marzo 27, 2007

Pujllay: danza quechua centro-surandina de origen prehispánico (caso de Apurímac)



Fuente:
Rev. "Peruanidad. Organo Antológico del Pensamiento Nacional".
Lima, Ministerio de Gobierno, N° 12, vol. III, ene-feb 1943, pp. 914-935
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Pukllay Taki
Víctor Navarro del Aguila


I. Introducción

a.- El Carnaval

Este muestrario de canciones populares de carnaval, que en lengua nativa o Runa Simi del Chinchaisuyo se llaman Pukllai Taki, ha sido directamente recogido por el autor en la provincia de Andahuailas, departamento de Apurímac, Perú. Parece que la provincia, (especialmente los distritos de San Jerónimo, Andahuailas y Talavera), fuese la pakcarina de estas canciones, extendiéndose su influencia por el E. hasta el departamento del Cusco (Limatambo) y por el N.O. hasta Junín, pasando por Ayacucho y Huancavelica. Estas fiestas populares duran ordinariamente tres días consecutivos desde el Domingo de Quinquagésima hasta el miércoles de ceniza; por excepción, en algunos ayllus indígenas comienzan el miércoles o jueves.

El carnaval es una fiesta universal en nuestros días y tiene sus raíces en épocas muy remotas. "Deriva directamente de las saturnales romanas, pero de un modo general se encuentran vestigios de estas fiestas, que en un principio tuvieron carácter religioso, en todos los pueblos, desde la más remota antigüedad, y con ellas se celebraba el año nuevo (para que éste fuese favorable) o la entrada de la primavera que simbolizaba el renacimiento de la naturaleza. En efecto, en primavera, en Grecia, en el imperio romano, en los países teutónicos y en los celtas, se hacían procesiones en que se paseaba un barco con ruedas y que eran constituidas por mascaradas que ejecutaban sobre el carro danzas promiscuas y canciones de sátira sarcásticas y obscenas" (Enciclopedia Universal Ilustrada, art. Carnaval, pág. 1152).

En francés e inglés se dice: carnival; en italiano, carnevale, carnovale, carnesciale; en alemán, Karneval; en portugués y castellano, carnaval; en esperanto karnavalo (Ibidem). En runa simi se dice pukllai, al menos en la región aludida.

En cuanto a su etimología "se hace derivar ordinariamente de las palabras italianas carne vale, expresión que significa "carne! adiós!" destinada a indicar la excesiva licencia sensual permitida en los días carnavalescos, antes del tiempo penitencial eclesiástico. Del título aplicado por el Papa San Gregorio el Grande el domingo anterior a la Cuaresma dominica ad carnes levandas, salió una segunda etimología del carnaval: carneslevamen, carnelevale (en Milán), carnevale. Otra etimología es carnavale, expresión en lengua romana de currus navalis, "carro naval". Entre los teutones, carnaval tiene su expresión en la palabra fastnacht (literalmente, noche del ayuno) igual a fastenseven o fastelovend (en el Rhin) principio del ayuno. En la Edad Media y hoy los teutones llamaban al carnaval fasnacht o fasenacht "fiesta de locura, de jarana". Carne vale, carne levamen y fasnacht, son nombres aplicados por la influencia del cristianismo. Carnelevamen significa "alzamiento" (supresión) de las “carnes". De ahí que se diga también carnestolendas de carnaval, de caro (carne) y tollenda (que se ha de quitar)". (Ibidem).

A la América pasó el carnaval, sin duda, a través de los colonizadores y, particularmente, al Perú, traído por los españoles. Pero, por la influencia del medio geográfico y otros factores de orden étnico, como todos los elementos culturales importados por los españoles, el carnaval ha tomado fisonomía particular en nuestro país; aun más, dentro del Perú, cada región se distingue de otra.

En Andahuailas la población se divide en dos capas sociales: la mestiza, impropiamente llamada "blanca", y la indígena o campesina; cada capa concibe y festeja a su modo el carnaval; así, para la primera es una ocasión para divertirse plenamente, con material adecuado, con bailes, carros alegóricos, etc.; y para la segunda, es el "año nuevo" que hay que recibirlo bien a fin de que sea propicio. De todos modos, en ambas maneras de festejar hay algo de las saturnales romanas o bacanales griegas; pero, analizando más hondamente la segunda se constata que lo único europeo o importado es la fecha, y la costumbre es autóctona, quizás una vivencia de las que practicaban en épocas remotas preinkas, sin duda; en efecto, el carnaval es una fecha para la cual se reservan las luchas o peleas individuales y colectivas de reivindicación o venganza porque gozan de cierta inmunidad y tolerancia por parte de las autoridades; además, suelen disfrazarse casi siempre con pieles o mantas que recuerdan las pieles de animales; la primera característica es un recuerdo de las antiguas luchas tribales, cuyos triunfos se celebraban con danzas, canciones, griteríos y libaciones; la segunda, el sentido totémico de esas luchas y de esas fiestas que verificaban los primitivos pobladores de esta provincia, los belicosos y temibles chankas, cuyos descendientes son sus actuales habitantes.

b.- Los instrumentos
El carnaval se festeja entre los indios con música bucal e instrumental; coros mixtos de veinte, treinta y cuarenta personas, retumban en la puna o en el valle como alaridos de triunfo; cuando callan las voces suenan los instrumentos. Estos son: la Kcena, la Tinya y el Champi; los mestizos también utilizan la guitarra, la bandurria, el charango, el kirkincho y la esquila. Los tres primeros son los que interesan a este trabajo por ser los típicos.

- La Kcena
Es un instrumento indígena y aborigen americano. Que es prehispánico no queda ninguna discusión puesto que se encuentran ejemplares de éste en las tumbas precolombinas; los materiales empleados para hacer la quena o kcena son el mamakc, caña especial, el hueso, poro, arcilla, saúco, metal y piedra. En Andahuailas se usa solamente de mamakc y carrizo o sokcos. La longitud varía entre 43 y 24 centímetros, como tamaño promedial; pero, hay que tener presente que hay dos clases de quena en Andahuailas: la kcena de tamaño normal y el chilo que es una quenita pequeña, utilizada generalmente por los muchachos.

Existe sobre este instrumento un estudio muy interesante y completo, hecho por el eminente musicólogo argentino Carlos Vega, el cual se publicó en "La Prensa" de Buenos Aires, edición en colores de 26 de noviembre de 1939. Aquí he agregado algunas cosas como las referentes al tamaño, al material empleado y al número de agujeros que son siete en los normales, seis en la parte delantera y uno en la posterior; más bien los chiles sólo tienen seis: cinco por delante y uno por detrás.

Carlos Vega nos dice en cuanto al nombre que "no ha podido hallar el nombre de "quena" en documento alguno anterior al año 1650. Esto no aduce la inexistencia de la voz... El caso es que he debido llegar a la obra del P. Bernabé Cobo -que escribe en 1653- para encontrar la voz quena que nos interesa, pero duplicada, así: Quenaquena es una caña sola como flauta para cantar endechas".

"Técnicamente –continúa- la quena es un "aerófono", esto es un instrumento cuyo sonido se produce principalmente por la vibración del aire. Dentro de esa familia pertenece al género de los que encierran con las paredes del propio cuerpo instrumental el aire que se pone en vibración por efectos del soplo". Siguiendo a este autor encontramos una cita de Karl Gustav Izikowitz, según el cual el área de dispersión de la quena está en parte de Sudamérica. "Su área está limitada al Sur, por la línea Jujuy-Chaco, y al E. por una línea tirada en la dirección del río Paraguay hacia el N., aproximadamente. Es decir, que la quena se halla principalmente en centro-norte-oeste de Sud América".

En cuanto a la escala de notas que produce este instrumento nos dice el musicólogo citado: "Azares del subsistir, pues desembocan en este hecho contradictorio: los descendientes de los incas han conservado hasta hoy la música pentatónica, pero han abandonado casi totalmente los instrumentos pentatónicos. De modo que la música tradicional de cinco sonidos se ejecuta ahora en instrumentos de siete notas, como la quena típica que hemos descrito".

- La Tinya o Wankara
La tinya o wankara o simplemente wankar es otro instrumento típico que aún no se ha estudiado, al menos que yo sepa. Los cronistas dan noticias de la tinya con el nombre de wankara o atambores, sin describir su forma, pero sí dicen que fue instrumento guerrero, usado por los chankas y los pockras principalmente. En Andahuaylas, todo el departamento de Apurímac, todo el departamento de Ayacucho, se usa actualmente. No puedo decir si en los otros puntos del Perú o América exista este instrumento.

El presente no es un estudio especial de estos instrumentos de carnaval; tiene solamente objeto referencial, por eso no entro en detalles al describir la tinya; es una especie de tamborcillo o pandereta que consta de dos superficies una para recibir e] golpe que es doble y la otra sencillísima para la percusión; aquélla es de piel de gato o de cordero tierno; ésta es el diafragma también del gato o del chancho; dícese que los antiguos usaban piel y diafragma de zorro, zorrino, perro, etc. Los cronistas cuentan por otra parte que también fabricaban con la piel y el diafragma de los prisioneros de guerra. Estas dos membranas vibrátiles se disponen en un juego de seis aros de madera que se sujetan con surra o pita de cabuya. En la parte posterior, o sea en la membrana delgada, a guisa de diámetro, se templa una cuerda fina de cerda o pita, que es la que vibra a los golpes de percusión de la manilla que es complemento de este instrumento tan ligeramente descrito. La tinya, repito, es instrumento propio de carnaval; fuera de esta fecha no se oye en el resto del año.
- El Champi.
Es instrumento y arma de defensa al mismo tiempo. Es también típico del carnaval de la región. Consiste en un palo o rama que lo revisten con pedazos de lana teñida de varios colores y que remata en un haz de campanillas y cascabeles de cobre o champi; no sé si sea primitivo, o sea prehispánico, pero, por su nombre parece que sí. Sirve para llevar el compás del canto o de la danza, golpeando una punta en el suelo o simplemente sacudiéndolo en el aire. Y cuando se recrudece la lucha se utiliza para confundir. Pero la particularidad está en que el champi es para las mujeres; los hombres no deben tocar; sería una vergüenza. Quiere decir que cuando los hombres luchan y se extralimitan, las mujeres intervienen con sus champis propinando golpes a diestra y siniestra hasta despejar la gente y suspender la lucha.


c.- Las danzas del carnaval
El carnaval es una fiesta multitudinaria. Raras veces se ven parejas o personas sueltas porque corren peligro de ser avasalladas o maltratadas por sus "contrapartes" o enemigos. De ahí que las danzas sean colectivas en grupos de seis, hasta cincuenta, según los casos, los movimientos son rítmicos pero sin ningún plan predeterminado; cada cual ejecuta un movimiento a su manera y según le parece mejor; pero, sin romper el grupo que siempre anda suelto o a veces enlazado en cadena.

Sin embargo, hay algunas danzas que he observado principalmente en Pakucha, comprensión o anexo del distrito de San Jerónimo, a saber: warakanakuy, sikcollo-nakuy, kcalaschanakuy, paki, etc.

