abril 30, 2019

Teoría de la historiografía peruana ó "el nombre del abismo"

Acercándonos al Bicentenario,  sin dejar el tema vertebrador de este blog (historia y cultura, principalmente música), pondré algunas reflexiones sobre historiografía del Perú,  que no tienen la difusión que merecen.
Las reflexiones sobre los cimientos que utilizamos para construir el edificio de nuestra memoria común son hoy muy necesarias. Sirven para articular mejor las proyecciones que realizamos, incluidas las investigaciones sobre nuestra historia cultural.  Qué ha sido y es "Perú" y lo "peruano", tanto diacrónica como sincrónicamente, cómo se plasma eso en las fuentes históricas y en las memorias largas.  La tendencia  decimonónica al republicanismo desagregado en diferentes espacios soberanos, alentó también la memoria selectiva, el centripetismo intelectual a la hora de elaborar los discursos nacionalistas, algo contra-histórico, sobretodo en relación a las fronteras políticas construidas y mantenidas con países vecinos.
Compete a los peruanos batallar por la "peruanidad" de la totalidad de nuestra memoria, por una cuestión simple de rigor histórico y ético.  Una peruanidad implícita en fenómenos mucho más amplios y globales, como la  Hispanidad o la Modernidad.
Si teorizar es el acto de nombrar, se ratifica entonces la importancia de la lingüística y la filología como herramientas transversales, fundamentales, de las investigaciones en Humanidades, Ciencias Sociales y Literatura. Sin las constelaciones de palabras que constituyen los mundos posibles, sin la búsqueda y comprensión de sus procesos evolutivos, ho hay creo, nada.  
La conferencia me mereció la pena transcribirla, las negritas son mías.  Compré el libro en el 2013, poco después de su edición peruana.  La intro es muy protocolar, por lo que destaco el minuto en que el autor empieza a hablar.
// m. cornejo d.
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Teoría de la historiografía peruana ó el nombre  del abismo

Mark Thurner
Institute of Latin American Studies
University of London
Conferencia en el departamento de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica del Perú el 17 de abril de 2017











Min. 4:25

Hoy día voy a hablar de la teoría y la historiografía.  Todo lo que voy a decir se aplica creo, a toda la historiografía, no sólo a la peruana, pero me voy a enfocar en el caso peruano porque quiero que compren mi libro, "El nombre del abismo", que salió ya hace varios años, pero no creo que se haya vendido mucho en el Perú, en inglés se ha agotado, pero me parece que todavía tienen ejemplares de la versión peruana.

Voy a hablar de los temas que toco en el libro y luego enfocarme en un artículo que salió el año pasado en "History and theory", una revista norteamericana, quizás la única en el mundo donde hay debate constante sobre la teoría de la historia.  En realidad este campo de la historiografía es un guetto, bienvenidos al guetto, para comenzar.  A los historiadores no les gusta mucho reflexionar sobre su propio arte y ciencia.   Lo voy a hacer porque me parece absolutamente necesario para abrir nuevos campos de reflexión, nuevas prácticas de la disciplina histórica.

Primera pregunta: Cuál es el nombre del abismo.  

El libro podría haberse llamado "El nombre del Perú" perfectamente, quizás  por ese título no ha atraído a los lectores, porque el nombre del "Perú" vende.  En realidad ese es el punto del libro y de toda mi charla.  El nombre "Perú" vende, y se ha vendido muy bien desde el siglo XVI.  Desafortunadamente no hemos aprovechado eso, porque el nombre "Perú" es uno de los nombres más poderosos, yo diría, en la historia del discurso histórico.  Es un nombre que va por ahí con otros nombres como Roma, Grecia, Alemania, Francia, está en esa categoría como concepto y nombre de la historia.

Lo que está detrás de la Marca Perú (que ahora vemos en todos lados) es el abismo.  El abismo que hizo posible que surja el nombre Perú como sujeto histórico, es un invento totalmente nuevo, totalmente histórico, quizá uno de los nombres más históricos que podemos imaginar, porque  esta frase del abismo de la historia sale de quién...  no es mía.  De Basadre.

Yo simplemente estoy recogiendo el comentario de Basadre, de Lorente, de Unanue, de Peralta, de Garcilaso, etc., la historia de la historiografía peruana para llegar a esa reflexión, de que el nombre sale de un abismo.  Ese abismo está descrito perfectamente por el inca Garcilaso; es el abismo entre los sujetos históricos en el momento del encuentro en un río del norte del Perú, al parecer ficticio, o no... no importa.  Lo importante es cómo es leído después. Cómo a partir de ese momento se vuelve concepto.  Surge de la imposibilidad de comunicar, entre idiomas y sujetos.  Un sujeto bárbaro que pronuncia su nombre propio en un río,  frente a unos españoles que no conocen el idioma, y de ahí sale el nombre.  Si es verdad o no, no es importante, lo importante es que Garcilaso describe perfectamente un problema lingüístico y un problema filosófico que está en la base de la historiografía.  Nosotros cuando escribimos historia, no nos cabe otra cosa que saltar entre palabras y cosas.  Tenemos palabras pero queremos hablar de cosas, por eso, entre la palabra y la cosa, qué hay.  Un abismo imposible de cerrar.  Imposible.  Esta imposibilidad es la posibilidad de historiar.  Ese es el punto más fundamental de todo el libro y todo lo que voy a decir hoy.

