noviembre 29, 2011

"Wayno y Kkhaswa"


Fuente:
Wayno y Kkhaswa
Jorge A. Lira
La Crónica. Lima, domingo 22 de abril de 1951, p. 14
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Qachua de competencia entre los ayllus Jauja y Qullana.  (Tablas de Sarhua, comunidad de Sarhua en Víctor Fajardo - Ayacucho)
En: "Qellqay. Arte y vida de Sarhua. Comunidades campesinas y andinas" de Rosa María Josefa Nolte Maldonado (Roma : Terra Nuova ; Lima : Imagen Editores, 1991)



Wayno y kkhaswa

Jorge A. Lira
Especial para “La Crónica”


El paisaje es alma del medio, que hace fisonomía y personalidad de cada pueblo. En el Ande esto tiene rarezas de majestad grandiosa o sencillez indecible. Las sierras anditas o encantan, o extasían. Enmarcados al paisaje del Ande están: Vida, Ayllu y Arte, trilogía compenetrada formando expresión de la raza que es esencia espiritual de belleza sin igual.

En fiestas netas de nuestro Ande que es Vida, Ayllu y Arte, Wayno y Kkhaswa son reserva de las alegrías, o de las congojas de la raza que se redime sangrando por ancha herida.

Wayno, tal como lo hemos visto en regocijos cumplidos de estos pueblos serranos, es el baile de arte perfecto y puro, de estilización maravillosa. Su contenido resume el mas acabado conocimiento de la cadencia, regulada por una simetría rigurosa, en la que unidad, belleza y armonía son versión inequívoca de la ascendencia del alma depurada en proceso estético evolutivo. Por todos sus caracteres objetivos y sustanciales, no hay duda haber sido el baile aristócrata y por antonomasia de los lnkas. Con todo, no fue tampoco, ni es patrimonio de un "ayllu": Es el baile universal de yawantinsuyu y actualmente es el baile nacional peruano y por lo tanto el más peruano de los bailes de arte pleno y palpitante. Toda la sierra del Perú baila, canta y toca waynos en jolgorios y fiestas que están exentos de imposición extraña al sentimiento propio.

Con la raza vive y persiste el Wayno con patente expresión nativa, manteniéndose incontaminado. En todos los dominios indios, (siquiera en el Arte y en el Ayllu), sigue siendo el baile clásico, tanto por su valor estético, como por constituir nexo social y espiritual. Ninguna danza, ningún otro baile es tan general entre gentes del Ande, desempeñando papel trascendental, no solo entre elementos propios, sino también hasta llegar a enlazar a estos con los extraños, como son mistis y mestizos. En un ambiente caldeado de sinceridad, cuando el corazón esta palpitando en peruano, aún los señoritos cantan, bailan, o tocan waynos.

Nos falta hacer comprender a todos los que desdeñan lo grande y puro nuestro, que en ningún baile exótico hay el merito y virtud que el wayno posee. No hay conciencia de nuestros valores, y por eso no vemos que en el wayno están pintadas todas las flores de nuestros campos que, en su conjunto pletórico de matices, habla de injuria estética abundosa de gusto impuesto a los trajes, como prisma mágico jugando iluminado por los rayos de sol jubiloso, en cada movimiento que los acordes tratan.

La música del wayno, tiene mucho de las tristezas así como de las alegrías humanas, con una suma de emotividad transmigrando hacia el fuero cósmico, por todas sus notas y ritmos de estupenda [y] rara belleza. Sus compases que son alegres y que son dolientes a un tiempo, revelan el misterio extraño, incomprensible del complejo anímico andino (complejo que vive en nosotros). Tiene tres expresiones culminantes: la de iniciación, con un allegro resuelto; el desarrollo, moderato assai; y la final de allegro vivo, con contactos a la kkhaswa.

E1 Wayno es bailado para la expectación popular. La naturaleza es su magnífico salón demócrata, por eso, por calles, vías y sendas que salen o vuelven al "ayllu" acogedor de todos los amores sinceros, recorren las parejas, las comparsas o pandillas, en alegría manifiesta, en gozo pleno.

No existe el wayno solo como forma musical y escénica; es también forma poética. Sus estrofas, versos o letras de hermosura bucólica, son expresión diáfana de la potencia inspiradora, que logra el énfasis como afirmación del alma que no es animación únicamente encerrada en lindes corpóreas, sino exposición espiritual ética de si, del mundo, de lo incomprendido, cristalizado en la forma y fondo universal: Amor. Esta es la razón por que son cantados para todos los vientos, para todos los hombres, para todos los seres...

Muchos han creído que La Marinera es el baile popular peruano y aún de Suramérica. Creo yo que el fundamento mismo de la marinera es el wayno indio. Es fácil comprobar esto, por el análisis mutuo de estos bailes, cuya afinidad es estrecha, por estar ambos tan arraigados en el pueblo indio y mestizo. Son carne artística del alma popular peruana y expresion absoluta del desborde emotivo racial. La marinera es, pues, solo el amestizamiento del wayno. Pero, considérese [que] el wayno en cualesquiera de sus modalidades y manifestaciones, siempre es el medio de traducirse perfectamente cuanto de grande, noble, bello y profundo hay en nuestra sierra, que es fuente de vida familiar y popular, con paisaje propio para la realización del ideal artístico, haciendo fisonomía y personalidad nacional de nuestros pueblos.

