En la colonia temprana (siglos XVI y XVII), las danzas y músicas que se practicaban en las Indias ya reflejaban el intenso trajín que había entre los pueblos en contacto: español, africano e indígena. Más allá del instinto estamental de las elites, nunca hubo, felizmente, un desarrollo de compartimentos estancos en las artes expresivas. Desde el principio hubo un "ida y vuelta" (en realidad, un movimiento circular constante) de músicas que fueron muy populares a ambos lados del charco y que ya portaban la impronta del mestizaje, sobretodo con el aporte africano. Esto se explica no sólo por su intensa cualidad rítmica, sino porque inicialmente fueron las nuevas sociedades criollas las que iban teniendo un flujo y reflujo más fluido con la península. Eran, aparte de las capitales de Virreynato (México y Lima, esta última con fuerte presencia de población negra a los largo de la colonia) las de la zona caribeña y antillana.
En el capítulo VI del libro La música en la obra de Cervantes (Miguel Querol Gavaldá - Madrid: Centro de Estudios Cervantinos, 2005), están estudiadas las danzas y bailes que el gran escritor del Siglo de Oro mencionó: La Danza del Rey Don Alonso, El canario, El contrapás, La chacona, Escarramás, La folía, La gallarda, Las gambetas, La jácara, jacarandina, La morisca, La perra mora, El pésame dello, El polvillo, La seguidilla, El turfión, El villano, El zambapalo, La zarabanda.
Querol dice que "La chacona, junto con la zarabanda y la folia, fueron los bailes más animados y que de mayor popularidad gozaron en tiempo de Cervantes" (p. 120). Al menos la chacona, la zarabanda y el zambapalo, son consideradas hispano-americanas, es decir, que fueron a las Indias y pronto regresaron "amulatadas" a la península. Fueron muy censuradas por allá, asociadas al pueblo, a lo vulgar. La chacona y la zarabanda fueron posteriormente sublimadas y ascendidas a los salones en composiciones estilizadas de los más renombrados maestros europeos; el zambapalo no corrió la misma suerte, se puede deducir que siguió reformulándose, evolucionando, y muy probablemente diversificándose (localizaciones y re-semantizaciones mediante) en el ámbito de la música popular hispanoamericana.
Todo esto a propósito de un poema que Mateo Rosas de Oquendo (tal vez un seudónimo), nacido c. 1559 en el sur de España, escribió satirizando las costumbres de la Lima de fines del siglo XVI. Rosas de Oquendo fué muy inquieto y aventurero, viajó primero a Italia y de allí pasó a las Indias; estuvo en los virreinatos de México y Perú (actuales Perú y Tucumán-Argentina). En el virreinato del Perú estuvo aproximadamente entre 1588 y 1598 (o poco después) probando fortuna sin muy buen resultado, hay indicios de una posterior estadía en tierras novohispanas, acerca de las cuales también escribió. Sus obras, según varios críticos, han sido aquilatadas más por su valor testimonial que literario (apreciación no compartida por Pedro Lasarte);* con Lima no fue precisamente amable, pero años después rectificó en parte: ..O mi Pirú, mal pagado,/ perdóname ilustre reino/ que habiendo sido mi abrigo/ vine yo a pegarte fuego...
Para el caso de este blog, traslado la parte referida a la música y danza de su poema Sátira hecha por Mateo Rosas de Oquendo a las cosas que pasan en el Pirú, año de 1598 (en: Rosas de Oquendo y otros, con introducción y notas de Rubén Vargas Ugarte S.J. Lima : Clásicos Peruanos, Vol. 5, 1955, pp. 29-30 - énfasis agregado):
Para el caso de este blog, traslado la parte referida a la música y danza de su poema Sátira hecha por Mateo Rosas de Oquendo a las cosas que pasan en el Pirú, año de 1598 (en: Rosas de Oquendo y otros, con introducción y notas de Rubén Vargas Ugarte S.J. Lima : Clásicos Peruanos, Vol. 5, 1955, pp. 29-30 - énfasis agregado):
[...]
Otras se van allá adentro
fingiendo necesidades,
porque cumpla el escondido,
la que ellas tienen de holgarse.
Acabado este paseo
van al estrado a juntarse,
donde el diablo, su maestro,
hace de todas alarde.
El mismo tiempla las arpas,
las vihuelas y discantes
y aunque les dá fantasía,
no es esa la que se tañe.
Un sambapalo comienzan
con que las donzellas dancen
que no ai ramera en Ginebra
que tanto meneo alcance.
La niña que nació ayer
y no sabe presinarse,
no ay gitano voletador
que más sepa desgonsarse,
según son los movimientos,
las posturas y visajes;
parece que en las caderas
tienen un molino de aire.
Luego le mudan el son,
que son muertas por mudarse
y bailan un puertorico,
¡pobre del que lo tomare!
La zarabanda y balona,
el churunba y el taparque,
la chacona y el totarque,
y otros sones semejantes,
nombres que el demonio a puesto
para que el hombre se enlaze
y que el padre se lo enseñe
y la justicia lo calle.
Pues pensar que no se alteran
los hombres con esos bailes,
es pensar que son de piedra
y tienen muerta la carne.
Lo que de mí sé decir
es que soy tan miserable
que en comenzándose el son
comienzo a destacarme.
[...]
La zarabanda, la chacona y el zambapalo, además de otras danzas mestizas, ya se practicaban a fines del siglo XVI en el virreinato peruano, como sucedía en Centroamérica, México, el Caribe, amén de España. Algunos autores ven el zambapalo como muy probable antecesor de la zamba y la zamacueca, esta última, surgida como género al iniciar el siglo XIX, en la costa peruana. No tengo referencia de que exista alguna notación de un zambapalo de los siglos XVI o XVII.
//marcela cornejo
Lima: Vista y costumbre de los habitantes - Gabriel Lafond de Lurcy (c. 1822)
Danza El chocolate según Gabriel Lafond de Lurcy. Lima, c. 1822
(en: Canción criolla. memoria de los nuestro. Manuel Zanutelli. Lima, 1999, p. 9)
* Un estudio más acucioso de esta obra, la encontraremos en Sátira hecha por Mateo Rosas de Oquendo a las cosas que pasan en el Pirú, año de 1598. Pedro Lasarte (Madison : The Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1990); Lima satirizada (1598-1698): Mateo Rosas de Oquendo y Juan del Valle y Caviedes. Pedro Lasarte (Lima : PUCP, 2006)
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Audio
La chacona, una indiana amulatada - parte I - parte II - parte III - RTVE
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Links
La música en la obra de Cervantes - Miguel Querol (vista parcial)
Sátira hecha por Mateo Rosas de Oquendo a las cosas que pasan en el Pirú, año de 1598 (texto completo)
El "Cartapacio poético" de Rosas de Oquendo: una muestra de poesía satírica colonial - Margarita Peña
Sátira y albur en la Nueva España. El caso de Mateo Rosas de Oquendo - Carlos Pineda
Sobre la zarabanda y la chacona, músicas mestizas de la época colonial