La historia se funda en esa imposibilidad.  La imposibilidad del Perú es  una imposibilidad fundadora de la Edad Moderna, de la nueva globalidad y del nuevo intento de escribir historia global.  Vamos a ver esa misma operación en todas partes.  El caso peruano es singular e ilustrativo de un proceso global que se va a ir produciendo alrededor del mundo a partir del siglo XVI. Tiene antecedentes en la historia previa, pero se va a ir multiplicando como la posibilidad de escribir historia global.

Dos imágenes, una de López de Gómara (Historia General de las Yndias, 1552)  y otra de De Bry (Phasia, 1626), del encuentro con un nativo que llaman Perú frente a las costas peruanas. Este tipo de imágenes se producen en todas las Indias alrededor del mundo, más o menos son todas parecidas.  Son intentos de imaginar esos encuentros que dan lugar a nuevos nombres y nuevos sujetos de la historia.  Hay muchísimos ejemplos de eso... se van fundando historiografías, no sólo en el Perú...  [sino en] México, India, Filipinas, partes de Africa, etc.

Qué es la teoría, cómo hacemos teoría.  Cómo hacemos historia, qué es historia. ¿Es suficiente decir que es una narración? hay muchas otras cosas más.  Qué define la teoría de la historia ¿es algo del pasado?

Voy a dar una posible definición.  Voy a decir que teorizar es nombrar.  Teorizar es formar de los nombres propios, un nombre colectivo singular. Esta definición es de [Reinhart] Koselleck: la historia lo que hace es narrar nombres propios: Mark, Juan... Perú, Francia...  Ese nombre propio representa un sujeto.  Ni cosa ni idea, un sujeto.

Cuando un sujeto es convertido en un concepto ahí tenemos teoría. Por ejemplo,  podemos convertir Europa en teoría.  Es un nombre propio, pero qué significa en un discurso mayor.  En la historia significa que es el lugar de la teoría, el lugar del conocimiento.  Hay una serie de cosas que están identificadas con ese nombre propio que le dan una vida teórica.  Funciona como un nombre-apelativo, un nombre general.

Perú es un nombre propio que nace en un abismo de la historia, pero en ese momento se convierte en un nombre colectivo singular, un signo general que significa ciertas cosas.  Qué significa Perú en el siglo XVI: bonanza, riqueza, imperio, promesa, El Dorado.  Como es un lugar real, es lo opuesto a una utopía, y funciona en la historia como tal.  No solo es eso, también algo con que un sujeto colectivo puede identificar suyo.  Un sujeto colectivo al cual todos los peruanos pertenecen.

Quiénes son los peruanos en el siglo XVI.

Tenemos la idea equivocada en la historiografía de que lo peruano es un invento de San Martín en el siglo XIX, con un discurso patriota, y que a partir de ahí se van formando peruanos.  No, eso es un error.  La palabra comienza a aparecer en el s. XVI, está en el Inca Garcilaso, y está claro que ser peruano quiere decir ser un sujeto  global, no nacional, y es un sujeto futural.  Como pasado es incaico, pero como futuro es global.  Eso está muy claro en Garcilaso y luego... lo interesante es que "peruano" está identificado con el hecho de ser, por lo menos parcialmente, nativo, un mestizo o nativo que luego se va a llamar indio, y posteriormente indígena.

El Perú en el siglo XVI y XVII es un nombre colectivo singular y tiene muchísima importancia en el discurso histórico global, está en todos lados, está citado  en todas las grandes obras, está presente en esa nueva historia global o universal.  Luego, hacia el siglo XVIII va declinando, va desapareciendo  el Perú como ese sujeto colectivo singular y se va convirtiendo cada ves más en un sujeto nacional, cada vez más pequeño, con cada vez menos presencia en el discurso global.  Va perdiendo peso, en otras palabras, hasta llegar a convertirse casi en una cosa de curiosiad en los gabinetes de curiosidades.

Por ejemplo vemos esta imagen que está en Madrid, este famoso  Cuadro del Perú (1799) en las oficinas del MNCN (Museo Nacional de Ciencias Naturales) en Madrid.  ¿No han tenido noticia de esta obra? ¿no?, es un buen ejemplo del estado del problema. Este cuadro está en el despacho de las secretarias, donde nadie lo puede ver.

