febrero 06, 2009

Identidad musical en Arequipa: Aún es tiempo



...no se llega a carpintero, más que haciéndose sensible a los signos del bosque
Proust y los signos - Gilles Deleuze



Muchas de las expresiones de música y baile de creación popular en la ciudad de Arequipa, esas que caracterizan la idiosincracia de la población, tanto de la urbe como de los distritos rurales aledaños, están quedando en el recuerdo de las personas mayores de 40, están dejando de ser parte sustancial de la cultura viva local, esa que dá sentido y horizonte común a una colectividad. Las razones inmediatas citadas por propios y extraños son los de la emigración de los hijos "castizos", y la inmigracion de nuevos pobladores, provenientes principalmente de Puno, pero de manera notoria también, de las provincias altas de Arequipa, de Cuzco, Apurimac, Ayacucho, Moquegua, Tacna, e incluso Bolivia. Estos nuevos pobladores traen consigo sus bagajes, sus proyectos propios, y vienen a re-ocupar espacios antiguos, u ocupar espacios nuevos, configurando una ciudad en acelerado proceso de expansión, densificación y reestructuración. La otrora orgullosa ciudad de ccalas y lonccos, se vá haciendo más cobriza. Para la mayoría de arequipeños, esto es más un problema, una amenaza, que un desafío propositivo. Aún hay racismo, y un localismo obtuso, es verdad.

El desborde popular no sólo ha sido un fenómeno limeño, sino de todas las ciudades importantes del país. En el caso específico de Arequipa, se trata del vuelco de una ciudad profundamente hispano-mestiza, agraria, de un conservadurismo conventual, aislada por la propia geografía, a una ciudad globalizada a partir de 1871, merced al ferrocarril y el boom lanero, y abierta a las ideas liberales del progreso. A partir de entonces, la pujanza comercial e industrial de la ciudad -con sus bemoles- ha sido constante hasta los años 80 más o menos, cuando confluye todo para el desborde: violencia política que atrae a los migrantes sur-andinos, crisis económica que expulsa a los/as jóvenes del lugar en busca de mejores horizontes. La hiperinflación de Alan García y el neoliberalismo fujimorista ahogaron hasta el límite lo que fuera el sólido estrato de la burguesía arequipeña. La pequeña y mediana empresa se basó frecuentemente en una especie de corporativismo familiar, un esquema poco competitivo bajo las nuevas, frías reglas del libre mercado.

Así las cosas, cómo se configura el imaginario colectivo de la ciudad, llena de jóvenes recién llegados, o nacidos de padres migrantes, cuánto permanece de las tradicionales redes sociales arequipeñas, que sustentaban fiestas y ritos propiamente arequipeños. Varias de ellas, como la de la Virgen del Rosario en el Barrio del Solar (mi barrio), han venido "a menos", pues sus hijos, los curtidores, padecieron sin atenuentes los embates de las reformas neoliberales. Todavía está en mi retina, cómo la Virgen hacía su retorno triunfal a la capilla en andas de hermanos, primos, tíos, y amigos, al son de una jocunda marinera, balanceada de aquí para allá con fervor. Aún percibo la entrada del "ccapo", con los estoicos burritos que bajaban por el "Resbalón" en medio del estruendo de la banda de música, el jolgorio de la ronda alrededor de la yareta en llamas... los imponentes castillos donados por los mayordomos, ora un tío, ora un hermano, ora el abuelo yá yaciente... la emoción de las luces arabescas en el cielo estrellado... el olor de los pétalos de rosa y del incienso... el tiempo envuelve los recuerdos con mayor ternura.


Nicanor Abarca Puma. Foto: Dale A. Olsen, 1979 (En: The Garland Handbook of Latin American Music, Dale A. Olsen & Daniel Sheehy. Nueva York : Routledge, 2007, 2da. ed., p. 445). Leyenda: "A charango maker and player of Arequipa, Perú, plays a Charango de Caja. Resembling a small guitar, it has five triple courses of metal strings".
Este libro va acompañado de una selección de audios; uno de ellos es el N° 24: Quién ha visto aquél volcán, yaraví de Puquina, Arequipa, interpretado por Nicanor Abarca Puma en charango, grabado por Olsen el 12 de agosto de 1979 en Arequipa.