- Warakanakuy
Waraka, honda; nakuy, darse de: warakanakuy, darse de hondazos u hondearse. Es una danza bipersonal y del mismo sexo; uno espera danzando a su modo en el mismo sitio, ora cantando, ora tocando la kcena o ya tañendo la tinya; tiene todo el aire del valiente que no teme la acometida del enemigo, hace gala de fortaleza para soportar el dolor físico; el otro, que siempre es un contendor de un ayllo o barrio distinto prepara el hondazo que ha de dar con fruta verde, o con tubérculos, hace una serie de movimientos del cuerpo combinados con los del brazo que simula el acto de disparar el proyectil con la waraka u honda, hasta que, en un instante dado que depende de su arbitrio, pega un salto y dispara el proyectil contra el lomo del contenedor, la cabeza, el muslo, la pierna o cualquiera parte del cuerpo previo pacto antelado. Esta lucha es observada por los demás que no dejan de cantar ni bailar en sus propios sitios. Las canciones, cuando se trata de una lucha de barrio a barrio, son o alusivas a la lucha o para animar a sus hombres.

- Sikcollonakuy
Sikcollo, látigo; nakuy, darse de; sikcollonakuy, darse de sikcollos o latigazos. Esta danza es parecida a la anterior, con la diferencia del arma. El sikcollo es un látigo especial o simplemente una de las extremidades de la waraka u honda; la punta puede ser llana o con púas de cabuya, de alambres, cardas, etc. La honda debe ser de tita o de cuero; en la lucha o se usa la misma arma o cada cual emplea la suya. El desafío es generalmente entre hombres de grupos o barrios distintos, más aún entre rivales o sea entre mozos que quieren medir sus fuerzas; el latigazo hay que darlo en la pierna desnuda, una o varias veces, según pacto. La lucha se suspende sólo a instancias del grupo o de las mujeres de los contendores. Un hombre que entra al sikcollonakuy no debe salir por su propia voluntad, sería tildado de cobarde y su “enemigo" se reiría de él. Se hace una cancha o rueda para la lucha. Los espectadores observan silenciosos o animando a los luchadores; éstos se turnan en el empleo del arma para darse golpes o en el del instrumento para tañer mientras reciben. Quena o tinya tiene que ser el amigo que mitigue el dolor. El sikcollonakuy ha de terminar cuando las piernas están hinchadas y con cianosis excesiva. Malo es cuando no mana sangre; para ellos es mejor que se dilaceren los tejidos, que brote sangre. Así no hay temor a consecuencias ni complicaciones. Las heridas con un poco de tierra, el día de lucha, saliva y orines, en los siguientes, sana en dos por tres.

- Kcalaschanakuy
Parecido al sikcollonakuy. Se distingue en el arma, el kcalascha es una cuerda de cuero o de pita que remata en una superficie plana de forma triangular ordinariamente, que tiene en ambas caras púas de metal o simplemente del mismo material; con él hay que darse duro en las piernas, dos o tres veces, según pacto, siempre con movimientos rítmicos, con tinya y kcena.

- Paki
El paki es una danza preciosa, pero salvaje, Parece que fuera la lucha cuerpo a cuerpo de los antiguos gladiadores romanos. Cada cual tiene que hacer figuras especiales y a su modo antes de la contienda. Aquí, los luchadores han de demostrar ya no la destreza en el manejo del arma, sino la de dar golpes certeros en un punto vulnerable del muslo para inutilizarlo por varios días.

El paki se concierta entre dos grupos, los cuales eligen sus hombres o éstos se prestan voluntariamente; antes del combate singular, los grupos van acercándose el uno al otro con canciones de desafío directo o indirecto hasta juntarse y confundirse; en este momento se hace gala de cortesía. Lugo se hace rítmicamente un ruedo humano, saltando en la arena uno que llama al "más fuerte" del grupo contrario. Frente a frente, tocando sus instrumentos, conciertan la lucha y cambian de un sitio a otro con pasadas de gesto viril, hasta que uno de ellos presenta el muslo para que golpee el otro. Cuando el golpe ha sido recio y certero, el agredido tiene que dar su vuelta rítmicamente y arrastrando de verdad o simulando una pierna. Rehecho del golpe cobra en el otro que tiene que esperar tranquilamente al son de la tinya o de la kcena. El paki termina después de tres o cuatro parejas que se baten heroicamente o a instancias de las mujeres de cada grupo que son, en buena cuenta, las que deciden el final de estas luchas.
En cada casa, después de carnavales, hay enfermos de la pierna por efecto de las danzas aludidas, o en buena cuenta, las luchas rítmicas ligeramente descritas.


II Las canciones


a.- Texto en kechwa
Son veintisiete las canciones que he recogido "in situ" en la provincia de Andahuaylas, principalmente en el distrito de San Jerónimo. Todas ellas son memorizadas y apuntadas inmediatamente de haber sido oídas; en varios carnavales he tenido que formar parte de las parrandas carnavalescas a fin de que la captación sea más fiel.Las canciones tienen esta característica: la mayor parte está en bilingüe, esto es, en kechwa y castellano; o hay palabras castellanas quechuizadas y viceversa. Pocas son las que están en kechua o castellano solamente.
La música ha sido escrita por el señor Yaroslaw Schreier, súbdito checoeslovaco que reside en la provincia más de 12 años y está connaturalizado con las costumbres indígenas; él es un técnico y, por tanto, sus apuntes nada tienen que desear. Cada canción tienen copiada su música únicamente la melodía. Claro instrumentándola resultaría formidable. Al leer cada trozo musical se verá una pobreza y sencillez primitivas en tiempo de 2 por 4. Pero estas piezas sencillas se acrecientan cuando se tocan en conciertos de kcenas o de voces, porque son multitudinarias.
Para captarlas no me he valido de mi memoria solamente; las he tocado en kcena, guitarra o charango, instrumentos que sé tañer a lo mestizo o cholo.


1.- Me tomaron prisionero
I
A las cuatro de la mañana, (bis)
me tomaron prisionero, (bis)

II
A las cinco de la tarde, (bis)
me pusieron en la cárcel; en la cárcel de tu pecho.

III
Viva, viva la reina Bertha, (bis)
vivan, vivan los sanjichos (bis)


2. Utuskuru Punchuchaita
I
Kcoikapuwai, kcoikapuwai,
utuskuru punchuchaita,
solterapas, casadapas,
pakanaisi punchitoikca,
suanaisi punchuchaikca.
II
Soltero libren purikuni
utuskuru punchuchaiwan,
jhanaitapas uraitapas,
sepallaimi pasiakuni,
solollaimi purikuni.
III
Kapuli ñawui zambachallai,
duraznup sisan rebocita,
kcoikapuwai, culichiwai,
utuskuru punchuchaita,
suni chukcha negrachallai.
IV
Aimarapata niñachallai,
pusakuwai, ripukusun,
punchuchaita vendespaimi
uywaskcayki, sirviskcaiki
chaska ñawi, pasñachallai.


3. Allá va,
I
Allá va, zamba, allá va negra, (bis)
ojos azules, color del cielo, (bis)
II
Ñawichallaiki ñokcapa kankca, (bis)
ripunaiki, wañunaikama. (bis)
III
Ñawichallaikis kausari kaskca, (bis)
kcampas jhukpas kuyaykunaypakc. (bis)
IV
Ñawichallaiki rikuskcaimantam (bis)
puñoi, mikui chayallawanchu. (bis)


4. Machu Punpu Kulla
I
Mayup apamuskcan,
machu punpu kullu,
wiñai masikichum
ñokcari karkcani. (bis)
II
Mayu patachanpich
tiakuwakc karkca,
primer jhamokcchatach
mallikuwakc karkca
III
Kcatoi patachapi
sonso siwar kcenti
imán kcokusunki
piwan kakuyniypas, (bis).


5.- Zambita flor de canela
I
Zambita flor de canela
maypitakc wakcachirkcaiki,
carcelman prisionman
nispa nillawanaikipakc. (bis)
II
Wakcarkcachispaipas,
llakirkcachispaipas,
en el mejor tiempum
consuelakcsi kaiki. (bis).
III
Pitan rikurkcanki
yanan wakcachikctachaita
rikuspaiki
wakcachiwanaikipakc,
llakichiwanaikipakc.


6.- Maipirakc Revolver
I
De noche vengo a verte
porque de día no puedo
sabes que tengo otro dueño
a todas horas no puedo, (bis)
II
Maipirakc revolver
maipirakc manlinger
kai kuyakc sonkcoita
brin! bran! nichinaipakc. (bis),
III
Mamita Santa Rosita,
que mal pago yo te he dado,
si mal pago yo te he dado
mándame quitar la vida, (bis)
IV
Acaso para mirarte
se necesita revólver,
con una sola mirada
se mata a los ingratos, (bis)


7.- En una tierra playa
I
En una tierra playa
planté una rosa,
creció la rosita
para mía solita. (bis)
II
Mamai kapuwachkan,
taitai kapuwachkan,
brazoita kicharispa
pawakuikunaipakc. (bis)
III
Mañana mamai kaptin,
mañana taitai kaptin,
chunka dedoi kachkan
vidai pasanaipakc. (bis).


8.- Martes carnavales
I
Martes carnavales, miércoles ceniza (bis)
tukuchalkuchkanñam purichakunallai. (bis)
II
Señor carnavales,
aslla suyaykuway (bis)
silwchaikitarakc
ruraikapuskcaiki. (bis)
III
Lunes carnavales,
manas mamai kanchu. (bis)
sapallaimi kani
urwa sara jhina. (bis)
IV
Martes carnavales
tapurikuskcaiki, (bis)
maitañam jhamuchkan
señor cuaresmero, (bis)
VI
manispallairakc
confiesakuikusakc, (bis)
kai carnavalespi,
miski puriskcaita. (bis).