Nosotros tuvimos oportunidad de verlo, por eso tomé la foto, como parte de la Red que dirijo sobre historia global.  Tuvimos un taller en un Museo hablando de piezas peruanas y otras americanas que están por ahí perdidas en museos europeos, y que están dispersos, no tienen mayor contexto, su significado ha sido perdido... en realidad ese cuadro refleja fielmente el proyecto del Mercurio Peruano.  Es casi el último producto de ese proyecto, como lo ha demostrado claramente Víctor Peralta, que trabaja en Madrid.  Ese proyecto del Mercurio Peruano fue un intento de resucitar un Perú colectivo singular que había sido perdido, está muy claro que es un proyecto de rescate, de relanzamiento.  Ese proyecto tiene un éxito relativo, pero es consumido en Europa sin citar o reconocer el hecho que fue producido en el Perú; y ese cuadro es un buen ejemploRepresenta  la historia natural, mineralogía, etnografía, la nueva historiografía política del momento... todo está concentrado en ese cuadro, que es totalmente desconocido y perdido ahora.  Es una metáfora quizás de lo que pasó con ese Perú global del que hablo en el libro.  Hoy en día lo que necesitamos, y depende mucho de ustedes, es un nuevo Mercurio Peruano, pero El Mercurio en internet, algo por el estilo...  para rescatar esa posibilidad que se ha perdido.  Nosotros estamos en ese proyecto, rescatando los elementos de esa historia global que han sido realmente sepultados en museos, en historias etc., y sobretodo en la historiografía nacional.

Ahora, cómo se logró en la historiografía peruana, proyectar Perú como teoría.  

De eso tratan los primeros capítulos de mi libro "El nombre del abismo", que son lecturas del Inca Garcilaso, Peralta Barnuevo,  principalmente esos dos y algunos otros historiadores eclesiásticos.

Primero lo que se produce es la traslación de un concepto fundamental de la época que se refiere al movimiento de los imperios universales desde el Oriente hacia el Occidente.  Está por detrás la teoría de los cuatro imperios que está en la profecía de Daniel en el Viejo Testamento, pero que tiene toda una vida en la historiografía como teoría de los imperios.  Hay que recordar que en el momento de la conquista del Perú, Carlos V es el emperador romano. Entonces, la conquista del Perú es vista como una incorporación o traslatio del imperio romano hacia Perú.  Eso se ve en Inca Garcilaso y otros textos del momento.  Realmente lo que está detrás del discurso providencialista en los Comentarios Reales, que mucho se ha comentado.  Mucho se ha comentado porqué la historia de los incas está escrita como la preparación para recibir la palabra de Cristo, pues tiene que haber esta historia de la civilización anterior, hecha por los incas, que hace posible que esa semilla encuentre su lugar y dé fruto.  Ese tipo de narrativa es exactamente la que encontramos para describir la historia romana antes de Cristo, entre otros ejemplos.  Pero en este caso es distinto, porque hace posible pensar "Perú" como el futuro, no solamente de Roma sino del mundo, del futuro de los imperios universales.  Ese pensamiento está muy claro luego en el siglo XVIII, sobretodo en la obra de Peralta.

Hago una re-lectura de Peralta que me parece, rompe con la lectura usual de Peralta.  Lo que me llama la atención es que ejecuta una operación de traslatio estudi, es decir, es decir... él utiliza la palabra asiento... el asiento de la historia pasa de Madrid a Lima, y por eso Peralta es el Virgilio de Perú y Pizarro es el fundador, pero no solamente el fundador del Perú, sino del futuro del mundo.

En Peralta, en Inca Garcilaso y muchos otros de esa época, la historia peruana no está pensada como una historia nacional, es siempre pensada dentro de la historia global, en el sentido de que el Perú es la vanguardia, es el futuro.  Antes se pensaba que solamente se hacía eso con referencia a Estados Unidos, lugares así.  Pero está muy claro que en el caso peruano, todas esas narrativas que tenemos, toda esa narrativa peruana, esa narración, es teoría.

Un excelente ejemplo es este dibujo del frontispicio de "Lima fundada": Lo interesante de esta imagen es que invierte la teoría histórica del momento, que es que la historia es un espejo del príncipe.  Es un concepto neoplatonista típico de la época, en que se escribe historias para ilustrar a los príncipes o en el caso del Perú a los virreyes.  Ese es el fin ultimo de la historia: para ilustrar al príncipe que va a gobernar.  Esa idea renacentista es también la idea de Garcilaso, razón por la cual escribe los Comentarios RealesDurante toda la historia virreinal de América los Comentarios Reales son usados como espejo del príncipe; están citados en Leyes de Indias, por virreyes, etc. para justificar políticas.  Entonces, esas historias funcionan como teoría de gobierno y son citadas frecuentemente con ese fin, son actores políticos, obras de referencia para gobernar.  Son una especie de tributo que se paga al príncipe, pero es un tributo que ilustra.  Peralta hace algo distinto, él invierte esa teoría y dice que en realidad el príncipe es el espejo de la historia, y aquí lo  vemos claramente: el príncipe... parece  una medalla pero el concepto es espejo, y Peralta está ofreciendo un libro de historia al príncipe de España, que va a ser también príncipe de Indias.  Lo que está pasando aquí es una transformación típicamente moderna de que la historia, y no el príncipe, manda.  Este concepto es, según Koselleck, algo que aparece en la literatura alemana hacia fines del s. XVIII y aparentemente antes no, pero lo encontramos en el Perú antes.  Hay una cosa muy importante, que es la historia del Perú y sobretodo Lima... el hecho de que el príncipe está lejos, y la historia toma su propia dinámica, es una situación, podemos decir ahora,  típicamente colonial, que no se dá en Europa, eso hace que la Colonia se convierta en la vanguardia del pensamiento histórico porque se puede imaginar fácilmente que el motor del cambio, lo que manda en la vida, es la historia y no el príncipe, luego, el príncipe aprende de su historia.  En el punto que el príncipe refleja fielmente esa historia, puede gobernar, si no lee bien o no refleja bien la historia, pues no.  Esta es una transformación típicamente moderna, que se da en la obra de Peralta y que luego hace posible imaginar un Perú sin príncipe, un Perú cuyo futuro es su propia dinámica histórica.  No necesita príncipes de afuera, tiene su propia dinámica y esa dinámica viene de muy atrás.  Eso hoy día parece obvio, pero en ese momento era totalmente novedoso pensar la historia así.

