de Monserrate. Nunca tomaba, ni toma, ni tomará su nombre sino para deshacerse en elogios. En cambio, algunos tríos de moda que en los últimos años se encontraron con él en radio nacional, solo hablaban de él para quejarse: "Toca con mala fé, quiere dejarnos mal". Y hasta había ignorante que proclamaba que no tenía oído.
¡Nada de eso! Monserrate se limitaba a tocar como se debía, y que no se metiera a tocar con él el que no pudiera hacerlo. Por eso, cuando a Monserrate le hablaban de Manuel Quintana "El Canario negro", de Augusto Azcuez "Cabeza de comba" y su hermano Elías, del "Manchado" Arteaga, del "Carnero" La Rosa y otros ases de la marinera, de la jarana, el viejo negro rey del cajón sonreía lleno de felicidad: "Esos sí saben, y tampoco faltan muchachos, como Nico Santa Cruz".
Yo guardo un recuerdo querido del viejo Monserrate: el mejor de sus cajones. Me lo regaló hace dos años y lloró cuando me lo llevé. Tiene una bandera peruana pintada en la parte delantera y es de rica y peculiar sonoridad. Abelardo Vásquez, el primer cajonero joven, me lo viene a pedir prestado para las grandes jaranas. Dice, y yo píenso lo mismo, que no hay otro igual.
El cajón rojo que pertenece a Toño Pinilla, fué de Monserrate también. No sé porqué el viejo se desprendió de esos dos cajones queridos, sin duda porque presentía que no duraría mucho. Y recuerdo la tardecita de verano en que, debajo de la escalera de Radio Nacional, mientras esperaba que su mujer le trajera un plato de picarones, el viejo nos entregó "el rojo" y "el peruano". Hoy sabemos que "el rojo" lo hizo él y que su querido "peruano" fue regalo de un antiguo bailarín de marinera, gran señor de la marinera de salones, Enrique Alvarez Calderón. porque para don Enrique en sus días, como para don Pancho Graña, Monserrate era el único, o, como le decían amigos y rivales, "la maravilla negra".
Caretas 138, Lima, 15 jul-5 ago, 1957
Archivo personal de Adrián Apaza Spengler (Arequipa)
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Video
Zamba que le daba
Marinera Limeña
Canta: Teresa Bolívar
Cajón. Pancho Monserrate
Compartido por Darío Mejía. El audio y la foto del disco le fueron proporcionados por el investigador arequipeño Luis Pareja Rivero.
China por quererte a ti
Tondero
Canta: Teresa Bolívar
Cajón. Pancho Monserrate
Compartido por Darío Mejía. El audio y la foto del disco le fueron proporcionados por el investigador arequipeño Luis Pareja Rivero.
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Enlaces
Marco Aurelio Denegri sobre el cajón peruano
El [uso temprano del] cajón en la música andina
El cajón: Primeras grabaciones
El señor del cajón: vida y milagros de Eusebio “Pititi” Sirio.
La percusión afroperuana