9. Chiki Tuku
I
Chiki tukuñatakc
kcawapayawaskca, (bis)
paipa yananwanpas
purichkaiman jhina. (bis)
II
Kcawaikuwai mapas,
rikuikuwai mapas
kikiypa yanaiwanmi
purikamuchkani. (bis)
III
Manas munaimanchu
yanayokc runata, (bis)
mas biense munayman
sapallán kakukcta
semana entero, nadie se pregunta


10. Libre solteritoy
I
Jhakuchu, niña, purikamusun
wichaita, uraita; (bis)
sapaimi kani, soloimi kani
libre solteritoy. (bis)
II
Mayu patapi tusukamusun,
chaska ñawi zamba, (bis)
kcenachallaita tocaicuptiy
aminanchikama. (bis)
III
Aguafloridai botellachapim
apachimurkcaiki, (bis)
olorchata, perfumechata
churakunaikipakc. (bis)
IV
Kcello likllacha, paja sombrero,
jhamui willahkcaiki, (bis)
mayu patapi, sara ukupi,
tusukamuchkasun. (bis)


11.- Akakllitoy Akakllitoy
I
Akakllitoy, akakllitoy,
imaman kcanpa ruranaiki, (bis)
mayu patanpi tiyaikuspa,
tejen, wajan, ninallaikís (bis)

II
Yankcan mamai kachawanki
sarai kcawakc, trigoi kcawakc, (bis)
sara kcawakc rillaskcaipim
pasaytapas yachamuni. (bis)
III
Akakillitoy, akakillitoy,
jhamui mapas willaskaiki, (bis)
yanallaimi chinkarkcamun,
icha kcamkca rikurkcanki. (bis)
IV
Warma yanai maskaskcaipim,
tinyaitapas llikimuni, (bis)
kcenallaiñam wakcai, wakcan,
warakallaiñam, tokcyai, tokcyan. (bis)


12.- Asarianaschatam
I
Asarianaschatam,
pusakamurkcani (bis)
yanaipa yananta,
asariasakc nispa, (bis)
II
Manaya, manaya
asarianipaschu, (bis)
traicionerakca,
desprecianam nispa. (bis)
III
Chinchiros callipi,
chilin orégano (bis)
yanaikichum kani, (bis)
cilawanakipakc. (bis)
IV
Callipi malvascha,
anchuriy, jhinariy, (bis)
machaskcam jhamuni
saru imakkiman, (bis)

13.- Yana Wikuchai
I
Santa Elenai,
yana wikuchai, (bis)
chakichallaiki
aceraskcachum.
II
Ñokcapa isusi
aceraskacha,
docena waraka,
docena sikcoilo. (bis)
III
[ilegible]un punallai,
perlai conchaschai, (bis)
genero blancupi
reverberakcchai. (bis)
IV
Chainam ñokcapas
reverberani, (bis)
warma yanaipa,
paña brazonpi, (bis)
V
Esto si está bueno,
esto si está malo, (bis)
kcairunapa wawankca
kuyanama kaskca. (bis)

14. Mamay Kachamuwuan
I
Mamay kachamuwan,
iskaralchantinta,
taitai "kachamuwan,
kinsaralchantinta;
chaita jastakuspa,
puririkamui nispa;
chaita jastakuspa,
pasiariakamui nispa.
II
Jhakuchu, zambachai,
purikamuchkasun;
Jhakuchu, negrachai,
pasiakamuchasum;
iskairalchai kachkan
ragopakc vinopakc;
kimsaralchai kachkan
sinkakunanchikpakc.

15 .- Pato Rial
I
Kcochaikiman pawakuikui,
pato rial,
enemigoikis kcepaikipi,
pato rial. (bis)
II
Pawaikukui, aikcerikui,
pato rial,
puruchaikitam tilarkconman,
pato rial. (bis)
III
Kcepaikita kcawarikui,
pato rial,
chaki rayum jhawaikipi,
pato rial. (bis)
IV
pato rial,
kungaikitam kcewirkcohman,
pato rial. (bis)
Aykcirikui, pawaikukui,

16.- Achachau, Achachau
I
Achachau, achachau,
chainama kaskcanki,
kuyaskca, wailluskca
mañana rikcsikukc. (bis)
II
Kaita yachaspaikca,
kaita musiaspaikca,
ni kcamta ni pita
kuyaimanchu karkca. (bis)
III
Chocke sapramantas
riticha chirimun,
curasonchallaita,
kicha kicharispa. (bis)
IV
Chimpa yunkamantas
chunchu kcayakamun,
michka chokclloikita
luru tukun nispa. (bis)
V
Auro viras, luru,
kunanmi yachanki,
tullu sinkcaikitam
pakirkcullaskcaiki. (bis)

17. Kai wawaikim
I
Camavalespi purichakuskcai
kuyachakcuscai, yanachallai,
Ilapa runallan yacharkcoskca
uchuichamanta kuyaskcaita.
II
Kai wawaikim kcatillawachkan
kcalachallanman punchoikuskca,
sinchi paralla jhapillawaptin,
imallanwanrakc pakaikuwankca.
III
Ñokcam isusi pagaikullasakc
sedachamanta mantochallaiwan,
ñokcan ichakca pakaikullaiman
alpakamanta mantochallaiwan.

18.- Chiririnka
I
Chiririnka muyuwaptin,
chiririnka warwaryaptin,
carnavalescha wañun nispa
warkarkcani.
II
Imas mana wakcaimanchu,
imas mana llakiymanchu,
tutapas punchaupas,
purikunaimanta.

19. Pukacha clavel waita
I
Kcepaikipiñas toro wakcamun,
pukacha clavel waita,
ímaikiwanmi defiendikunki,
pukacha clavel waita,
sonsocha clavel waita.
II
Ñokcam isusi defiendibusack
pukacha clavel waita,
cinturachaípi municionchaiwan,
pukacha clavel waita,
sonsocha clavel waita.
III
Kcepachaikita mapas kcawarikuy,
pukacha clavel waita,
kaichikallakam enemigoíki,
pukacha clavel waita
sonsocha clavel waita.

20.- Pipinoy capuliy
I
Pípinoi, pipinoi,
pi punitakc yanaiki;
kapuliy, kapuliy,
jhinari kapukcchallaisi. (bis)
II
Kakunim, kakunim,
soltero librem kakuni,
wichaipas, uraipas,
ñokcakca purikunallaisi. (bis)
III
Purillim, pasianim,
sapachallaisi purini,
kcamwanpas, paiwanpas,
ñokcakca purikunallaisi. (bis)


21. Chairakcmi Chairakcmi
I
Chairakcrni, chairakcmi
chayaykamuchkani,
wairachawan, vientochawan,
parischaikukuspai. (bis)
II
Mariposatach, kachikachitach,
uywakuwac karkca,
almadachaiki patachampi,
miski wakcananpakc, (bis)
III
Ñokca pobretam, ñokca wakchatam,
uiwallawaskanki,
ipucha parap chaupichampi,
wakcakc masikita. (bis).


22. Patip ruruchan
I
Patibamballai,
patip ruruchan,
cierto punichun
sapaiki kanki,
soloiki kanki.

II
Cierto punilla,
sapaiki kaspakca,
jhakuya ñokcawan
parischakusun,
contrastakusun.
III
Sanguirinimo,
yalcabalero,
tunas kcaramanta,
antiogoschayokoc,
tawa ñauicha.
IV
Sanguirinimo,
yalcabalero,
pakcpachamanta,
poñaylaschayokc,
kcara botaschai.
V
Antiogoschaiki
tukurollaptinka,
ñokcalla mamayokc,
ñokcalla taitayokc,
yalcabaleroi.
VI
Chipuylaschaiki,
tukurullaptinkca,
ñokcalla mamayokc,
ñokcalla taitayokc,
yalcabaleroi.
VII
Tingo diricho,
mayor diricho,
para decerte,
te quiero mocho,
te amo mocho.


23. Toronguil, Toronguilchai
I
Kainaña sumakc pampachápim,
toronguil, toronguilchai,
toronguil yakukc kcoñichatam,
chunkullai suyachikurkcaiki,
toronguil, toronguilchai.
II
Mañana rikurimuptikim,
toronguil, toronguilchai,
pasajiroman tomarkcachirkcani,
toronguil, toronguilchai,
paipas chainallacha nispa.
III
Wikuña seda punchuchatam
toronguil, toronguilchai,
yanallai suyachikurkcaiki,
kaiwan punchuchisakc nispa,
toronguil, toronguilchai.
IV
Mañana rikurimuptikim,
toronguil, toronguilchai,
juhkmanña punchurkcachirkcani,
paipas chainallacha nispa,
toronguil, toronguilchai.
V
Jhakira, mamara likllachai,
toronguil, toronguilchai,
alistakui, alistakui,
kunan tutam suwaskcaiki,
toronguil, toronguilehai.
VI
Centinelaikichum kani,
toronguil, toronguilchai,
punjuikipi sayanaypakc,
urpillai cuidarayanaipakc,
toronguil, toronguilchai.
VII
Warma yanachaikim kani,
toronguil, toronguilchai,
punkuikita kichamuwai,
sonkcokita kcawaikusakc,
toronguil, toronguilchai.

24. Ambarinas Waita
I
Kai lado chimpachapim,
wak lado chimpachapim,
ñanta rurarkcani,
yuyaskcai warma yanaiwam,
wailluskcai warma urpiywan,
purikusakc nispa,
pasiakusakc nispa.
II
Nitacya purinipaschu,
nitakcya pasianipaschu,
ambarinas waita,
yuyaskcai warma yanaiwan,
wailuskcai warma urpiyman,
ambarinas waita,
clavelinas waita.

25. Puka Polleracha
I
Yau, yau puka pollerachai,
yau, yau, grosella rebozo,
imatam rurankí sarai ukupi,
wikuña punchito makctachaikiwan.
II
Mamaikinianmi willaikamusakc,
taitaikimanmi willaikamusakc,
llapa sarallai chakcoskcaikita,
seda pañuelo makctachaikiwan.
III
Mamaikimanmi willaikamusakc,
taitaikimanmi willaikamusakac,
sarai ukupi, laralalalai,
chacrai ukupi, laralalai.
IV
Imata kcokuwan, willaikamuipas,
willaikamuya imanawankcatakc,
carnavalespikca libres kakuni,
sarapas, trigopas chakcokunaipakc

26. Kcawarinkichum Luruta
I
Kcawarinkichum luruta
sara suwakukc richkakcta,
sara suwakukc tumpalla,
yanallai sílbaikuskcanta. (bis)
II
Amores tengo de sobra,
como las flores del campo,
lloraré porque te quiero
no será porque me falta, (bis)
III
Ai luceroi, luceroi,
lucero de la mañana,
alumbra que estoy andando
en busca de mis amores, (bis)
IV
Nispalla, nispalla nichkaiki,
engaña, engañallachkaiki,
kcampitakc yana ñawiykca,
jhukpitakc kuyac sonkcoikca.

27. Cascabilchai, Chiñiscuchai
I
Cascabelchai,
chiñiskuchai, (bis)
kainachata
saruskcapas,
manai wanakc. (bis)
II
Sambachallai,
nedrachallai, (bis)
kainachata
kuyaskcapas,
Manai rikcsikc
III
Jhamui siño,
willaskcaiki, (bis)
puka pollera
pasñaikitam
runa apan (bis).

b.- Versión castellana libre

2.- Mi ponchito de tuskuro.
I.- Dádmelo, por favor, dádmelo/ mi ponchito color del utuskuro (rayado)/ pues, con él tengo que cubrir a mi amada, soltera o casada/ con él tengo que robarla. II.- Soltero libre yo camino/ con mi ponchito de utuskuro/ hacia arriba o hacia abajo/ yo solito me paseo/ yo solito camino. III.- Zambita mía, ojos de capulí/ con tu rebozo color de flor de durazno/ dádmelo, devolvedme/ mi ponchito de utuskuro/ negrita mía de cabellos undosos. IV.- Niña mía de Aymarapata (nombre de un lugar)/ llévame, nos iremos/ vendiendo mi ponchito/ te criaré, te serviré/ cholita mía, ojos de lucero.

3.-Allá va, zamba; allá va, negra.
II.- Sólo tus ojitos tienen la causa/ a tí o a otra para querer, III,- Esos tus ojitos serán míos/ hasta que te vayas, hasta que me muera. IV.- Desde que vi tus lindos ojitos/ no puedo comer, no puedo dormir.