La historia peruana es historia pero a la vez es teoría, sobretodo porque el nombre propio del Perú funciona como nombre apelativo o teoría en el discurso historiográfico global. Historiadores peruanos como Garcilaso, Peralta y otros, saben eso perfectamente, está reflejado en su obra por eso están en la vanguardia del pensamiento histórico global, sin ser reconocidos como tal, en general porque los centros de los debates historiográficos no están aquí,  están en diferentes puntos de Europa, donde los peruanos están siendo leídos pero donde no intervienen en el debate.  Algo parecido sigue pasando hoy en día, pero no quiere decir que [no] están ahí y que pueden estar en la vanguardia sin ser reconocidos como tales. Claro, lo que es necesario es una re-lectura de su historiografía, comparándola con otras historiografías y no leyéndola como historiografía meramente nacional. Recién en el siglo XIX se comienzan a leer esas historias como nacionales, casi a fines del siglo XIX.  Mi punto es que es posible un historicisimo peruano, emergen todos los elementos de un historicicismo peruano.  

Generalmente en la historia de la historiografía, todos los textos están de acuerdo en que el historicismo es un invento alemán.  Fines del siglo XVIII... Heidegger, Hegel, etc., y luego hay unos contactos con Francia y Gran Bretaña, Italia...  Por ahí está Vico, pero no lo integran muy bien en la historia del historicismo.  Historicismo entendido como teoría histórica moderna, y la noción de que "todo es historia" y que "la historia manda".  Ese concepto es un concepto alemán, lo dice también Koselleck y otros.  Lo que yo propongo en mi libro es que no, que hay también otros historicismos; conceptos muy parecidos que emergen en otros lados, y el del Perú es un caso muy claro de que hay una tradición historicista peruana que tiene antecedentes en los textos que acabo de mencionar, pero que siguen siendo desarrollados por personas como Unanue, Rivero, y en el XIX sobre todo Lorente y luego en el XX, Jorge Basadre.

Porqué es importante esto:

El argumento aceptado en todos lados de [P. Ch. inaudible] es que el historicismo es un invento europeo, una ideología imperialista que invade el resto del mundo, las colonias, para decirles que son sub-desarrollados, que están atrás, y que "tienen que seguir nuestro ejemplo".  Pensar históricamente. Ese discurso, dice Ch., funciona para que [las colonias] piensen "tenemos que aprender del modelo europeo para poco a poco llegar a ser como ellos, y bueno, a partir de ahí poder escribir una buena historia, entendernos históricamente y ser modernos", sobre todo ser sujetos modernos, sujetos históricos.

Me parece que el caso peruano demuestra que no es así.  Se reconoce la invención de sujetos peruanos, y los historiadores historizan esos sujetos, les dan acción, les dan protagonismo para hacer historia.  Y no solamente historia nacional sino global.  Unos ejemplos:

Lo que ven ustedes atrás es un dibujo que aparece en Rivero-Von Tschudi en "Antiguedades peruanas" 1851, una copia de los dibujos de los incas de Villanueva que aparecen en el texto  de Jorge [...] Ochoa en el s. XVIII.  Es una modernización de estampas incas del s. XVIII que circulan ampliamente en el mundo, aparecen en muchos textos, etc.  En este caso se convierten  en imágenes de la noción de que Perú tiene su propia historia antigua, que es la base de su futuro progreso.  Ese concepto está muy bien desarrollado desde Peralta (comienzo del s. XVIII); son los conceptos claves que en la literatura se identifican como alemanes, pero no, existen antes en el Perú que en Alemania.

