febrero 24, 2008

La orfandad de políticas para preservar nuestra memoria sonora (I)


La "aclaración" hecha por el señor Hugo Gonzáles Nicho sobre la presencia de carbón en las paredes de ciertos ambientes de Radio Nacional no resulta concluyente, pues estando 30 años en esa institución, aceptar tan vergonzosa realidad (que empleados ignorantes que tuvieron a cargo obras de refacción en Radio Nacional a inicios de la dictadura fujimorista permitieron el acto de lesa cultura de destruir discos de carbón para rellenar paredes) lo empaña a él mismo.
// m.c.d.


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Fuente:
Gaceta Cultural
Lima : INC, N° 18, abr. 2006, p. 23
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Archivos fonográficos del Estado
Expedientes de sonido
Evelyn Nuñez (INC )

 
Biblioteca Nacional del Perú (foto: INC)
Dos de nuestros más importantes archivos fonográficos se encuentran poco menos que olvidados, con ese olor a humendad de las cosas guardadas. Pocos saben que Radio Nacional y la Biblioteca Nacional custodian un registro impresionante de discursos presidenciales, poemas leídos por sus autores y viejas radionovelas.

Desde que se ingresa hay que parar bien la oreja. Radio Nacional tiene un archivo fonográfico capaz de hacer que nuestros vellos se ericen. Las colecciones se almacenan desde hace 69 años. Hoy, con más de 20 mil discos de diversos temas y tipos, observando bien, resulta extraño que no posean una de las formas más antiguas en la fabricación de material de audio: los discos de carbón. De inmediato se nos viene a la memoria una leyenda en torno a esta discoteca: que en los primeros años del gobierno de Fujimori los discos de carbón fueron triturados y usados como material de contrucción al levantar el segundo piso. Se lo preguntamos a Hugo Gonzáles Nicho, jefe de la división de programación de la emisora, que lanza una sonrisa al escuchar esta versión. El, con 30 años en la radio, nos asegura [que] se trata de una especulación. El carbón está en las paredes por su condición acustica y el segundo nivel se construyó en los años 70, antes de Fujimori, señala.

Hecha la aclaración, nos aventuramos por los pasadizos del polémico archivo. Saltan a la vista diversas clasificaciones: salsa tropical, ópera, rock, zarzuela. ¿Alguien pensó que en Radio Nacional sólo se escuchaba música criolla?. Las cintas traen a la memoria programas emblemáticos como El Heraldo Musical de Los Andes o La Guardia Vieja. Y por supuesto, están registradas las voces de Nicomedes Santa Cruz, Ima Sumaq, Chabuca Granda.

El sótano en cambio, contiene las cintas megnetofónicas. Apilados están los discursos de Juan Velasco Alvarado y de Manuel A. Odría, mudos vecinos de cintas con la inocente comicidad de los años 50 o de radionovelas que llevan por título La Loba y El Angel Perverso. La humedad afecta las narices y se vuelve visible al treparse por las paredes del recinto. Doña Fabiola Sancho, la persona encargada de manipular este tesoro, nos cuenta que demoró cuatro meses en ordenar este archivo allá por el año 92. desde ese momento esta habitación ha empezado a ser parte de la historia. Y sin embargo no hay proyectos para su mejor conservación.

De Abancay a San Borja

Diferente es la situación del archivo fonográfico de la Biblioteca Nacional ubicado aón en la Avenida Abancay. La nueva sede en San Borja albergará el material a una temperatura entre 18° a 20° grados centígrados y una humedad inferior al 65%. Carmen Aranda es la bibliotecaria que conoce cada recoveco de la sala. El disco más antiguo, nos dice, es uno de carbón, grabado en 1906. En el lado A aparece el Himno Nacional de José Bernardo Alcedo, y en el lado B, la Marcha Nacional Peruana. Los siguientes años conservan las primeras voces del criollismo como las del dúo Montes y Manrique -Eduardo Montes y César Manrique- perennizados también en discos de carbón. Diez de los cien títulos que grabaron se encuentran en la Biblioteca Nacional.

Pero también hay otro tipo de joyas en el archivo, como por ejemplo las viejas partituras del vals La Oración del Labriego, editado por La Rosa Hermanos en 1899, que años después Felipe Pinglo hiciera popular. No sabemos cómo llega este material. En algunos casos puede haber sido por compra y en otros por donaciones, explica Aranda, la bibliotecaria. Lo que sí queda claro es la presencia de 134 cintas magnetofónicas donadas en 1989 por el Patronato Popular y Porvenir, donde se contiene música de la Independencia, del periodo colonial, locuciones radiales y música para piano cuyos autores, lamentablemente son desconocidos.

Para Aranda, es momento de que esta información sea transferida a CD, es decir, sea digitalizada, pero sabe que son necesarios los proyectos que viabilicen esta propuesta. Setía óptimo que la modernidad no sólo quede en la infraestructura de la biblioteca sino que también alcance a los archivos.


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