Un abrazo a la mujer, que apenas es el contacto de las manos viriles sobre los hombros femeninos, en actitud de una genuflexión casi reverencial, es la iniciación del wayno. Pasillos en zig zag, con las corbas semi-dobladas, ante la mujer que se mueve en líneas paralelas, con warak'a o bien con un pañuelo, o simplemente levantando con delicadeza el vuelo de la falda, constituye una primera variación escénica. Dándose una mano, ya otra, con cambios de lugar, es nueva variedad, modificada con giros y contra giros. Le sigue otra variedad semejante a los primeros movimientos, con "warak'a" o con un pañuelo al aire, o ante la pareja, ostentando sesgadamente a diestra o siniestra, según convenga la pose. Luego se nota una combinación de movimientos en paralelo con giros y contra giros, oportunamente logrados. Estos pasos son ornamentados con la honda (warak'a), usada a la caída de los brazos, de frente o a los costados, y también enlazando con la de la pareja. En estas circunstancias, los acordes del final acentúan el compas, observándose que el sentimiento y animación suben de punto. Las faldas de la mujer parecen volar cual flor acampanada extendiendo los pétalos. Se insinúan las notas de un nuevo compas y finalmente viene la kkhaswa.

Kkhaswa. Es la coda musical; remata lo que el wayno expresa y ejecuta. Se tocan, cantan y bailan kkhaswas, al final de las danzas indias. Se acopla kkhaswa como coda de muchos bailes, incluso de la marinera. Pero, es la coda propia del wayno, y no coda cualquiera. Es el desborde de alegría o el salirse el alma e invadir con sus gozos las tristezas milenarias de la vida externa mundanal. Su canción, más que del wayno, penetra lejanías con inflexiones que hacen llorar o hacen reír. Por eso muchos llegan a reír o a llorar al final de las kkhaswas, con los últimos gritos de las "wiphas" [¡wefa!, ¡wefaschay!, son coros festivos que  José María Arguedas pincela  en  los ayllus quechuas que protagonizaron su novela "Todas las sangres"], el redoble de los zapateos, y las notas de la tinya, pinkullos y kkenas que sollozan ansias secretas diluidas en el espacio…

La kkhaswa, en sus movimientos, interpreta las sinuosidades de los caminos, de las sendas, y de los ríos, símbolos de las curvas festivas o desdichadas del vivir común del "ayllu". Mujeres y hombres, mozas y galanes, cogidos por las manos, formando cadena, cantan y bailan el remate del wayno en marcha menuda, patentizando unidad y vinculo de origen, de sangre, de intereses, de fin y destino iguales, como su música, como su canto, como su danza.

Asi son wayno y kkhaswa, que fenecen cuando la tarde muere alumbrando todavía apenas el sol la plaza, epicentro éste de todas las actividades y acontecimientos grandes de los ahora humildes pueblecitos divinamente serranos, sin contacto de malicia, reinos dichosos de sencillez humana, donde la raza se redime sangrando por ancha herida que la noche cubre…



El padre Jorge A. Lira con José María Arguedas en Cusco (años 40)





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Video

La cashua es palabra quechua que designa un tipo general de baile y canto que tuvo amplia difusión en la zona andina y que presentaba variantes según el evento y el lugar. Escurra refiere que dichos eventos eran básicamente de ciclos vitales y de transición:  ...ya sea en sus inicios, en las fiestas de los nacimientos y bautizos; en su finalización (o transformación), en las danzas y cantos funerarios; o en su condición de posibilidad, en los festejos de la fertilidad (a los que no son ajenos los juegos sexuales). La manera en que se modificó el baile, y con ello la capacidad designativa de la voz, está fuertemente impregnada de la labor evangelizadora, de impacto irregular en el tiempo y, podemos suponer, que distinta en los diversos ámbitos geográficos... (p. 213).

Sobrevive hoy principalmente en Cusco, Apurimac, Huancavelica, Ayacucho, Junín, Cajamarca, Ancash, Huánuco, sierra de Lambayeque, Piura y La Libertad, algunas zonas de Puno y partes altas de Arequipa (probablemente en otras zonas más).  


Qachwa en trilla de cebada  (cebada saruy) 
Distrito de Laria - Huancavelica
Video producido por el proyecto ERTIC
subido por asanchez75
Desde el min. 7:23 (...Durante la cebada saruy las cantoras interpretan un repertorio que incluye más de 40 canciones y que van apareciendo en las diferentes etapas del desarrollo de la fiesta...) 

Otro ejemplo de cashua de  Huancavelica: Arverjas saruy



Siusachay
Cashua de carnaval
Hermanos Escudero y Sumaq Wakanquis de Cotabambas

subido por Producciones Apurímac

Otros ejemplos de cashuas de Apurímac: Tambobambino, WaqanqiChinka chinka
 

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Enlaces
 
El wayno - José María Arguedas
La cosmología poética de los huaynos quechuas tradicionales - Martín Lienhard
Yo soy el huayno: el huayno peruano como confluencia de lo indígena, con lo hispano y lo moderno  - Julio Mendívil (pp. 37-46)
Reflexiones para la historia del quechuismo "cachua" - Alvaro Escurra





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