Un excelente ejemplo es el trabajo de Unanue [carátula en ppt: "Observaciones sobre el clima de Lima y sus influencias..."].  El hecho de que él entienda esa tradición, hace posible que él critique el historicismo europeo a fines del s. XVIII cuando éste recién se está formando.  Es una crítica muy dura al pensamiento europeo historicista, y sobre todo  a la idea de que Europa es "tribunal de la historia".  Dice que Europa no tiene ninguna justificación para ser "tribunal de la historia" porque su historia general es provinciana, porque en otras tres cuartas partes del mundo el dice que los pueblos tienen historias más antiguas, más diversificadas, lo que hace posible que hagan su propia historia, y que puedan actuar como intérpretes de la historia global, que esa historia no se puede escribir solamente desde Europa, y si la escriben desde Europa, la escriben mal.  Otra base de su pensamiento es la idea de que el Perú es un territorio universal por excelencia, que tiene toda la fauna y flora que uno puede encontrar en todo el mundo y por eso es realmente universal como sujeto histórico.  Eso se ve reflejado en el cuadro que acabo de mostrar, que ahora está guardado en un museo de Madrid donde nadie lo puede ver.  Ese cuadro refleja la noción de que Perú es un micro-cosmos que contiene todos los micro climas, razas humanas, animales y plantas del mundo.  Por eso Perú es realmente un lugar desde el cual se puede escribir historia global.  Es un buen lugar para hacer eso, en cambio Europa no, no tiene esas características, su mundo es muy limitado, su experiencia es muy limitada, pueden haber tenido una experiencia imperial pero superficial, su conocimiento a partir de ese imperio lo ven desde su propia historia que es muy provinciana, medieval, etc.  Entonces Europa no está en una buena posición para tener una visión global de la historia.  Otros lugares sí.  Perú es uno, otros son los países árabes, también la India... lugares que están mejor posicionados para entender el mundo.  Por supuesto, detrás de eso también hay unas teorías ambientalistas sobre qué es lo que influye en el cerebro humano que hace posible que perciba la diversidad de realidades. Unanue desarrolla el argumento de que lo que él llama el "genio americano" es más abierto a registrar una diversidad de fenómenos y que el cerebro europeo no.  Para Unanue, Perú es un lugar privilegiado.  Eso es posible porque ya hay una tradición de pensar la historia de esa manera (en el Perú).

Otro ejemplo: Sebastián Lorente.  Me parece que no ha tenido muy buena fama en el Perú por el hecho de que nace en Murcia y es educado en su ciudad y Madrid. En Madrid consigue una cátedra de filosofía, en ese momento Domingo Elías [diplomático peruano] llega a Madrid y lo contrata para fundar el Colegio Guadalupe. Luego es el primer decano de Letras en San Marcos.  Funda [la cátedra] "Historia de la Civilización Peruana", y luego escribe y publica los primeros textos universitarios de Historia General del Perú.  Tiene sus enemigos políticos por supuesto, que quieren bajar su reputación, llamarlo espía, etc.  Es claro que Lorente es el historiador más peruano del s. XIX aunque no nace en el Perú.  Digo más peruano porque él escribió una historia general, filosófica y global, muy amena, pero con conceptos filosóficos muy sólidos, muy reconocidos en el mundo en ese momento, y sobre todo conceptos historicistas y anti-positivistas.  Entre sus influencias Vico es clave, también Kant.

Esto me hace pensar en algo que no mencioné: La obra de Peralta es muy parecida a la obra de Gian Battista Vico, de Nápoles.  Vico es famosísimo, una figura clave en la historia de la teoría histórica, de la historiografía, Peralta no, pero los conceptos son muy parecidos. Vico tiene una biblioteca mucho mayor, publica más... pero los dos son sujetos del imperio español.  Vico está en Nápoles, llega a ser en sus últimos años historiador del príncipe Carlos III (que llega a ser emperador), y en el caso de Peralta, es el cosmógrafo del virreinato.  Los dos son figuras provincianas del imperio español, y lo que hacen es escribir una historia de la antiguedad pre-hispánica.  En el caso de Vico para el sur de Italia que era [entonces] territorio español, y Peralta para el Perú.  Hacen cosas parecidas, a partir de esas historias prehispánicas, antiguas, providenciales, dan a esos dos sujetos una historia profunda que tiene futuro más allá del momento español. Peralta es el Vico de América, y es el único, no hay otro que escribe una historia del imperio desde la antigüedad pre-hispánica.

[Es importante] el hecho de que Lorente también tenía esa influencia de Vico... porque Vico es leído recién en el XIX (no fue leído en el XVIII, porque no hubo traducciones, no se publicaba ni circulaban sus textos hasta que Michelet hace una traducción al francés).  Lorente cuando viaja a París con la misión diplomática peruana se encuentra con el texto de Vico traducido al francés, y entonces absorbe ese momento en que Vico renace y es por primera vez importante (a partir de Michelet).  Lorente está así por una coincidencia, en la vanguardia del pensamiento histórico anti-positivista y eso lo utiliza para escribir la historia moderna peruanaEsa historia peruana es leída por todas sus contrapartes en el s. XIX.  Al estar aquí y estudiar historia en el XIX se tenía que leer a Lorente.  El impacto fue general, no solamente en Lima sino en todo el Perú, sus textos circulan, realmente son los únicos, son como catecismos.  Son baratos... tienen una influencia muy grande.