4.- ¡Oh viejo y añoso madero!
I.- Traído por el río/ ¡oh viejo y añoso madero!/ yo no soy de tu edad/ acaso yo he sido? II.- A la orilla del río/ debieras tú vivir/ el primero que viniera/ habrías probado, III.- Junto a mi puesto/ sonso colibrí/ a ti qué te importa/ que yo esté con cualquiera.

5.- Zambita, flor de canela.
I.- Zambita, flor de canela/ cuándo yo te hice llorar/ a la cárcel, a la prisión para que me digas. II.- Aun cuando te hacía llorar/ aun cuando te hacía sufrir/ en el mejor tiempo/ yo te sabía consolar. III.- A alguien habrías visto/ hacer llorar a su amante/ y viendo eso tú/ me haces llorar/ me haces sufrir.

6.- Dónde estará mi revólver.
II.- Dónde estará mi revólver/ dónde mi "manlinger"/ para que a este mi corazón amante/ brín! bran! matarle.

7.- En una tierra playa.
II.- Aun yo tengo mi madre/ aun yo tengo mi padre/ para abriendo mis brazos/volar donde ellos. III.- si no tuviera mi madre/ si no tuviera mí padre/ tengo mis cinco dedos para pasar mi vida.

8.- artes carnavales.
I.- Martes carnavales/ miércoles ceniza/ lástima que se va terminando/ lo que tengo que pasearme. II.- Señor carnavales/ espera un instante/ todavía tu fiambre/ yo lo haré. III.- Lunes carnavales/ yo no tengo madre/ dice que soy solito como el maíz IV.- Martes carnavales/ yo te pregunto, favor/ dónde ya está viniendo/ el señorcuaresmero. V.- Y con qué cara/ tendré que confesarme/ en estos carnavales/ lo dulce que he andado.

9.- Buho, mal agüero.
I.- Y el búho mal agüero/ me había estado mirando/ como si con su amada/ yo estuviera paseando. II.- Mírame bien, búho/ veme, búho/, con mi propia amada yo estoy caminando. III.- Yo nunca amara/ a la que tiene dueño/ más bien yo quisiera/ a la que es solita/ de quien no pregunten, semana entera.

10.- Libre solterito
I.- Vamos, mi niña, vamos andando/ hacia arriba, hacia abajo/ no tengo a nadie, solito soy/ solterito libre. II.- A la orilla del río vamos a bailar/ zambita/ ojos de lucero/ yo tocaré mi quena/ hasta aburrirnos.III.- En una botella de agua florida/ yo te mandé/ un poco de olor y de perfumes/ para que te pongas.IV.- Manta amarilla, sombrero de paja/ ven, yo te contaré/ en el maizal o al borde del río/ vamos a bailar.

11.- ¡Oh pito mío! ¡Oh pito mío!
I.- ¡Oh pito (pájaro) mío, oh pito mío/ tú nada tienes que trabajar/ al borde del río bien sentado tienes que decir: tejen, wajan, nada más. II.- Madre, en vano me has mandado/ a ver el maizal, a ver el trigal/ en lo que fui a ver el maizal/ he aprendido hasta a pasear. III.- Oh pito mío, oh pito mío/ ven, verás, te avisaré/ mi amada se me ha perdido/ ¿tal vez la has visto tú? IV.- En la búsqueda de mi amada/ he roto hasta mi tinya/ sólo mi quena va llorando por mí/ sólo mi honda va restallando por mí.

12.- Una asarianita. (?)
I.- Una asarianita/ yo me había traído/ para mi amada/ tengo que fastidiarla diciendo. II.- Ni pues/ ni pues,/ he podido fastidiarla/ a las traicioneras/ hay que despreciarlas, diciendo III.- En una calle de Chincheros (nombre de pueblo)/ orégano de Chile/ yo no soy tu amante para que me enceles. IV.- Malvita en la calle/ retírate, hazte a un lado/ yo vengo muy ebrio/ pueda que te pise.

13.- Negra zancuda.
I.- De Santa Elena/ mi negra zancuda (ave)/ tus lindas patitas/ ¿están aceradas? II.- Las mías eso sí/ que están aceradas/ vamos, una docena de hondazos/ vamos, una docena de latigazos. III.- De las altas punas/ concha y perlita/ que en género blanco/ reverberas bien. IV.- Así yo también/ estoy reverberando/ de mi tierna amada/ en su brazo derecho. Esto sí que está bueno/ esto sí que está malo/ a este hijo ajeno/ había que quererlo.

14.-Me manda mi madre.I.- Mi madre me manda/ con dos realitos/ mi padre me manda/ con tres realitos gastando esa plata/ anda paséate, diciendo/ gastando esa plata/ anda diviértete, diciendo. II.- ¿Quieres ir, zambita?/ paseémonos/ Vamos, mi negrita/ a divertirnos/ tengo mis realitos/ para trago, para vino/ tengo mis realitos/ para emborracharnos.

15.- Pato real.
I.- Vuela a tu laguna/ pato real/ tu enemigo te persigue/ pato real. II.- Vuélate, escápate/ pato real/ te pueden desplumar/ pato real. III.- Mira hacia tus espaldas/ pato real/ el rayo seco está encima/ pato real. IV.- Escápate, vuélate/ pato real/ pueden torcerte el cuello pato real.

16.- ¡Qué miedo! ¡Qué miedo!
I.- ¡Qué miedo! ¡Qué miedo!/ así habías sido/ lo que se te ama y te quiere/ no sabes reconocer. II.- Al saber esto/ al adivinarlo/ ni a tí ni a nadie/ habría querido. III.- De las barbas de oro (nombre de montaña)/ la nieve se desliza/ mi corazoncito/ abriéndome, abriéndome. IV.- De la selva de enfrente/ un chuncho (salvaje) me anuncia/ tus choclos primerizos/ el loro va comiendo. V.- Ahora verás, loro/ hoy me conocerás/ tu nariz de hueso/ la he de romper luego

17.- Este tu hijo
I.- Que en carnavales lo que he andado/ lo que he querido, mi amadita/ ya todos lo habían sabido/ lo que te quiero desde pequeña. II.- Este tu hijo me está siguiendo/ emponchadito sobre desnudo/ cuando me coja la fuerte lluvia/ ¿con qué me cobijaría? III.- Yo sí que puedo cubrirle/ con mi mantoncito de seda/ con mi mantoncito de alpaca.

18.- Moscardón
I.- Cuando el moscardón me da vueltas/ cuando el moscardón zumba/ habrá, muerto el carnaval diciendo/ he llorado. II.- Cómo no iba a llorar/ cómo no iba a sufrir/ de día o de noche/ lo que tengo que pasear.

19.- Clavelito rojo
I.- Diz que a tus espaldas el toro muge/ florecita roja de clavel/ con qué podrás defenderte/ clavelito rojo/ sonsito clavel rojo. II,_Yo sí que puedo defenderme/ clavelito rojo/ con las municiones de mi cinturita/ clavelito rojo/ sonsito clavel rojo. III.- Hacia tus espaldas, mira y verás/ clavelito rojo/ muchísimos son tus enemigos/ clavelito rojo/ sonsito clavel rojo.

20.- Mi pepino, mi capulí
I.- Mi pepino, mi capulí/ ¿quién puede ser tu amante?/ Mi capulí, mi capulí/ siempre es el mismo II.- Yo sí soy soltero/ y libre soy/ hacia arriba o hacia abajo/ yo puedo andar nada más. III.- Yo ando, yo paseo/ yo solitito camino/ contigo o con ella/ yo puedo pasearme no mas.

21.- Recién, recién
I.- Recién, recién.../ me tienes llegando/ con el viento, con el aire/ acompañándome. II.- A la mariposa, o la libélula/ habrías criado/ para que sobre tu almohadita/ dulcemente cante. III.- Y a mí, pobre y a mí, desnudo/ me habías criado/ en medio de la fina garúa/ para ayudarte a llorar.

22.- Frutito del pati
I.- De mi Patibamba/ frutito del pati (planta)/ ¿de veras es cierto, que estás solito/ que estás sin nadie? II.- Si es cierto/ que estás sólita/ vamos, pues, conmigo/ haremos pareja/contrastaremos. III.- De San Jerónimo (pueblo)/ alcabalero/ de la cáscara de tunas/ son tus anteojos/ mis cuatro ojitos. IV.- De Sanjerónimo/ alcabalero/ de la cabuya/ son tus polainas/ polainas de cuero. V.- Cuando tus anteojos/ se te acaban/ yo no más tu madre/ yo no más tu padre/ mi alcabalero.VI.- Cuando tus espuelas/ se terminen/ yo no más tu madre/ yo no más tu padre mi alcabalero. VI._Hacia tus espaldas, mira y verás/ clavelito rojo/ muchísimos son tus enemigos/ clavelito rojo/ sonsito clavel rojo. VII.- Tengo derecho/ mayor derecho/ para decirte/ te quiero mucho/ te amo mucho.

23.-Mi torongil, mi torongil.
I.- En una linda pampita como ésta/ mi torongil, torongilcito/ un matecito de torongil/ corazón mío, te hice esperar/ mi torongil, torongilcito. II.- Como tú ya no aparecías/ mi torongil, torongilcito, a un pasajero le hice tomar/ creyendo que él fuera igual a ti/ mi torongil, torongilcito. III.- Un ponchito de vicuña y de seda/ mi torongil, mi torongilcito/ negra mía te hacía esperar/ con esto le cubriré diciendo/ mi torongil, torongilcito. IV. - Como tú ya no aparecías/ mi torongil, torongilcito/ le hice poner el poncho a otro ya/ también él será igual diciendo/ mi torongil/ torongilcito. V.- Mantita de Hakira o Mamara (pueblos) mi torongilcito/ alístate, alístate/ esta noche te robaré/ mi torongil, torongilcito. VI.- Yo no soy tu centinela/ mi torongil, torongilcito/ para estar parado en tu puerta/ mi paloma, para estarte cuidando/ mi torongil, torongilcito. VII.- Yo soy tu joven amante/ mi torongil, torongilcito/ ábreme tu puerta/ miraré, tu corazón/ mi torongil, torongilcito.

24. - Flor de ambarinas.
I.- Al frente de este lado/ al frente de ese lado/ construí un caminito/ con mi querida amada/ con mi tierna palomita/ andaré diciendo/ pasearé diciendo. II.- Ni siquiera he caminado/ ni siquiera he paseado, flor de ambarinas/ con mi amada tierna/ con mi querida tierna paloma/ flor de ambarinas/ flor de clavelinas,

25. — Pollerita roja.
I.- Oye, escucha, pollerita roja/ oye, escucha, rebocita grosella/ ¿qué hacen en mi maizal/ con mi cholito poncho de vicuña?II.- Voy a avisarle a tu madre/ corro a contarle a tu padre/ lo que has aplastado mi maizal/ con tu mocito pañuelo de seda. III.- Voy a avisarle a tu madre/ corro a contarle a tu padre/ lo que dentro de mi maizal…/ lo que dentro de mi chácara…IV.- A mí qué- me importa, puedes contarle/ cuéntale, pues, y qué me va a hacer/ en los carnavales dice que soy libre/ para aplastar maizales o trigales…

26. - Has visto al loro
I.- ¿Estás viendo a ese loro/ que como quien va a robar el maíz/ al robar el maíz/ le silba a mi amada/? III.- jAy! mi lucero, ¡ay! mi lucero/ lucero de la mañana/ alumbra que estoy andando/ en busca de mis amores. IV.- Así no más, así no más, te estoy diciendo/ te estoy engañando, engañando/ en ti clavo mis ojos negros/ en otro pongo mi amante corazón.