Hace pocos días, visté la casa musical "Abarca" en la cuadra dos del Puente Bolognesi (el Puente Viejo). El hijo de Don Nicanor Abarca, Juan Carlos Abarca Huirse, tuvo la amabilidad de conversar un ratito acerca de su padre, notable constructor de instrumentos musicales y ejecutante de cuerdas (charango en particular), fallecido en el año 2002. Comentó que su padre fué amigo de muchos músicos de Arequipa, como el Torito Muñoz Alpaca ("desde jóvenes hasta el final"), Don Félix Valdivia, los integrantes del Conjunto de Cuerdas Arequipa, y tantos más. Que antes, la música unía a las clases sociales, que Don Nicanor era muy convocado a participar en fechas festivas, tanto privadas como públicas, no sólo por lo amigos sino por intituciones como el Concejo Municipal, el Jockey Club, la Peña Taurina, el Centro Musical Arequipa, etc. Comentó que Don Alipio Sosa (un tío mío) era muy amigo de él, que como otros curtidores, lo llamaba para tocar en la fiesta de la Virgen del Rosario (1). Dice que acudía con su charango, con dos mandolinas y dos guitarras. Que en general, su estilo era "más clásico" que folkórico. Al preguntar si su padre había hecho grabaciones, dijo que lamentablemente no, que tocaba informalmente entre amigos, que Otilia Abarca Huirse, una hermana suya, guarda algunos documentos y grabaciones, y que existe un tema insertado en los LPs del libro de Juan Guillermo Carpio Muñoz "Arequipa, música y pueblo" (1983). La familia Abarca lleva más de cinco generaciones (unos 160 a 170 años) construyendo guitarras, charangos y otros cordófonos en Arequipa (y también en Cusco, donde Don Nicanor vivió muchos años de su juventud). (2).

Mencionó algunos aspectos de la crisis de la identidad musical arequipeña:
  • La Escuela Superior de de Música Duncker Lavalle sólo enseña música clásica, no tiene mayor apertura a trabajar los intrumentos nativos y la música popular. Ha abierto un "Taller de Arte Nativo" en el que se trabajan mayormente temas de "música latinoamericana"; es decir, no investiga los verdaderos géneros musicales indígena-mestizos del Perú, y específicamente de Arequipa tan auténticos y ricos. La otra escuela de música que hay en Arequipa es la Escuela de Artes de la UNSA.
  • Las estudiantinas universitarias tocan mayormente temas de afuera, no rescatan mucho lo local.
  • Estudiar música es más accesible que antes (cuando sólo lo hacían los que tenía plata) pero dedicarse a ella es como "morirse de hambre".
  • Los repertorios que se manejan son muy trillados, no hay voluntad de trabajar la variedad existente, tanto en la música nacional, internacional, como local. Don Armando Tejada, intérprete de cuerdas (guitarra, mandolina), conocedor de la música arequipeña, llegó al rato a la tienda y confirmó eso; nos mostró un abultado compendio de temas de música peruana que había hecho.
Esto -sumado a apreciaciones personales- lleva a deducir que no hay un espacio óptimo para desarrollarse como musico profesional, ni mucho menos, para explorar las potencialidades de la música popular local hacia una nueva creación musical de calidad. Que los nuevos músicos, se limitan a repertorios convencionales (sean de musica "culta" como "popular"), que no hay proyección hacia la creación y la innovación en base a la afirmación de una identidad musical local. Que esto es el correlato de la falta de rumbo para dar políticas culturales locales de proyección nacional y (por qué no) internacional, de la falta de interés de la misma población en transmitir a los hijos la valoración de las tradiciones propias, de la alienación violenta que producen los medios masivos de comunicación en los jóvenes, amén de la acelerada reestructuración social y cultural que incorpora nuevos paisajes musicales que aún no están plenamente reconocidos ni legitimados.
Dos flancos de trabajo se presentan ante este panorama: el rescate orgánico y planificado de la hermosa música tradicional popular de Arequipa, y la incorporación y reconocimiento de los bagajes culturales (en este caso musicales) que traen los migrantes a la ciudad. He observado que los jóvenes migrantes se despojan totalmente de todo símbolo que los vincule a sus raíces, desde la vestimenta, hasta el habla y las preferencias musicales. Casi todo es tecnocumbia, regguetón, rock, y "música latinoamericana" trillada. El problema de la aculturación no es sólo de los/as jóvenes arequipeños, sino de los/as jóvenes migrantes. Qué ciudad orgullosamente regionalista puede resultar de eso.
Soñar con una Arequipa multicultural donde dialoguen las diferencias para el recíproco enriquecimiento, parece pasar necesariamente por debatir el tipo de bienestar y progreso que necesita: una ciudad comercial amorfa, receptora pasiva y sin identidad, o una ciudad orientada a pensar y hacer florecer las potencialidades creativas de sus agentes. Para lo segundo, tiene harto capital.
//marcela cornejo