Cuando Lorente intenta escribir una Historia General del Perú, teniendo conocimiento global de la historia y la filosofía, se dá cuenta que hay que cambiar la historia universal porque no da lugar a un sujeto como Perú.  No cabe en las indagaciones existentes, ni de los cuatro imperios, ni de las cuatro épocas de la historia universal. Porqué, porque por "civilización peruana"(y él es el que hace que ese término se institucionalice) quiere decir: civilización nativa pero también moderna, híbrida, mestiza, criolla, etc.,  un ser orgánico historicista, un sujeto histórico con su propia lógica.  Al encontrarse con esa lógica y darse cuenta que en el Perú por ejemplo, no hay "Edad Media", ve que hay que re-pensar todo el esquema.  En el s. XX se inventa la idea de que Perú es feudal, en el XIX no se encuentra esa palabra ni ese concepto, porque Lorente y otros tienen claro que lo rural-medieval no se aplica, no es posible. Perú es antigüedad y modernidad, chau; así bruscamente.  Se pasa de la antiguedad a la modernidad, eso no se da en otros lugares; entonces qué tenemos... otra historia global, rompe todo el esquema de historia global como una sola narrativa, ya no es sostenible, y Lorente se da cuenta de eso.  No tiene una solución pero va narrando.  Desafortunadamente los historiadores peruanos del s. XX  se olvidan de eso.  Aceptan la noción de lo rural-fedual, de  que España y la leyenda negra, etc., ustedes saben bien, a partir de Gonzáles Prada, Mariátegui, etc., todo ese rollo de que Perú es rural.  Eso borra la posibilidad de tener otra historia global, ahora ya Perú es solo un ejemplo rechazado, retrógrado, rural-feudal, de la historia global, y hay que acelerar esas cosas, hacer la revolución, etc. para que el Perú conecte con el resto del mundo europeo hacia su modernidad.  Antes no se pensaba el Perú así, como un problema atrasado de la historia global única, sino como una historia alternativa pero global. Eso se encuentra también en Lorente, está muy claro.

"La historia en el Perú" [tesis de José de la Riva-Aguero], intenta hacer una historia de la historiografía peruana.  Es un texto neo-positivista que borra una tradición historicista, sobretodo la de Lorente.  Lorente es simplemente dos páginas al final porque su asesor, Carlos Wiese, insistió que tenía que estar ahí, si no, no le iban a dar el grado de historiador. Son dos páginas superficiales, sin reconocer nada de su importancia ni que representa toda una tradición historiográfica.  La idea de Riva Agüero es refundar [la disciplina], casi todo su libro es un lamento sobre qué atrasada está la historiografía peruana, una situación que hace posible refundarla.  Y después, muchos historiadores peruanos siguen en esa línea: Pablo Macera, Flores Galindo... diciendo que, oh si, el historicismo peruano nace en el s. XX a partir de la generación de Riva AgüeroMi argumento es todo lo contrario:  es el momento en que muere una larga tradición historicista peruana, y esa tradición hay que rescatarla.

En Basadre hay elementos que hacen posible pensar cómo rescatar esta larga tradición de la que les hablo hoy, que creo que tiene importancia para la teoría histórica global. Basadre también quiere borrar la tradición anterior, no cita casi nunca a Lorente, pero es evidente que su historicismo se encuentra tal cual en Lorente.  No hay nada nuevo ahí. Es un discurso establecido por Lorente.  Lorente es el historiador de la República, no Basadre, aunque llaman a Basadre historiador de la República.  Lo que ha hecho Basadre es re-escribirlo sin citar a Lorente.  Claro, hace muchas más cosas, produce ese ladrillo que crece, crece, crece... es un manual para estudiantes universitarios, y va creciendo con las notas que hacen los estudiantes como ustedes ¿no?, entonces Basadre lo va juntando.  Es una enciclopedia de notas sobre la historia de la Perú.

Sus conceptos [de Lorente] y los de Basadre son muy parecidos.  Basadre los saca de sus lecturas de autores alemanes, pero [eso] ya estaba en Lorente.  Es evidente que algunas cosas de Lorente leyó, pero sin citar.  Hay también por atrás una razón política, y es lo que pasa con el hijo de Lorente, que es leguiísta.  Como el apellido Lorente está identificado con los leguiístas (Sebastián Lorente hijo es ministro de Leguía), lo que pasa en el levantamiento de los apristas es que -muy a pesar nuestro- queman su casa, donde estaba la biblioteca de Sebastián LorenteHemos perdido una de las mejores bibliotecas y archivos de la república peruana en ese levantamiento.  Esa es una de las razones por la que no se habla de Lorente en Basadre y otros.  Ustedes saben la historia de Basadre con el leguiísimo.  Entonces hay un corte ahí y hay que re-inventar el historicicimo peruano, y lo hace muy bien Basadre. 