27.- ¡Mi cascabelito, mi chinita!
I.- Mi cascabelito/ mi chinita de río/ de este modo/ que yo te piso/ tú no escarmientas nunca. II.- Mi zambita/ mi negrita/ de este modo/ que yo te quiero/ tampoco reconoces. III.- Venga,/ señor, te contaré/ de pollera roja/ a tu criolita/ otro se ha llevado.


c.- Explicaciones sobre la ortografía usada

Las canciones están escritas en el runa simi del Chinchaisuyo : o lo que es lo mismo, de la región que hoy corresponde a la provincia de Andahuaylas, y departamento de Ayacucho y Huancavelica. En toda esa zona -que es una parte del Chinchaisuyo, por supuesto- se habla igual. Las explicaciones sobre la ortografía empleada son las siguientes:

a.- En Ayacucho, Huancavelica y Andahuaylas existe un solo fonema gutural que muchos lo grafican con la doble c (ce) ;no hay más fonemas glotales; por eso, para este sonido, empleo la KC, sin otro fundamento que el de la comodidad convencional; habría que crear y unificar una letra especial para este fonema.

b.- Suprimo la H delante de los diptongos ue, ui, etc… y al comienzo de palabra por innecesaria, reemplazándola por la W con sonido de U; así las sílabas hua, hue, hui, etc, las escribo wa, we, wi, etc.

c.- Para las sílabas aspiradas empleo la JH por ser la más apropiada. De modo que se leerá aspirando ligeramente: jhamui (ven), jhampike (curandero), etc.

d.- Las silabas: ca, co, cu, que, qui, las escribo así: ka, ko ku, ke, ki.


III Música de las canciones


De la N° 1 a la N° 7:



De la N° 8 a la N° 16




De la N° 17 a la N° 27



VIDEO


Pukllay Humusqa - Tambobamba (Apurímac)
Liwi Waraca


Siusachay - carnaval coyllurquino (Apurímac)
Rosita Gamarra



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Enlaces:


Pujllay:  danza quechua centro-surandina de origen prehispánico  (el caso de Cusco)
Batallas rituales, juegos rituales: el componente pukllay en el Chiaraje y otras manifestaciones andinas - Manuel Arce Sotelo (rev. Perspectivas Latinoamericanas, N° 5, 2008)
Batallas rituales en los andes ("Granizo de piedras y ríos de sangre: tinkuy o tupay en Chiaraje, Tocto y Mik´ayo") - Maximo Cama Tito




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marzo 22, 2007

El Charango según Jaime Guardia


En este texto publicado en 1986, el Maestro Jaime Guardia plantea el origen español del charango. Nuevas investigaciones han ayudado a dilucidar el disperso y complejo espectro del desarrollo histórico de este pequeño cordófono. Comprobada la inexistencia de cordófonos en la época prehispánica, se confirma la idea de que es tributario de cordófonos europeos pequeños como la bandurria y la vihuela. El charango es una adaptación creativa del hombre quechua-aymara de los andes centrales y el altiplano. Campos y Stevenson informan sobre la temprana presencia de vihuelistas en el Virreynato peruano (1546 y 1553), y Guaman Poma nos muestra a fines del siglo XVI en su dibujo "Indios criollos y criollas indias", a un indio cortesano tañendo un cordófono de mango, mientras entona un canto indígena. El mestizaje musical fué entonces muy temprano y prolífico en todo el Virreynato. El charango, nombre asignado con ánimo generalizador para los córdófonos más pequeños en escala variable, surgió al calor de este intercambio permanente, permitiendo que con el tiempo las manos y el alma del indio terminaran impregnándolo, merced a los favores de sincréticas "sirinas" que moran en las pacarinas en forma de lagos y ríos. Para mas detalle, es muy recomendable leer "El charango y la sirena: La magia y el poder del amor" de Thomas Turino.



// M. Cornejo





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Fuente:
Revista del Centro de Folklore Jose María Arguedas
Instituto Nacional de Cultura, N° 1, oct. 1986 Lima, pp. 11-16
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El Charango
Jaime Guardia




Para hablar del charango peruano, previamente hay que tratar sobre el origen de la guitarra española. La guitarra de cinco órdenes conocida como la auténtica guitarra española, tiene una historia que comienza aproximadamente en el s. XVI y se prolonga hasta nuestros días. De amplia difusión temprana en la Península, llegó a convertirse en el instrumento más representativo de la cultura musical ibérica. Cuando en 1640 el Padre Marín Marsenne publica en París su tratado sobre la afinación, la guitarra de cinco órdenes ya era un instrumento muy popular y muy usado en toda España llegando a construirse en tamaños variables.

Posteriormente esta guitarra, deviene en charango y bajo esta forma llega a nosotros. En la actualidad el charango se cultiva en un extenso territorio latinoamericano, cuyo radio de difusión abarca desde Lima hasta el norte argentino. En nuestro país se tañe en los departamentos de Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Moquegua, Puno, Ica (parte), Tacna (parte), Lima, Huánuco y Junín (Jauja); en estos tres últimos departamentos su uso es débil.

El charango es entonces originario de España pero al haberse incorporado como instrumento de las clases populares a nuestro medio, ha pasado a tomar características netamente andinas. Por ejemplo, el material con que se construye proviene del aliso o de la caparazón del quirquincho. La distancia con su punto de origen es sin embargo, más notoria si se consideran los temas que en él se interpretan y la manera de ejecutar dichas piezas musicales. Las motivaciones, los gustos, las circunstancias de interpretación marcan una distancia cultural indiscutible con su lejano antecesor ibérico.

En nuestro país, debido a sus características, el charango ya ha dejado de pertenecer a la cultura occidental y es ahora propio del mundo mestizo andino. En realidad ha devenido en un instrumento capaz de reflejar pon autenticidad nuestra múltiple realidad expresada en distintas formas musicales. De allí que esté íntimamente asociado con diversos géneros, tales como el wayno, el yaraví, los carnavales, la marinera y otros [géneros] de tipo tradicional. Elemento evidenciador de la profunda disyunción que hirió al mundo andino, se ha constituido al mismo tiempo en una de las formas sincréticas que caracterizan nuestra realidad. Puede afirmarse por ello que es un instrumento musical verdaderamente representativo del Perú actual.

1. Estructura

a) El Encordado
La encordadura del charango puede ser de cinco cuerdas simples o de diez cuando son dobles. Es decir, cinco pares. Esto en cuanto al instrumento que conocemos y que hemos aprendido a interpretar desde la niñez. Sabemos sin embargo, que en algunos departamentos la encordadura varía notoriamente, como en Moquegua donde puede llegar a 20 cuerdas, cuatro por cada orden; o Cusco (en Canchis) donde se usan 12 cuerdas en cinco órdenes, triplicadas dos de ellas y duplicadas las tres restantes. Básicamente los órdenes son cinco variando el número de cuerdas. Una información mas completa se puede encontrar en el Mapa de los Instrumentos Musicales de uso popular en el Perú (Lima, Oficina de Música y Danza, INC, 1978).
Anteriormente se usaban cuerdas de tripa, en la actualidad estas han sido reemplazadas por las de nylon que son más resistentes y de mayor duración pero que no poseen el sonido tan brillante como las de tripa.
Hay zonas, como en Puno, Arequipa o Cusco donde se utilizan todavía las cuerdas metálicas.

b) La afinación
Las afinaciones más difundidas son las siguientes: para la nota en La-menor: se afina la primera cuerda en la nota MI, la segunda en LA, la tercera en MI, la cuarta en DO y la quinta cuerda en SOL. Para la nota en Mi-menor: la primera cuerda se afina en SI, la segunda en MI, la tercera en SI, la cuarta en SOL y la quinta cuerda en RE.En él departamento de Ayacucho a estas afinaciones se las conoce con el nombre de "Santo Domingo". Su modo de ejecución consiste en tocar de la primera cuerda hasta la quinta de acuerdo al siguiente esquema tradicional: San (Ira.) - To (2da.) - Do (3ra.) - Min (4ta.) - Go (5ta.). Según la tradición de Huamanga, se dice que la campana de la Iglesia de Santo Domingo daba los cinco sonidos que tienen las cuerdas del charango. De allí, explica el pueblo, el nombre curioso que tiene esta afinación ayacuchana.

2. Modos de ejecución
La ejecución se hace en dos estilos: el rasgueado y el punteado. El rasgueado consiste en tocar todas las cuerdas al mismo tiempo. Se utiliza generalmente el dedo índice y el mayor. Para completar algunos adornos en el estilo rasgueado, se emplean también los cuatro dedos que se abren en forma de abanico, excepto, claro está, el pulgar.
El punteado consiste en tañer las dos primeras cuerdas alternando con las dos últimas. Se utilizan los dedos índice y pulgar de la mano derecha respectivamente. La tercera cuerda que queda libre se puede tocar ya sea con el índice o con el pulgar, según se presente el caso.
El charango es un instrumento cantante y acompañante, los estilos de ejecución varían según la zona de donde procede el ejecutante, a la que representa en calidad de solista o como miembro de conjunto. Se trata pues de un instrumento de gran plasticidad, capaz de asociarse con cualquier otro, sea de cuerda, percusión o de viento. En el altiplano el estilo característico es el rasgueado, y se suele usar como acompañante de otros instrumentos. En los pueblos de la provincia de Parinacochas (Ayacucho) se domina en cambio, el rasgueado y el punteado. Consideramos que esta es la zona donde existen mayores matices y formas de ejecución del charango, pues su cultivo y su difusión constituye toda una especialidad tradicional.

5. Fabricación
En Ayacucho se solía fabricar charangos utilizando la madera del sauce y el aliso por su consistencia blanda. El acabado del instrumento era más bien rústico; se empleaban sólo cinco trastos hechos con las maderas más fuertes, tales' como el warango, la tara o el lloqe. Contaba con cinco cuerdas de tripa, elaboradas por los mismos hijos del lugar. El pueblo de Paqayqasa tenía mucha fama en la construcción del charango. En la actualidad el arte. de su construcción poco menos que ha desaparecido, siendo imposible conseguir instrumentos nuevos. Sin embargo, todavía en algunos pueblos ayacuchanos se puede apreciar uno que otro charango de historia venerable, y con suficiente fuerza como para dejarse escuchar.

La difusión de este tipo de charango en una amplia zona ayacuchana se debe a los huamanguinos, que eran afamados comerciantes. Solían ir de feria en feria por todos los pueblos del departamento llevando consigo todo tipo de mercadería, desde cucharones de madera hasta cuerdas de tripa y, naturalmente, charangos. Incluso cuando se les acababa la mercancía compraban los productos del pueblo donde estuvieran y continuaban viaje. Estos recorridos podían durar seis mesen y hasta un año.
En la actualidad se usan otros métodos en la técnica de construcción. El mismo cambio se puede observar en cuanto a los materiales. Por ejemplo, en el altiplano la caja de resonancia es construida utilizando la piel del armadillo o quirquincho, y el encordado se compone de cinco pares, es decir, de diez cuerdas.

