enero 27, 2008

Nuestro verdadero banco de oro

Fuente:
Revista Somos N°1103, 26/01/08, pp. 92-95
Suplemento de El Comercio
Lima
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Música de raíces

Genio y figura de Don Santiago Antúnez de Manolo, estudioso y divulgador de las bondades del sacha inchi y apasionado investigador del Antiguo Perú

Santiago Antúnez de Mayolo Rynning, el erudito más importante de la nutrición en el antiguo Perú y redescubridor del sacha inchi, está a punto de cumplir 95 años. A pocos meses de publicar un libro sobre la alimentación en el Incanato, el hijo del gran sabio peruano de la física moderna (Santiago Antúnez de Manolo Gomero) continúa con esa misma energía y lucidez como cuando inició sus estudios sobre el vasto universo de los alimentos andinos, hace más de treinta años

Escribe: Marcos Chumpitaz
Fotos: Guillermo Figueroa



La pequeña Dizzy ladra desde lo alto del edificio, olfateando la presencia de su amo. "No sé cómo hace, pero se da cuenta de mi presencia así esté a más de dos cuadras", comenta don Santiago mientras nos recibe en el vestíbulo del edificio sanisidrino donde vive. Los ladridos de Dizzy se sienten desde el ascensor. Alertada por nuestra presencia, la pequeña perrita esconde la cola y se oculta bajo el regazo de una antigua silla, cerca de una pequeña biblioteca donde Don Santiago guarda un busto de su padre y algunos pocos libros. 'Ya no queda nada. El año pasado regalé más de 4 mil libros, no tenía espacio".

Aquí vive solo. No hay hijos ni nietos que lo rodeen, a excepción de una hija que vive un piso arriba del suyo. Sus demás hijos viven fuera del país. Cuando no está en su oficina de la Sociedad Geográfica de Lima, Dizzy es la única compañía de este economista, abogado, administrador de empresas, ex diputado e historiador ancashino de 94 años cuya obra ha quedado registrada como un baluarte invaluable del patrimonio histórico y la grandeza que significó el Antiguo Perú.

Obra esencial

Sus estudios sobre la nutrición en el Incanato han dado la vuelta al mundo. Gracias a él la ciencia conoce las propiedades benéficas del sacha inchi, la chicha de jora, la grasa de cuy y de otras plantas autóctonas olvidadas por los nutricionistas. Como experto en nutrición, genética y tecnología precolombina ha escrito numerosos artículos y sustentado no menos de 4 conferencias por año desde 1980.

Entre sus publicaciones más importantes podemos destacar: La Nutrición en el antiguo Perú, Regeneración de agua y suelo, Guía para la encuesta salud y familia, y otros ensayos más sobre plantas alimenticias del Perú, el agua, el wiñapo, la chicha, los camélidos sudamericanos, la previsión del clima, entre otros. Muchas de estas publicaciones son objetos de culto entre estudiantes de nutrición e historiadores. Incluso su libro La Nutrición en el antiguo Perú, que tuvo cuatro ediciones (todas agotadas), ahora tiene dos ediciones piratas, una en Lima y otra en Bolivia. "Pero no me importa", afirma. "Lo importante es que la gente se eduque. Yo no gané ningún centavo con mis libros. He trabajado ad honorem como lo hizo mi padre, mi abuelo, mi bisabuelo. Uno capta lo que la familia hace, es mi herencia. Eso para mí es lo valioso".

Don Santiago vive orgulloso de su país, de sus raíces. No se cansa de afirmar que con Huayna Cápac, el Tahuantinsuyo llegó a ser el imperio más extenso, organizado, poderoso y rico de toda América y que sus pobladores eran sanos, vigorosos, longevos y muy inteligentes, cuya esperanza de vida era sobre los 70 años. "Los españoles apenas vivían 44".

Y aunque hoy camina a paso lento, su memoria viaja con una velocidad envidiable. Recuerda fechas, nombres y referencias con tal exactitud que es una verdadera Biblia del saber. "El cronista Joseph de Acosta informaba en 1567 que en Puno nuestros indios aprendían en 2 meses algo para lo cual los españoles requerían 5 meses. No es por adulonería, pero no hay pueblo en el mundo que haya inventado más que los precolombinos peruanos. Inventaron el sistema decimal, los puentes colgantes, en Paracas inventaron el tejido de punto. Descubrieron la tecnología asísmica, que emplearon en edificios, caminos y puentes.

Eso es porque poseían una excelente nutrición: comían pescado, grasa de cuy, sacha inchi, alimentos que desarrollaron su cerebro y que ahora, lamentablemente, no se toman en cuenta". Su amor por el estudio lo heredó de su padre, Santiago Antúnez de Mayolo Gomero, ingeniero, físico y matemático peruano, precursor de la física modernaza y creador de nuevas teorías sobre la luz, la materia y la gravitación. Incluso intuyó en 1924 la existencia del neutrón. Por eso se lo llamó el gran sabio peruano. Como ingeniero, su padre realizó proyectos y estudios para dotar de energía a los distintos pueblos del Perú que ahora son una realidad. A él se debe la concepción de proyectos monumentales como las centrales hidroeléctricas del Cañón del Pato, Machu Picchu y el oleoducto Bayóvar. Sin embargo su obra cumbre es el complejo hidroenergético del Mantara, donde se ubica la central hidroeléctrica más grande del Perú. Hoy en día hay universidades, institutos y colegios que llevan su nombre.