Dejemos eso de lado y hablemos ahora de la contribución de Basadre, que es increíble, realmente.  Yo soy de dos mentes con Basadre: Por un lado el plagio terrible (y escribe muy mal Basadre, Lorente escribe mucho mejor como narrador), por otro lado, lo que hace Basadre, su contribución, no es narrar historia, escribir historia narrativa, para nada, son sus ensayos sociológicos... problema y posibilidad, meditaciones... ese es legado de Basadre realmente, esas frases que vienen de los ensayos.  Ahí si uno se da cuenta que el gran talento de Basadre es filosófico, historicista.  Hace también una gran contribución yo creo, global. Dedico gran parte de mi libro a analizar su discurso filosófico o historcista sobre el Perú, y me parece que es realemente de vanguardia comparándolo con lo que se llama el historicismo tardío en Alemania y Francia en la época de posguerra (aquí también en el Perú es una época de posguerra).  El  pensamiento de Basadre anticipa cosas que van a pasar en Europa después de la Primera Guerra Mundial, y tiene que ver son ese trauma que experimenta Alemania.  Esa terrible derrota hace que los alemanes comiencen a teorizar el historicismo, de ahí salen todas sus grandes obras filosóficas e historicistas, años 20.  El mismo efecto existe en el Perú después de la Guerra del Pacífico, esa guerra es un trauma terrible para los intelectuales peruanos.  Basadre es producto de ese trauma, toda su obra  lo refleja (también en el caso de Gonzáles Prada, etc.).  Eso hace posible una crítica del historicismo en Perú antes del caso alemán.  Son experiencias parecidas, la peruana y la alemana, con diferentes dimensiones.

Entra en crisis todo el discurso historiográfico anterior, como pasó en Alemania.  A Hegel lo dejan atrás, etc., en este caso, Lorente y otros.  Eso hace posible que Basadre vaya buscado salidas, que hagan posible pensar en un futuro Perú que va a sobrevivir, va a ser mejor a partir de ese trauma... re-inventarlo, volver a la República, re-escribirla , etc.  Si lo comparamos así, claro, Perú puede estar a la vanguardia del pensamiento historicista, y hay que rastrear eso en estos ensayos de Basadre, en donde él está leyendo... por su background de sus viajes, también por su formación como bibliotecario ¿no?  Basadre sobretodo es un bibliotecario que arma fichas, por eso todas sus obras históricas son tan horribles, imposibles de leer. Pero cuando deja eso de lado, deja de ser bibliotecario y escribe un ensayo inspirado en lecturas amplias y en su propia experiencia, ahí si brilla.  Ahí vemos un Basadre a la altura de los grandes pensadores históricos del siglo XX y debe asumir su lugar ahí, no solamente como historiador de la República Peruana, ¡por favor!, eso es un insulto.  Basadre debe estar en La Sorbona (París), Berlín, Londres, Nueva York, leído al lado de otros pensadores historicistas del siglo XX.  Ni siquiera hay traducciones, ¡por favor!, no hay traducciones de Basadre al inglés, al alemán, ¡no hay!.  Porqué no lo hacen ustedes, no, porque están contentos de que tenga su Historia de la República, ¡por favor! Es un desperdicio terrible.

Basadre tuvo también una experiencia global importante. Fué a las bibliotecas públicas de Estados Unidos, fué Francia con una beca para conocer a los annalistas (de la Escuela de Anales), estuvo involucrado en un proyecto de historia global del s. XIX en Francia , tenía una visión global.  Porqué no leerlo como un historiador mundial (world history), como una persona que está participando en la construcción de una visión del mundo.  Basadre es realmente la inspiración de todo mi libro. Después de todo lo que he dicho mal de él [como narrador histórico],al final ¡lo adoro!, como el pensador, el filósofo que es.  Porque él vuelve siempre a esa cuestión de que el historicismo sale siempre del abismo, es una apuesta, es una apuesta sobre otra apuesta, que es la apuesta del sujeto anterior que hace posible que mi apuesta pueda tener sentido.  Es una cadena de apuestas, pero de dónde sale eso: sale del abismo.  No tiene un fundamento típicamente historicista que da el origen en Manco Cápac o en lo griegos, no.  El origen de la historicidad es el abismo y el hecho de que nos tengamos que enfrentar a ese abismo y nombrarlo, y de ahí convertirnos en sujetos históricos, y luego, cuando hacemos historia, no estamos haciendo más que apostar sobre esas apuestas, ahí nos podemos sentir parte de una cadena de sujetos.  Claro, es precario, no sabemos a dónde va, eso depende de las apuestas que van a venir.  Para mí Basadre es fenomenal en ese sentido y se puede comparar con gente como Edmundo O'Gorman en México, Heidegger en Alemania, Ortega y Gasset en España, y otros de su época que tienen mucho más renombre por el hecho de haber sido traducidos y leídos en el mundo.  No es el caso con Basadre desafortunadamente.  Quizás debería yo traducirlo al inglés, pero no tengo tiempo.

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Respuestas a algunas preguntas (min. 01:27:00):


- Michelet está hablando en el present tense sobre Francia como sujeto,y eso hace posible que Francia-República funcione como teoría.  Eso lo hace Peralta, esto no nace ni con Basadre ni con Lorente sino con Peralta, ya está en él ese concepto de la historia que aparece mucho más tarde en Francia.