En Ayacucho se utiliza el mismo sistema en la encordadura. Como puede verse, la distancia con el original español es total. Se trata, pues, de una recreación que responde perfectamente, así transformado, al espíritu del hombre andino, a sus posibilidades de obtención del instrumento cuyo costo le resulta muy accesible, a la facilidad con que puede ser transportado. El charango resulta así un compañero hecho a la medida del campesino cuyos poderosos sentimientos interpreta con brillantez, con ternura.

4. Charanguistas peruanos

En el Perú, pero suponemos que también en otros países andinos comprendidos en su área de difusión, el charango no se aprende a interpretar ni en academias ni por medio de métodos establecidos. No hay teoría sino práctica

Esta experiencia que se aprende gradualmente no es deuna cosa particular sino de un conjunto complejo, de una sabiduría popular que corresponde a una manera de ver y de vivir. De allí que el charango sea un vehículo de transmisión de la cultura popular a través de, una forma precisa.
Podemos decir que un intérprete del folklore va haciéndose desde niño, y a lo largo del tiempo, en comunidad, en aprendizaje, y diálogo con la amplia cultura de su pueblo. Por esta razón, cuando mencionamos a los charanguistas que hemos conocido y respetado nos referimos a personas genuinamente populares, maestros en la ejecución de este instrumento musical pero al mismo tiempo, profundos conocedores del modo de ser y de vivir de nuestros pueblos.

Julio Benavente. Charanguista cuzqueño. En la actualidad cuenta con más de 70 años. He tenido la oportunidad de actuar junto con él en el Primer Festival del Charango que se llevó a cabo en el Cusco.

Hernán Gutiérrez. Natural del distrito de Pullo (Parinacochas-Ayacucho), es otro de los charanguistas antiguos. Según sus declaraciones conformaba el grupo: de Moisés Vivanco; en la actualidad tiene cerca de 70 años, pero hace mucho tiempo que está retirado del ambiente artístico.

Néstor Canales. Nacido en Pauza (Parinacochas-Ayacucho), cuenta actualmente con unos 70 años de edad; hace muchos años que está retirado del campo artístico. Ha sido integrante del conjunto de Moisés Vivanco como guitarrista y como charanguista. En muchas ocasiones hemos actuado juntos tanto en público como en reuniones familiares; el año 1953 integró la Lira Paucina pero por muy corto tiempo

Víctor Olaechea. Era un gran ejecutante del charango, tenía un estilo muy propio. Fue miembro de la GC. Había nacido en el distrito de Pullo (Parinacochas) pero por razones de servicio radicó muchos años en Pauza, hasta que se jubiló. Tuve la oportunidad de tocar junto con él muchísimas veces allá por los años 1948 hasta 1950 en las fiestas de Carnaval, en reuniones familiares, etc. Ya ha fallecido.

Actualmente, en la provincia de Parinacochas y en la nueva provincia Páucar del Sara Sara del departamento de Ayacucho, hay muchos ejecutantes del charango que están en plena actividad, Cabe mencionar a Roberto Teves, coracoreño; los hermanos Alvarado, los hermanos Huamán, los hermanos Caballero, de Pullo; Tulio Gutiérrez Guardia, Paucino. Todos ellos son jóvenes que han empezado a cultivar el charango más o menos en la década del 60. La familia Zuzunaga, de Pauza, toca charango y guitarra aunque no actúa. Conozco personalmente a algunos charanguistas extranjeros: Ernesto Cavur, de Bolivia, y Jaime Torres, argentino; ambos muy destacados.

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Video:
Carnaval de Tambobamba - Apurímac (rec. de José María Arguedas)



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Links

El charango peruano... los charangos peruanos
Charango Perú
Lira paucina - Jacinto Pebe
En torno al charango peruano - Fred Arredondo
Charango y canciones del Cuzco -Charango and songs from Cuzco (CD) - Julio Benavente Díaz
"Charango" - Serie Música Peruana, vol. 1 (CEMDUC)




Piura, cuna inobjetable de la "Cumanana" y el "Tondero"

[actualización: 5 de julio de 2010]
Se suele buscar el origen de la Cumanana y el Tondero en las raíces culturales de la población afrodescendiente de la costa norteña (Piura y Lambayeque). El siguiente artículo refuta tal aserto para visibilizar mejor el aporte indígena. Es necesario destacar los importantes bolsones de población afrodescendiente en el departamento de Piura, como el caso de Yapatera, Chulucanas o Morropón. Los flujos culturales se han dado de manera evidente a lo largo de la historia, por ello, es altamente probable que ambos géneros no sean sino el fruto feliz de ese intercambio y esa  fusión, sobre la base  de la copla hispana.
//m.c.d.





Fuente:
El Comercio.  Lima, , 15 de agosto de 1976

Antologado en :
Ecos de la bohemia musical piurana de tiempos idos 
Enrique Zegarra Pozo 
Lima, Asociación Sanmiguelina de Piura, 1977, pp. 78-79









Piura, cuna inobjetable de la "Cumanana" y el "Tondero"
Enrique Pozo Zegarra



(foto: Promperú)

Dentro del desenvolvimiento musical folklórico peruanista, la "cumanana" y el "tondero" tienen vital importancia como expresión auténtica de andinidad y costanía de nuestro Norte Peruano.

El Ande Ayabaquino, con sus elevados picachos y encrespadas cumbres que insólitamente parecen llegar, tocar y besar al Cielo, esconde en sus entrañas las raíces fecundas y fructíferas de una sabia que al aflorar da vida, aliento y vitalidad al indio o cholo como se le quiera llamar (según el distingo social y político de otrora) descubriendo en sus propias manifestaciones indígenas, el sentir emotivo y triste de la "cumanana" que, de acuerdo con la magestuosidad (sic) de ese ambiente andino, sugerente y atractivo, pese al silencio e indiferencia con que se mira su importancia histórica, se conserva dicha expresión como un ancestro y se mantiene latente, a través de los tiempos que se han ido y han venido trayendo consigo distintas versiones respecto a su origen e influencia, aún indecisas e indefinidas actualmente.

El público limeño, ya ha tenido oportunidad de espectar estampas capitalinas de una agrupación denominada "cumanana", y, hasta parece haber aceptado tranquilamente la versión de que esta es de origen negroide. Inclusive, fue publicado un libro con el mismo título y que luego se agotó, por lo que lamentamos muy deveras (sic) no haber podido conocer y apreciar el contenido de sus páginas. Esto desde luego, sin restar mérito ni dejar de respetar a su autor que, en esa forma parece ha tratado de exaltar y dignificar lo peruano.

Es así, como desde entonces ha surgido cierta discrepancia que bien puede ser aclarada y definida en cualquier oportunidad. Y es que, los ayabaquinos que hemos nacido en los primeros años del presente siglo, siendo aún niños, nunca conocimos ni hemos visto gente morena en esa nuestra santa tierra, donde más bien el indígena o campesino es, en su color de tez y de ojos, un tanto claros, con ciertas excepciones desde luego, y, justamente a este indígena es al que hemos escuchado muchas veces y aprendido de él, el canto melódico y expresivo de la "cumanana" en cada fiesta o feria ayabaquina, la que reunía al campesinado de todos los alrededores de la provincia.

En estas oportunidades solían divertirse entre limetas y pomos de cañazo o aguardiente que, agenciosas chinganeras en mesitas ubicadas en plena Plaza de Armas, vendían a diez y veinte centavos el pomo de dicho licor, bajo cuyos efectos no faltaban las improvisadas "cumananas" como el mejor exponente de una costumbre arraigada en su vida campesina de indios o cholos (disminuidos como tales por una clase superior llamada decente) evidenciando a través de tal modismo, su auténtica originalidad en cuanto al acento, estilo y expresión propios... sin apartarse de la corrección y respeto frente a los demás, en sus actos de gente de campo… menos aún del espíritu de fe y devoción a la imagen del ¡Cautivo Ayabaquino! venerado y milagroso patrón del pueblo. Feria esta entre todas la más concurrida, a la que no faltaban.

Analizando el canto de la "cumanana ayabaquina" se descubre que, en determinados pasajes de su interpretación hay notas que musicalmente se denominan falsetes, similares a las que se acostumbran y siempre se escuchan en el cantar mexicano que es de influencia española (andaluz). Lo propio sería "nuestra "cumanana" si se comparan ambas influencias, pudiendo agregar así mismo la presencia de nuestros indígenas campesinos de Ayabaca, de los que hay la evidencia de ser muchos de ellos de descendencia española.

Esta afirmación tiene respaldo, en la obra de la cual fue autor et gran escritor peruano fallecido en París, Luis Varela y Orbegozo (seudónimo Clovis) a la que tituló: "Apuntes para la historia del régimen de la sociedad colonial", en cuyas páginas se citan genealógicamente apellidos como: Álvarez, Gálvez, Saavedra, Alberca, del Pozo y otros, y, que no han desaparecido hasta ahora, existiendo aún actualmente en la colectividad ayabaquina, como testimonio fehaciente de la citada afirmación.

En cuanto al "tondero" no se puede desdecir su expresión costeña, según la clasificación de nuestra música, aún cuando hay tonderos de modalidad andina desconocidos e inéditos, al parecer por falta de voluntad de los intérpretes... Eso se hará cuando se trate de divulgar todo lo que es del Perú, no solamente lo de determinados autores que, a veces llegan hasta el cansancio... con lo mismo y lo mismo...




Video


Tondero piurano
Autor:  Miguel Correa Suárez
Interpretación de Cecilia Barraza



Gracia, arrogancia y salero,
señores es el tondero...
que con guitarra y cajón,
al compás de alegres palmas,
nació con la cumanana
en bella tierra piurana...

Lo cantaron
los Cuyuscos (*)
al Palacio lo llevaron,
el Presidente Leguía
lo bailó alborozado.

En Morropón
La Jorana
con su arpa lo enseñoreaba
y en Catacaos Juan Requena
con su flauta lo floreaba.

Tondero se baila en Piura
hasta en el cielo señores
tondero bailan las chinas
con sus cholos labradores.