De tal palo, tal astilla

De su madre legó su interés por la nutrición. Lucie Kristiana Rynning fue una ciudadana noruega que creó en 1924 una importante asociación llamada Bien de Hogar, dedicada a elevar la calidad de vida de la mujer de la sierra peruana. "Su interés era la nutrición del menor. Era lo básico. Por eso impulsó los desayunos escolares. Gracias a ella me interesó estudiar la nutrición en el Antiguo Perú. Eso me motivó a recorrer el país, a investigar y observar todo lo que tenía alrededor", recuerda.
Pocos saben que Don Santiago fué el redescubridor del sacha inchi, la hoy popular oleaginosa selvática que está asombrando al mundo por sus concentraciones inusuales de Omega 3, solo comparables con la del pescado.

En 1976, cuando el ministerio de Agricultura le solicitó su apoyo como investigador para estudiar el potencial de nuestra Amazonia, realizó un viaje a Rioja, al valle del Naranjillo, donde halló a un grupo de aguarunas que consumían unas semillas extrañas. "Fue la primera vez que supe del sacha inchi".

Dos años más tarde comenzó a realizar los primeros análisis de estas semillas cuyos resultados fueron publicados en el diario La Prensa el 26 de diciembre de 1978. Ahí el Dr. Antúnez de Mayolo comparaba el contenido de grasa del sacha inchi con el de la linaza y la soya. Posteriormente presentó al sacha inchi durante el XII Congreso Peruano de Química en octubre de 1980 donde brindó una charla magistral sobre sus excelentes propiedades químicas y nutricionales, pues no solo sus granos y aceites son comestibles sino también sus hojas. En marzo de 1981 el Boletín de Lima presentó por primera vez los detalles de identificación botánica de esta planta. "El sacha inchi ya se conocía desde 1950 pero se perdió su uso porque, como era "cosa de indios", nadie le hacía caso.

Nadie sabe hasta qué punto fue cultivado en el Antiguo Perú pero una vez yo hallé una muestra parecida a un frijol pequeño en Nazca Los análisis dijeron que se trataba de sacha inchi. Eso demuestra que fue conocido desde hace mucho tiempo y que fue consumido por sus múltiples beneficios. El problema con el sacha inchi ahora es que solo lo consume la gente que tiene dinero, su aceite es un alimento caro. La idea es que este producto llegue al poblador, que lo consuma como debe consumir la carne de anchoveta, rico en ácidos grasos para el cerebro".

La grasa del cuy

Además del sacha inchi, Don Santiago ha realizado importantes estudios sobre la carne del cuy, roedor andino que durante el Incanato tuvo gran popularidad: los pobladores no solo los criaban sino que estaban obligados a consumirlo debido a que en su grasa se encuentra de un 20 a 25% del ácido graso linolénico y el esencial Omega.

"Un 14% de este ácido es transformado en ácido DHA, el cual es indispensable para la formación de las neuronas y nervios de nuestro cuerpo. Este DHA también se encuentra en la pulpa oscura de los peces marinos. Es por ello que los incas ponían mitimaes en la costa para que los pescados fueran enviados secos a la sierra donde se repartían cada 15 días a la población, pero eso no se conoce. Los nutricionistas de ahora no tienen interés en estudiar la alimentación andina, consideran que es inferior, que no vale la pena. Nadie estudia el quemillo, la maca o la mashua, son parte de nuestro legado y no le tomamos importancia".

Estudios sin pausa

Ahora, lejos de las aulas y el trabajo de campo, Antúnez de Mayolo tiene un nuevo objetivo: impulsar una reforma de la educación mediante un nuevo programa de enseñanza que él mismo ha creado y que busca elevar la calidad del aprendizaje desde los primeros años. "En la forma como estamos yendo estamos embruteciendo al poblador peruano y es necesario cambiar eso. Cada década perdemos 8 puntos de coeficiente intelectual".

Sin embargo no ha descuidado su tarea de investigar. La Academia Nacional de Salud le acaba de pedir que escriba un libro de varios volúmenes sobre la alimentación en el Perú antiguo, que tendrá listo para agosto. "En él quiero enseñar cómo los hombres pueden tener mejor calidad de vida y mejor calidad de hijos, y cómo las mujeres pueden concebirlos así".

Después de eso piensa publicar una biografía completa sobre su padre. Lo único que espera es que Dios le siga brindando fuerzas para culminar estos proyectos. "Me siento feliz con mi obra, aunque reconozco que pude hacer más. Por eso trabajo incansablemente, hasta los fines de semana La vida es corta. Cuando uno siente que la vida se puede ir en cualquier momento, quiere aprovechar al máximo el tiempo. Yo lo estoy haciendo".




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Video


La anchoveta: se capitaliza más a través del consumo
humano directo y no de la harina de pescado
Reportaje: programa "Presencia Cultural" (2006)



Crianza de la papa - elaboración de chuñu




Enlaces:




Aventura culinaria del ají - Gastón Acurio
parte 1 (las especies domesticadas de la zona andina, del Perú en especial)
parte 2 ("territorialización" del sabor de los ajíes del Perú)
parte 3 (el mundo del rocoto en Arequipa)

Aventura culinaria del aji amarillo


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