- Mi argumento es que la historia peruana desde el principio representaba una historia global alternativa.   No existía el eurocentrismo todavía, en eso discrepo con Quijano, Mignolo... para mi es un invento del siglo XVIII, no existe antes, ni siquiera existe el concepto de Europa.  Perú es parte de Indias.  Indias es un concepto global, hay Indias Occidentales y Orientales.  Ese concepto rompe de Indias con el viejo concepto Occidente-Oriente, que está en esta cuestión del eurocentrismo, un invento del s. XVIII.  Antes del XVIII estamos en otra cosa, y eso es lo que me interesa como fundamento para armar una crítica.  Para mí la crítica no va a la "colonialidad del poder", porque es un concepto anacrónico y no histórico, sino con volver a estos conceptos anteriores a la formación del eurocentrismo.  En Lorente, ya a fines del s. XIX, no se nota ningún eurocentrismo, cero, no está, y es el caso con otros historiadores (no todos) hispanoamericanos.

- Quizá se puede decir que la etnohistoria moderna es un invento del Mercurio Peruano.  Creo que es sostenible ese argumento.  Unanue es uno de los que está haciendo observaciones etnográficas, reconocimiento arqueológico y leyendo crónicas en archivos.  Tiene toda la metodología etnohistórica.  Eso es lo que están haciendo los del Mercurio Peruano, están armando esas fuentes.  Para mí hay ya un archivo histórico en el Perú a partir del Mercurio Peruano.  Por supuesto hay antecedentes; en Occidente se dice que [inaudible] inventó la etnohistoria; si él inventó la etnohistoria, entonces Garcilaso también, para el Nuevo Mundo y para la historia moderna. Yo imagino un Mercurio Peruano online que es global.  Sería genial.  Un Mercurio Peruano online que deja huella ¿no?, donde hay nombres que son reconocidos en debates mundiales, y no desaparece.  Yo creo que habría que rescatar el Mercurio Peruano.  Hubo un intento, renació con otro rumbo, que fue más... nacional.  El Mercurio Peruano ha sido mal leído como un proyecto nacional, fue un proyecto global ilustrado, transatlántico, transpacífico, con una visión totalmente global.  Perú tenía ese significado entonces.  Perú no es una nación, es un evento global, y ellos querían rescatar eso.  Por supuesto también había un proyecto borbónico atrás (había todos esos intereses de recuperar la grandeza del imperio español para poder cobrar más impuestos y hacer producir más la tierra), pero por otro lado para los peruanos era volver al Gran Perú, y ese Gran Perú no era nacional.  El proyecto republicano es muy distinto del proyecto del Mercurio Peruano.  Hay que rescatar la dimensión global de lo peruano.

- Lo que me llamó la atención de que el historicismo es un invento del s. XX (que está en Macera, Flores Galindo, y también Basadre) era un borrar el pasado.  En ese sentido, hay una evidente relación, no hay ruptura.  Yo escribí un capítulo sobre  el marxismo peruano para mi libro, al final no lo publiqué porque me dí cuenta que no decía nada  nuevo, que Basadre ya lo había dicho todo.  Lo que pasa es que con la influencia de los Annales franceses, que es realmente lo que está detrás de Flores Galindo y Macera, por su formación, hay otro elemento... el proyecto Annales es historicista en la misma tradición alemana, desde que nace, es parte de hacer renacer Francia después de la derrota en la guerra, tiene las mismas dinámicas de la alemana, recoge los mismos discursos.  El proyecto annalista de Braudel y otros, es como un proyecto tardío historicista que repite la experiencia alemana por la derrota en la guerra, pero no hay que ir por ahí porque ya está con Basadre y la derrota en la Guerra del Pacífico.  Al final, me di cuenta de que simplemente era diluír el argumento y que no había algo nuevo ahí.  Por supuesto hay cosas brillantes y hay muchas posibilidades sobre todo en la obra de Flores Galindo, por eso escribí un artículo sobre él.  Tengo gratos recuerdos también de él, lo conocí aquí en la Católica.

- Modernidad y peruanos nacen juntos, pero no en el sentido que dice Quijano, de la modernidad en el world system, sino en el sentido de que el mismo concepto de Perú es imposible antes de ese momento.  Antes lo que teníamos era una historia universal, y hay una gran diferencia entre historia universal e historia global, no tiene nada que ver.  La historia universal viene de los griegos en la época de Alejandro y las conquistas del Oriente, cuando se comienza a escribir historias universales, en el Nuevo Mundo se dan cuenta que esa historia universal ya no sirve, entonces hay que hacer otra historia, por eso es tan importante esa cuestión de las antípodas, que aparecen en Garcilaso.  En las antípodas también hay historia, y hay sujetos históricos, qué vamos a hacer con esto... entonces la historia global es otra cosa, historia de antípodas, eso no era pensable antes, la historia universal era una sola, la historia global puede ser contada desde muchos puntos y ser entendible en todos los puntos, ese es otro concepto.  Ese es el concepto que surge en este momento, y si pensamos la modernidad como la imposibilidad de lo universal, entonces sí, yo creo que eso es lo que nos enseña la historia global: es global pero no universal, a partir de ahora todas las historias son globales y no  universales.  Entonces, Perú ¡pum!, entra como un molotov en el discurso historiográfico, y ese molotov es la modernidad.