La cumanana y tondero...
en Piura nació primero



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(*) Los Cuyuscos fueron un famoso dúo integrado por los hermanos gemelos Miguel y Ciriaco Aguirre, nacidos en Motupe en 1862. En Morropón crecieron escuchando tonderos, cantándolos y bailándolos con gran solvencia ya a los 15 años. Lucharon al mando de Andrés Avelino Cáceres en la resistencia contra la invasión de 1879. Se sumaron a la Rondalla Piurana que dirigía el maestro Juan Requena Castro y que contaba con: Roberto Vàsquez de Velasco, Juan Talledo, Juan Seminario Morales, Hèctor Rojas Goyoneche (o"Patorro Rojas"), Zenón Castro y Juan Aguirre (hijo del Cuyusco Manuel). La Rondalla Piurana así conformada logró ganar el primer puesto del festival de la Pampa de Amancaes (1928); en esa ocasión el presidente Leguía vio complacido bailar y cantar a Los Cuyuscos, invitando a toda la comitiva piurana al Palacio de Gobierno.
(Datos provenientes del texto Un 30 de junio... hace 80 años, de Juan Salazar Mejía, recibido en correo personal el 3 de julio de 2010)



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marzo 21, 2007

Vida cotidiana en la Lima colonial y del siglo XIX

Fuente:
Lima Antigua
Pablo Patrón
Lima : Imp. Gil, 1935
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Comidas y visitas en Lima antigua
Pablo Patrón


Misturera y sahumadora - Pancho Fierro - 1850


El desayuno de los habitantes de esta ciudad variaba mucho; el más general era el chocolate, pero se solía sustituirlo con la leche vinagre o la cuajadita, como también la llamaban, que se tomaba con miel; otras veces preferían los emolientes, tisanas, frescos, chicha de Terranova cuando querían refrescarse o purificarse la sangre o si se sentían irritados, según sus propias palabras. Después de oír misa iban a pasear en la mañana a la plaza mayor donde delante de la Catedral estaba el mercado o cato, cuyo era el nombre más usado.

Su aspecto era hermoso; en el centro estaban las floreras y mixtureras, formando una calle llamada del Peligro en el siglo pasado, ya sabremos por qué; ocupaban los alrededores de la plaza "muchos tenderijes de mercaderijos indios que vendían mil menudencias, muchas tiendezuelas portátiles y por toda la acera de Palacio corría hilera de cajones o tiendas de madera arrimadas a las paredes, de mercaderes de corto caudal (llamadas cajones de Rivera por ser él quien las introdujo) y en el lado de las casas de Cabildo, como en el mismo cato, nunca dejaba de haber almonedas donde se vendía a precios bajos ropas traídas y cuantas cosas pertenecen para alzar una casa". En el centro, el mercado abundantemente provisto de bastimentos acababa de completar el cuadro.

Allí se vendían en cualesquiera estación toda clase de hortalizas y verduras traídas de España, la suave col, la populosa berenjena, la fresca lechuga, la rizada escarola, los jugosos nabos y zanahorias, las tiernas pencas del cardo, las verdes espinacas y acelgas, los acres y estimulantes ajos y cebollas, muy estimados los primeros de los indios que los comían crudos, los aromáticos culantro, yerba buena y el agradable perejil, los lustrosos y rojos tomates de jugo ácido, todo fresco y de tamaño muchas veces sorprendente, como los rábanos "más gruesos que un brazo de hombre, muy tiernos y de muy buen sabor".

Allí también, las asoleadas y dulces ocas y yanaocas, de gusto parecido al de las castañas, la zumosa xiquima, buena para apagar la sed en el verano; la pequeña raíz cochuchu, que por su dulzor se confitaba; el oleoso maní; la sustanciosa batata tan bien aclimatada en Europa, donde son famosas las de Málaga con que se hacen dulces exquisitos; los melosos camotes; la sápida y suculenta yuca; la azucarada y harinosa achira; el rojo achote de la Nueva España; el bravo y picante ají tanto seco como fresco y de diversas especies, rocoto, mirasol etc.; la carnosa caigua, los aguachentos zapallos, calabazas y entre ellos la pequeña avinca; el lechoso y tierno choclo; los ollucos, tan sustanciosos como la carne; las nutritivas y regaladas papas de toda calidad, unas blancas como la leche y otras amarillas como el oro, todas muy superiores a las cosechadas en Europa.

Las menestras estaban representadas por el blanco arroz de estos valles, especialmente los del Norte y el de la China y Filipinas, los feculentos frejoles y garbanzos, principal comida de los negros esclavos; las pequeñas y obscuras lentejas; las habas alimenticias, todas originarias del antiguo mundo, y por los chatos y albos pallares y las menudas simientes de la quinua oriundas del mundo nuevo. En todo el año no se carecía de varios géneros de frutas como hoy mismo sucede. De las de Castilla había ya gran variedad por los años de 1560 en las huertas de la ciudad y en otros puntos del territorio y todas daban muy buenas por la fertilidad del terreno. Merecen mención los membrillos "algunos como la cabeza de un hombre", las manzanas, camuesas, cermeñas o peras, naranjas, limas, limones, cidras que a veces crecían como "medios cántaros", las uvas prieta y moscatel, traída esta por Caravantes de las Canarias, y que producían racimos de ocho y diez libras, los ciruelos, peros, melones y las granadas de las cuales una de esta ciudad, mayor que una botija de aceite de las de Sevilla, "se llevó en las andas del Santísimo Sacramento en la Procesión de su fiesta".

Negocio pingüe era, pues, en aquel tiempo una huerta, por la utilidad que reportaba la venta de la fruta. Garcilaso nos refiere que D. Antonio de Rivera sacó de una heredad de esas, más de 200,000 pesos. Después se extendieron mucho todas esas frutas y algunas venían desde Chile de donde llegaban perfectamente, después de los doce días del viaje. Pero las frutas mentadas no eran las mejores de nuestra plaza, pues los españoles encontraron en el mundo de Colón muchas desconocidas, y muy superiores a las suyas.

Allí estaban en los puestos, haciendo la boca agua, las frescas y rollizas tunas de carne jugosa, aunque llena de semillas; el amoratado y amarillento pepino tan despreciado hoy como alabado entonces, por refrigerante, sabroso y fácilmente digerible; la fragante y apetitosa piña, entre las que sobresalían las de Saña; los mameyes, unos dulces y otros agrios excelentes para conservas; la globosa, agridulce y sorbible granadilla; las blancas guayabas de olor y sabor, especialmente las de Matos; la madura y pajiza lúcuma de médula seca y algo empalagosa, pero muy gustada en helados; el verde y torcido pacay cuyos blancos capullos los tomaban por algodón los chapetones, o sea los españoles recién llegados; el trascendente palillo; la suave y mantecosa palta, las grandes guanábanas, hasta de cuatro libras de peso; la nectarea chirimoya de pulpa incompararable; el odorífero mango de agradabilísima comida como se dice vulgarmente; los racimos o cabezas hasta de 300 plátanos guineos, largos, de la Isla, etc., de "médula tiesa y de muy buen comer" y otras muchas y más frutas que sería enojoso enumerar.

En otras mesas saltaban a la vista las frías y gelatinosas chapanas, las panquitas de mantequilla fresca, los ricos quesos de vaca y de cabra a tres o cuatro moldes por un real, las famosas aceitunas de esta ciudad y las de botija de Camaná a dos pesos cada una, merced a D. Antonio de Rivera, que por el año de 1560 plantó tres estacas de olivo sevillano, en la heredad de que hemos hablado y la cual fue al poco tiempo propiedad del convento de la Concepción. Después que por obra de Da. María Escobar o Da. Inés de Muñoz, introductoras del trigo, cundió este, se le vendía pelado y también beneficiado en hogazas y panecillos blancos y calientes, que hacían ventajosa competencia a las tortas de maíz.

En otros sitios se expendían la papa seca y el chuño serranos, las grasosas salchichas, morcillas, el relleno dulce, la porcuna manteca usada para guisar en vez de aceite, los cuyes sabrosos, parecidos a las ratas, los venados de exquisito lomo, las perdices grandes de carne tiesa, que muchos guisaban a los dos días de muertas, las pequeñas, llamadas pardillas, semejantes a las codornices y muy gustadas de los conquistadores, los patos de mediano tamaño en comparación con los de Europa, las palomas duendas, de Castilla, las tórtolas o palomas de la tierra, es decir de América, y las torcaces, las gallinas, los conejos de la Península y el suculento pavo de Nueva España, propagados por los conquistadores. Pero ya a fines de 1548 "señaló el Cabildo sitio para carnicería en la orilla del río y mandó que martes y sábado se hiciese rastro donde se vendiese toda suerte de carnes, así de Castilla como de la tierra". Cuando hubo el actual puente "se puso el rastro de la otra banda del río y en el primer lugar sólo se pesaba la carne de vaca". Tres más hubo, el de San Jacinto, el de Pachacamilla para carneros, hasta el año de 1670 en que se construyó allí el beaterío de Nazarenas, y desde 1622 el de Santa Ana. En la calle del costado de Palacio se situó el despacho de carnes y pescado.

En cuanto a carnes secas se encontraban los riquísimos jamones serranos en su mayor parte de Jauja, los ataditos de cecina, los tasajos tanto de charque de carne de res y de llama como los de la gorda chalona de carnero o chivato poco estimada.

Los peces no se podían pescar en la boca del río sino con caña según expresa disposición, y tenían, ya fueran frescos, salados o secos, sitio aparte para la venta. Los había muy regalados y de todo género: plateados pejerreyes, cabrillas de fajas encarnadas, rostrituertos y exquisitos lenguados, róbalos enormes, corvinas blancas y delicadas, cazoncitos de leche, atunes de todo tamaño, bonitos causantes, según Cieza, de la verruga, y hermosos camarones entre ellos confundidos.

Por la plaza y las calles que separaban los tendejones de madera y los portales, se esparcían los paseantes solazándose y comprando frutas y flores. En el siglo pasado las hermosas limeñas, después de recorrer el cato, recalaban a la calle de las mixtureras y floreras, que por los compromisos y codeos era el terror de los varones, sobre todo de los galanes, y llamada por ese motivo "calle del Peligro". ¿Qué percunchante al encontrar en ese sitio a la reina de su alma no había de obsequiarle, y mucho más siendo costumbre, un puchero de flores de a duro cuando menos? ¿Y cómo escapar de las buconas, de las taragotas conchavadas con las vendedoras, para partirse los excesivos precios que éstas cobraban por su mixtura? El tal puchero de flores lo formaban "una margarita, un palillo, uno o dos capulíes, igual número de cerezas y azahar de naranja agria, puesto todo sobre una hoja de plátano del tamaño del cuadro de una octava parte del pliego del papel, salpicadas encima de flores de manzanilla, del alhelí amarillo, del jazmín, de las violetas, la aroma, la margarita, y sobre ellas unas ramas pequeñas de albahaca, del chocho, y a veces ya una vara de jacinto, ya una de junco o una frutilla; todo esto rociado con agua de olor ordinaria, o agua rica o aguardiente de ámbar. Este puchero valía medio real, pero con los diversos agregados de las naranjitas de Quito, el albaricoque, las manzanitas ambareadas, las frutillas grandes, el níspero, la lúcuma pequeña, los claveles llamados entonces de la bella unión, las marimonas, las minutisas, los tulipanes y demás flores recientes, recrecía su precio hasta dos o tres pesos, el cual llegaba a seis y siete cuando tenía la flor nombrada entonces artisma, de valor arbitrario.

Aunque a los mercachifles, como veremos más adelante, se les perseguía y estaba prohibida la venta por las calles de los alfeñiques nevados, bizcochuelos, melcochas y nevado de maní, sin embargo, a fines del siglo XVIII los vendedores ambulantes de todo género pululaban en la ciudad a toda hora del día.

