diciembre 16, 2007

La marinera, por César Lévano



Fuente:
“Canción peruana”.
Supl. Especial revista Caretas
Lima, 1984, p. 32
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La infatigable marinera
César Lévano



En días difíciles para el Perú, la marinera fue el baile nacional por ardor patriótico. No en va­no debe su nombre a la admiración que las hazañas de Grau despertaron en el pueblo. El representante litera­rio de éste en esos días, Abelardo Gamarra, acuñó el nombre afortunado y una de las primeras composiciones del género recién [re]bautizado fue "Invasor codicioso", escrita por José Alvarado "Alvaradito" contra el general Lynch, jefe de las tropas invasoras: "¡Lynch, con lonche, en lancha! / ¡Cuidado con la revancha!".


Se diría que la marinera es baile na­cional, además, por su sentido integrador. Nació negra y mulata en la Lima de comienzos del XIX, bajo el nombre de zamba. Su línea genealógica se con­tinúa en la zamacueca, y desemboca, antes de la guerra del Pacífico, en la chilena, por haber regresado desde el país del sur, donde había adoptado el nombre telegráfico de cueca. Latinoamericanista la danza aquella, que luego se extenderá a Bolivia, a la Argentina, hasta a México. El chileno José Zapiola escribiría en sus "Recuerdos de 30 años": "Desde entonces (1823), Lima nos proveía de sus innumerables y va­riadas zamacuecas, notables e ingenuas por su música, que inútilmente tratan de imitarse entre nosotros".


Integradora, sí, zamba, cómo no, por otro hecho básico. Por su difusión nacional. Tanto, que distinguidos in­vestigadores andinos, y algún argenti­no, se esfuerzan por demostrar que no tuvo origen negro. Porque la marinera es baile nacional también por eso: por­que se baila en el Cusco con tantas o más ganas que en Malambo; en Cajamarca con la misma gracia que en Ca­ñete. Con aire distinto, con suavidad de sierra en Huánuco; con malicia y ardor morenos en el Callao.


Hace unos quince años, la gran folclorista chilena Margot Loyola dijo, viendo bailar a Nicolasa Áscuez, la hija de Augusto: "Es la danza más hermosa de América". Manes de Bartola Sancho Dávila, de la misma familia que los Áscuez; de la misma familia bailari­na -sobre el césped- de Alejandro Villanueva. Dinastía de marinera y risa, de inteligencia viva y rápida de este baile que encierra dos soledades y un encuentro, dos desafíos y un encanto.


Contó un día Georgette de Vallejo que el poeta gustaba bailar en París la marinera. A veces comenzaba a bailar­la con gran gusto; pero de pronto abandonaba a su pareja y seguía dan­zando solo, con el pañuelo en alto. Tan peruano este baile, que el más peruano de los poetas lo llevó en su intimidad hasta esa tierra tan lejana y tan hermosa y otra vez lejana que se llama París.

"Amancaes" - Jose Vinatea Reinoso

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Video:

Marinera limeña y Resbalosa - homenaje a Abelardo Vásquez
Conjunto de la Peña Don Porfirio
Participación especial de Rafael Santa Cruz
Derrama Magisterial, ago. 2007
(2da pareja: Monica Rojas y Pierre Padilla)





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Links:


Bailes nacionales en Amancaes - Manuel Atanasio Fuentes
La marinera - Nicomedes Santa Cruz
La marinera - José Gálvez
La resbalosa, más antigua que la marinera - Juan José Vega
Las zamacuecas de Claudio Rebagliati

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