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(1) Una hermana mayor recuerda de su niñez, cómo nuestro abuelo, Aniceto Cornejo, lo solía contratar para la fiesta, ello hasta el año 1962 o 63 aproximadamente, cuando opta por contratar bandas de músicos.
(2) Don Nicanor Abarca participó en el programa "La Hora del Charango", que promovió Humberto Vidal Unda en el Cusco desde 1937 con el objetivo de promover la identidad musical cusqueña. El espacio se complementaba con discursos, poemas, melopeas, amén de propaganda turística. Si bien inicialmente participaban sólo artistas cusqueños, a partir del segundo año, ya conformado el Comité Organizador, se invitó para el primer programa a artistas de otros departamentos como Arequipa, Apurímac, Puno y Ayacucho. Mendoza ofrece datos de la participación de un dúo de charango y guitarra compuesto por Nicanor Abarca y Eulogio Salinas, interpretando el huayno "Despedida". Timoteo Abarca, padre de Don NIcanor, a dúo con Emilio Valdivia interpretaron el yaraví arequipeño "Los vendavales" y el huayno criollo "Toro pinto". Timoteo Abarca interpretó también un huayno en solo de charango titulado "Cuculí". Otros artistas arequipeños que participaron en esa ocasión fueron el dúo Cárdenas-Marroquín, que interpretó el yaraví "Quejas". Mendoza no especifica si las hermanas Hilda y Olinda Ramos Guevara eran de Arequipa, ellas interpretaron el yaraví "El volcán" y el huayno "Mayo rata-rata" (Zoila Mendoza, en "Crear y sentir lo nuestro..." Lima : PUCP, 2006, pp. 144-145).
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Caymeñita - pampeña
Autor: Víctor Neves Bengoa

Interpretan: Hermanos Neves Bengoa
Subido por: Arequipa Leyenda



Caymeñita, ay que bonita
de la campiña florida eres tú
cielito azul, chacra verde
pueblo aromado de flores y frutos
Esta pampeña pa'  las caymeñas
bellas muchachas arequipeñas
son hijas del Misti,
tierra hermosa del sol
[...]





Arequipa - pampeña
Autor: Porfirio Urday Fernández 
Interpreta: Conjunto Musical Condesuyos
Subido por: Arequipa Leyenda



Arequipa siempre hermosa
de blancura inmaculada
sus pintores la esbozan
como una perla engastada
como una perla engastada
Centinela de avanzada
es su Misti portentoso
su silueta desde el alba
se dibuja majestuosa
se dibuja majestuosa
Por entre ramas de sauces
de verdes campos floridos
el Chili extiende su cauce 
rodando con suave ruido
rodando con suave ruido
En su cielo azul
en la inmensidad
brilla siempre el sol
con temeridad



Arequipa, hermosa tierra - valse arequipeño (estilo criollo)
Interpretación: Martha y Enrique (acompaña Manolo Avalos y su Conjunto)
Compositora: Matilde Ramirez de Velásquez
Audio compartido por Darío Mejía


Arequipa, hermosa tierra 
de noble estirpe y añeja
de música dulce y suave 
de magnífica belleza
De coloniales facciones,
de lujosa antigüedad,
la Plaza de Armas, Portales
y [vetusta] Catedral
El bello azul de tu cielo
tus paisajes, tu campiña
y el Vallecito que añora
tantos sueños como anhelos
Románticos siempre fueron
tus músicos, tus poetas
y tu volcán siempre erguido
como un símbolo de ensueño
Se va escuchando a lo lejos
la dulce voz de la alondra
y con azules reflejos
va amaneciendo la aurora
Dichosa cuna de héroes
de [...] y valiente
Curioso fresco en el cielo
por las nubes,
va enmarcado para siempre.



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Enlaces


Algunas marineras de Arequipa
Notas sobre el charango en Arequipa
Poética al pie del volcán: yaraví
Soleada lejanía del alma