- La lechera indicaba las seis de la mañana.
- La tisanera y la chichera de Terranova daban su pregón a las siete en punto.
- El bizcochero y la vendedora de leche vinagre que gritaba "a la cuajadita" designaban las ocho, ni minuto más, ni minuto menos.
- La vendedora de zanguito de ñajú y choncholíes marcaba las nueve, hora de canónigos.
- La tamalera era anuncio de las diez.
- A las once pasaban la melonera y la mulata de convento, vendiendo ranfañote, cocada, bocado de rey, chancaquitas de cancha y de maní y fréjoles colados.
- A las doce aparecían el frutero de canasta llena y el proveedor de empanaditas de picadillo.
- La una era indefectiblemente señalada por el vendedor de ante con ante, la arrocera y el alfajorero.
- A las dos de la tarde, la picaronera y el humitero y el de la rica causa de Trujillo, atronaban con sus pregones.
- A las tres, el melcochero, la turronera y el anticuchero o vendedor de bisteque en palito, clamoreaba con más puntualidad que la mariangola de la Catedral.
- A las cuatro gritaban la picantera y el de las piñitas de nuez.
- A las cinco chillaban el jazminero y el de los caramanducas.
- A las seis, canturreaba el raicero y el galletero.
- A las siete de la noche pregonaban el caramelero, la mazamorrera y la champucera.
- A las ocho el heladero y el barquillero.

Pero ya es tiempo de volver a ocuparnos de los paseantes que de vuelta a la casa se disponen a almorzar. En el comedor sólo había una mesa de roble, cedro, nogal o granadillo, de tablero ancho y pies torneados y a su alrededor las correspondientes sillas de igual clase; varias rinconeras llenas de loza y cristales situadas en las esquinas completaban el menaje.
El almuerzo poco a poco fue variando hasta que se formó la cocina criolla; en el siglo pasado figuraban en aquél los siguientes guisos: sancochado de cabeza, carne en adobo, chupe, tamales, chicharrones, huevos, plátanos fritos con tostadas o con migas, sopas de mondongo, chanfaina, picantito chilcano, tumbo, zango de ñajú, pastelitos y para cerrar con llave de oro venia el mate o champús de agrio en el invierno, o la monumental jícara de chocolate con las buenas tostadas de mantequilla o el rico trozo de queso fresco o mantecoso. Todos los platos se ponían juntos en la mesa, y no se comenzaba a repartir hasta después que los bendecía el capellán, algún fraile comensal o la persona más caracterizada de la familia.

Servían los esclavos y las niñas y señoras tenían a su lado con ese objeto a sus engreídas a quienes se les daba de la mesa. Los platos, fuentes y cubiertos de plata estaban mezclados con la loza ordinaria, de color y de la china que abundaba mucho, no siendo raras las fuentes muy grandes y de subido valor. En ninguna mesa faltaban las cucharitas de madera, renovadas con suma frecuencia, pues eran de bajo precio sus tercios; que se vendían en la plaza de abastos. Que hubiera o no cubiertos, lo cierto es que las limeñas preferían casi siempre apearse, pie a tierra, con sus pulcras manos llenas de sortijas y armadas de un pedazo de pan se llevaban la comida a la boca.

De la mesa al lecho: la siesta era costumbre inveterada. En el dormitorio se ostentaba la rica y grande cama en un tiempo tan alta que tenía gradas y cubierta con sus cortinajes ya de damasco, ya de brocado, o de gasa fina. Muchas tenían a su cabecera, un crucifijo más chico que grande, de madera barnizada, de hueso, o de marfil. Había además en el dormitorio hermosos cuadros de santos y ricos espejos, unos con marcos de ébano y carey; pero lo más notable era en el de las señoras, la gran cómoda de cedro de pies de león y encima de ella la urna llena de adornos de briscado y plata con un niño Jesús casi siempre de marfil o de cera trabajado en Italia. Por delante de ella y a sus costados estaba el platito de mixtura y los preciosos sahumadores de plata. A todo esto hacía juego el gran armario o ropero de escogida madera, todo enconchado. Por último, debajo del catre se veía un arcón de madera, fuerte, forrado en vaqueta, en donde estaban guardadas las alhajas y la plata labrada que no se usaba de diario.

En cuanto despertaban al medio día, se preparaban para el visiteo, y si era día de pagar visitas mandaban enganchar el coche. Coches, carrozas, furlones, estufas, etc., de todo hubo en Lima, pero las que más se generalizaron, habiendo llegado a seis mil, fueron las calesas de dos ruedas y cuatro asientos, tiradas por una mula. Doradas por fuera, estaban forradas en tela de brocado de oro y plata con flecos de lo mismo y clavazón también dorada y valían de 800 a 1,000 pesos. Aunque en mucho menor número, no faltaban coches tan elegantes o más que ellas, propiedad de las grandes familias, los que llevaban a la zaga un paje con librea galoneada de oro y plata.

En carruajes, sillas de mano, o a bestia, se transitaba por la ciudad; pues, como no había veredas enlozadas y aunque el Cabildo tenía esclavos y carretas para la limpieza, ésta dejaba mucho que desear, era muy molesto andar a pie codeándose a cada paso con los burros cargados de yerba, cal, ladrillos, etc., y aspirando el polvillo de tierra y estiércol que esos animales levantaban. Tal número de bestias, como las empleadas en este trajín urbano, traía un gasto muy crecido de yerba y, para dar abasto a él, todas las chácaras de la campiña estaban sembradas de alfalfa, cuyo cultivo reemplazó al del trigo, una vez que este daba bien. ¡Cuánta diferencia del tiempo en que Lima exportaba harina a Panamá y Tierra Firme!, lo que, cuando Chinchón, se dispuso no se hiciera sin licencia del Cabildo. Desde mediados del siglo XVI la yerba que entraba a la ciudad para su expendio debía ser de 7 palmos de largo cuando menos, y con ese objeto tenía su hierro el Ayuntamiento, y además había de estar dividida en líos cuyo grosor se media por un hilo de un tomín. Sólo en ciertas épocas del año la chala hacía sana competencia a la alfalfa.

En el último tercio del siglo de la conquista se redujo el largo de los estoques, verdugos, espadas con que se salía a la calle, de 9 palmos de largo que tenían a 5 cuartas de fierro u hoja cuando más. Por supuesto que negros e indios no podían usarlos de ningún tamaño. Esta medida dictada para todo el Reino era inmejorable para el Perú, donde menudeaban los encuentros y desafíos al extremo de que se llamara por esa circunstancia la Nueva Italia.

Para recibir a las visitas había en las casas una sala especial con las paredes adornadas de tapetes finos, flamencos o ingleses, en suelo cubierto con una preciosa alfombra y los huecos de las puertas cerrados por elegantes y costosas cortinas llamadas antepuertas. Poltronas de vaqueta con clavazón dorada representando diversas labores o dibujos, casi siempre pavones o águilas de dos cabezas, estaban colocadas cerca de las paredes alternando con taburetes y "preciosos bufetillos de ébano y marfil incrustados con herraje dorado, sobre los que campeaban estatuillas, llamitas, jarros primorosos de oro y plata, cruces de nácar, cofrecillos de concha y plata", y otras mil bujerías de la China. Lugar preferente ocupaba, sobre una vistosa repisa o encima de una mesita apropiada, el gran reloj de campana y torrecillas. Los rincones de la sala no estaban escuetos, sino que habían en ellos grandes escaparates llenos de trabajos de briscados, figuras de piedra de Huamanga y cien preciosidades más de todo género. Ocupaba un lado del aposento el estrado con su tarima de madera o corcho de seis o siete pulgadas de alto y cinco a seis pies de ancho, cerrado por una barandilla, y adornado con alfombras de Persia y mullidas almohadas de seda, terciopelo o damasco y magníficas colgaduras de brocado, terciopelo, etc., "guarnecidas con puntas, encajes de hilo de oro" o franjas de lo mismo. Además de las poltronas y taburetes mencionados, delante del estrado y haciendo juego con él, había sillas tapizadas que sólo se ofrecían a las personas de gran consideración.

En el siglo XVIII se introdujeron los muebles tapizados en cerda, y en las casas de modestos recursos tenían en un sitio apartado, en el alféizar de una ventana por ejemplo, sobre un braserito, una tetera de plata llena de agua hirviendo para servir el mate a los amigos. La conversación rodaba sobre los asuntos del día, la estación, las modas, la salud de los contertulios y la vida del prójimo, etc. Llegada la hora de los cumplidos, los esclavos sacaban los consabidos copones de aromático chocolate llamado por antonomasia el agasajo, tal era la costumbre que había de ofrecerlo; y junto con él las salvillas de plata con platos de perada jalea, cidra y canelones, confites de culantro, anís, almendras, limones calados, carne de membrillo, calabazate, alfeñique, rosquetes bañados, picarones borrachos y los famosos dulces de los conventos de la Concepción y la Encarnación: de pasta, frejoles colados, manjar blanco, etc.

De manera que la afición a los dulces en Lima es antiquísima, por más que el cabildo desde muy atrás hubiera prohibido su elaboración, indudablemente por la escasez de azúcar. En efecto el Ayuntamiento el 29 de Diciembre de 1542 ordenó "que ninguna persona haga confitura de ningún género para vender; pena de pérdida de la tal confitura y más cincuenta pesos por la primera vez, y por la segunda destierro perpetuo de la tierra y más los dichos cincuenta pesos. Por cuanto de hacerse la dicha confitura viene daño a la República, y se hacen los hombres ociosos, vagabundos y habiendo venido mucha azúcar para cosas necesarias y enfermos la han gastado y gastan en las dichas confituras".

Pero continuemos con los agasajos: también se ponían sobre las mesas hermosos azafates llenos de búcaros, bernegales y vidrios, nombre que se daba a los vasos llenos de agua fresca o de canela, limón, de aloja, chicha morada, sangría y bebida de garapiña, ante con ante e hipocrás, licor entonces a la moda. Todos estos líquidos tenían nieve en verano y se tomaban junto con las diversas clases de helados. La nieve la remataba el ayuntamiento y el obligado, así llamaban a los rematistas, vendía la libra a real para el público y a medio al arzobispo, a los regidores, oidores, alcaldes, inquisidores, contadores y oficiales reales, y debía dar gratis diariamente 8 libras al Virrey en Lima y 16 cuando iba al Callao.

En el curso del siglo XVIII se acostumbró dar en lugar del chocolate, y a las once queso mantecoso de la sierra, aceitunas de Camaná o de Ilo, rosquillas de manteca y el buen aguardiente de Locumba, Motocachi, etc. Concluida la colación se despedían las visitas, y siempre la señora de la casa les regalaba, muy en particular a las personas de su sexo, pastillas de sahumerio, de briscado, mixtura, y les rociaba los pañuelos con delicados olores.
Dadas las 4, a la mesa. Una vez la familia acomodada y las viandas bendecidas, se daba comienzo a la comida por la sopa teóloga con menudillos y luego seguían los otros platos criollos tales como el puchero, el estofado, la carapulcra, el caucau, los olluquitos con charqui, el charquicán, conejo en salsa de jérregue con maní, el escabeche, la causa, la jalea, arrimado de coles, diversas menestras, las papas con ají, los anticuchos, y si era día de convite no podían faltar el pavo relleno y la clásica empanada.